Hay que seguir protegiéndose

CLARIDAD

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El aumento de casos de contagio por COVID-19 forzó a que el gobernador emitiera este lunes una nueva Orden Ejecutiva imponiendo más restricciones para contrarrestar el avance de contagios. Según la página del Departamento de Salud (DS), en este mes de agosto, el número promedio de casos por COVID-19 era de 372 casos.

Pero la doctora en epidemiología Cruz María Nazario reiteró en entrevista con CLARIDAD su cuestionamiento sobre la veracidad de los números sobre el COVID- 19 que informa el DS. Para ella, hay dos elementos que le hacen pensar que ese no es un número real. Uno, el hecho de que se están haciendo menos pruebas. Señala que no se puede saber cuántos casos hay en la comunidad esperando solo los resultados de los laboratorios, porque si se están haciendo menos pruebas en los laboratorios, se van a identificar menos casos. Y dos, que no hay un sistema de vigilancia que evalúe cuál es el nivel de contagio comunitario.

En esa dirección señaló que en un sistema de vigilancia comunitaria, uno verdadero, no los que se establecieron en los municipios, se hacen pruebas en la comunidad, independiente de que la persona tenga síntomas o no. Insistió en que solo haciendo pruebas es que se puede identificar cuál es el verdadero nivel de personas contagiadas en la comunidad y saber si se está en un nivel crítico o no. “Así que por esa razón me parece que ese número de casos que está disminuyendo no debe ser real, porque es solo de las personas que necesiten un certificado por una razón particular o que tengan síntomas y lleguen a un hospital o a una sala de emergencia para que le hagan la prueba”, afirmó.

La profesora de la Escuela de Salud Pública del Recinto de Ciencias Médicas (RCM) de la Universidad de Puerto Rico insistió en que los números del DS ofrecen una mirada sesgada del número de contagios. Explicó que si los que van a un hospital es porque tienen síntomas y el país lo que tiene es una tasa de vacunación de 62 %, con este por ciento es posible que aquellas personas vacunadas que se contagien desarrollen síntomas leves o pocos específicos. Es decir, por lo tanto, que no van a ir a un hospital.

Aclaró que esa cifra de vacunados es de cuando el DS hacia un informe semanal, y el último, que fue en mayo 21, decía cuántos casos positivos fueron entrevistados. En ese último informe se encontró que el 50 % de los vacunados decía que el síntoma que tenía era dolor de cabeza. La doctora Nazario cuestiona cuántas personas con dolor de cabeza van a ir hacerse una prueba. El 44 % decía tener dolor muscular, un 48 % dijo tener tos y congestión nasal. Según ella, la gente con esos síntomas no va a un laboratorio. La razón por la cual la gente va a un laboratorio a hacerse la prueba es porque quiere identificar algún contacto o porque se la piden por alguna otra razón, dijo.

De otra parte, las personas, sobre todo los vacunados, que hayan desarrollado síntomas leves aunque estén positivas y sean capaces de contagiar a otros, muy posiblemente no van a hacerse una prueba. Por ese ángulo, apuntó, se está perdiendo el poder saber cuál es el número real de casos de COVID-19 en el país.

La epidemióloga indicó que ya se sabe que el aumento de este último pico de contagios que se está observando empezó 14 días después de que comenzó una apertura total, se declaró que los vacunados no tenían que usar mascarillas y se dieron otras indicaciones que no ayudaron a controlar la transmisión. Recalcó que el repunte de contagios luego del 4 de julio es uno casi al nivel de lo que pasaba en noviembre pasado cuando se estaba en pleno apogeo de la pandemia. “Hay que mirar cuál es el efecto de cada una de estas ordenanzas en el control o descontrol de la pandemia en Puerto Rico”, insistió.

En términos de orientación sobre los propósitos de la vacuna dijo creer que se ha fallado en las recomendaciones para los vacunados y los no vacunados. Expuso que la evidencia es que las personas vacunadas se están contagiando con la variante Delta lo mismo que los no vacunados. Esto quiere decir que la vacuna no protege contra el contagio, por lo que el mensaje tiene que ser el insistir en el uso correcto de la mascarilla para prevenir el contagio. Recordó que la transmisión del virus se da por medio de las gotas de saliva que se quedan en el aire, sobre todo la variante Delta, la cual ha demostrado que tiene una capacidad mayor de contagio porque tiene más carga viral, comparada con las otras variantes del virus.

“En este momento, el mensaje, si queremos controlar la transmisión tiene que ser el uso de la mascarilla, el evitar ir a lugares donde haya aglomeración, lugares cerrados donde no sabemos si el aire acondicionado está limpio y tiene la capacidad de circular. Si el mensaje tiene como propósito reducir el contagio, tiene que ir dirigido a que se sigan las recomendaciones que evitan el contagio y el lavado de manos, independiente de si se está vacunado o no”.

Por otro lado, si el objetivo del gobernador fuera proteger el sistema de salud, que no haya personas con condiciones severas, de uso de cuidados intensivos, entonces la fuerza del mensaje tiene que ir dirigido a que más gente se vacune, ya que esta protege contra una enfermedad severa que requiera una hospitalización y cuidado intensivo, añadió.

La definición de vacunados fue otro aspecto sobre el que llamó la atención respecto a los números que da el DS. La definición de vacunados, denunció, no es como lo tiene la página del DS, de que el 80 % tiene una primera dosis. Insistió en que esa cifra no quiere decir nada y que es un anuncio del DS para explicar administrativamente que están poniendo dosis. Aclaró que si se quiere hablar de personas vacunadas hay que decir que el 62 % de los puertorriqueños presuntamente tiene su serie de vacuna completada, lo que significa las dos dosis. Esto, independiente de cuál de las dos vacunas que hay contra el COVID-19 sea. Añadió que todavía en el país no hemos llegado a la llamada inmunidad de grupo, que se supone que sea el 85 % de la población.

Sobre la vacunación y desarrollo de nuevas variantes, aclaró que el desarrollo de nuevas variantes ocurre cuando una persona contagiada contagia a otra y al pasar el virus a esa otra puede haber un error en la replicación en el genoma del virus. Eso es independiente de si se está vacunado o no. Si una persona vacunada contagia a otra y el virus comete un error en su carga genética en la transmisión, lo que sucede es que ese error puede convertirse en lo que se llama una variante de preocupación.

La doctora Nazario afirmó que las nuevas variantes en todo el mundo no han sido de gran preocupación porque se han convertido en unas variantes débiles que no han perdurado. Lo contrario lo ha sido la variante Delta, que sí mejoró su replicación. Explicó que la variante Alfa tarda más días en replicarse dentro del cuerpo que la Delta. Una vez entra al cuerpo, la variante Delta tiene en tres a cuatro días suficiente carga viral para contagiar a otras personas.

Aunque mientras más vacunados haya, menor debería ser la posibilidad de contagiar a otros, de lo que depende que una persona contagie a otras no es de la vacuna, sino de las reglas de higiene. Por lo tanto, siempre que alguien se contagia se puede promover la replicación de nuevas variantes.

No obstante. la vacunación es una de las mejores herramientas para evitar la enfermedad grave, la hospitalización y la muerte por COVID-19, además de tener un buen sistema inmunológico, de protegerse no exponiéndose y practicar las reglas de higiene, subrayó.

El Departamento de Salud debe mejorar su estrategia para la vacunación

La doctora Nazario dijo que es bueno insistir en la vacunación y en que se presente la tarjeta de vacunación en lugares si el objetivo es reducir el número de hospitalizaciones, el número de personas en cuidados intensivos y prevenir una crisis hospitalaria en que los médicos tengan que decidir a quién le van a dar una cama y a quién no.

Pero contrastó que si ese es el objetivo, la tasa de vacunación por día es apenas de un 2 %. Es decir, que no se está avanzando en la vacunación y, contrario a lo que divulgan algunos medios, todavía los que se mueren son las personas mayores. “Vemos que en el informe de vacunación hay un 25 % de mujeres mayores de 80 años que no están vacunadas y un 30 % de hombres mayores de 80 años. Entonces, les echamos la culpa a los jóvenes. Hay un 32% de hombres entre 20 a 30 años que no se ha vacunado y un 25 % de mujeres de 20 a 29. Si usted quiere aumentar la tasa de vacunación hay que ir a esos grupos de vacunación”.

Observó que sí hay municipios que han vacunado casi el 90 % de sus adultos mayores, pero expresó que es necesario hacer una campaña de vacunación entre los grupos poblacionales que se debería estar atendiendo, que son las personas mayores de edad. En el caso de los jóvenes, sugirió que hay que acercarse a sus centros de trabajo debido a que muchos tienen tres y cuatro trabajos.

Otra preocupación que le provoca la información de la página del DS es que observa que no hay consistencia en las decisiones que se toman y una gráfica que indica los números de contagio. Pero cuando se ve el mapa a nivel de Puerto Rico, lo que se observa es que en términos de la incidencia, del riesgo de contagio en la comunidad, no hay ningún municipio que tenga una tasa de incidencia menor de 10 por cada 100 mil habitantes, que es la medida que se ha señalado es requerida para decir que se ha controlado la pandemia.

Según la información, dijo, el pueblo con menos incidencia, Guayanilla, tiene un 17 %, lo que todavía es más alto de lo que se considera como nivel no crítico. “En términos de nivel crítico tenemos más del 70 % de los municipios con unas tasas altísimas, a nivel crítico. A nivel de lo que se ve por municipio, es un mapa casi pintado de rojo de niveles críticos de contagio comunitario”.

Lo mismo se ve en las tasas de positividad. Una tasa de positividad de 11 % en la Isla está lejos de lo que recomienda el CDC (Centro para el control y Prevención de Enfermedades) para declarar que se ha controlado la pandemia. La tasa que se recomienda es de menos de 5 %, “pero como no se están haciendo pruebas, crea duda la información que provee el DS en su página oficial. No permite llegar a conclusiones correctas. Espero que Salud atienda con una mirada científica lo que pone en su página”.

 

 

 

 

 

 

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