Héctor O’ Neill: Un cacique abusador

Desde que la Junta de Control Fiscal hizo su debut en el escenario puertorriqueño las personas que la repudiamos como la humillante demostración de colonialismo que representa, hemos tenido el tiempo más que ocupado asistiendo a foros informativos y de discusión para la búsqueda de alternativas, así como participando en las muchas actividades de protestas que se han llevado a cabo. Esto, sin dejar de lado la larga, pero exitosa jornada por la excarcelación del compañero Oscar López Rivera, cuya salida total celebraremos el 17 de mayo con la alegría y certeza de que es el resultado de la lucha del Pueblo.

En medio de las maquiavélicas actuaciones y decisiones tomadas por la Junta y de las respuestas adoptadas por el gobierno de turno, las mujeres sobre todo, pero también sectores aliados, libramos una batalla continua, visible y asertiva para denunciar los actos de hostigamiento sexual, acoso, encubrimiento y corrupción existentes en el elitista municipio de Guaynabo. La figura central de lo que ocurre tras las paredes de la imponente torre municipal es el poderoso y hasta hace poco intocable alcalde O’ Neill, ex presidente de la Federación de Alcaldes. El mismo que les ha hecho la vida imposible a residentes de las comunidades pobres, a algunas de las cuales les ha arrebatado y a otras, como en el caso de Amelia lo ha intentado sin éxito, los terrenos en los que han residido por años, se criaron y han levantado a sus familias, para entregarlas a grandes desarrollos que beneficiarían a los guaynabitos. La olla fue destapada por un reportaje presentado en la televisión que dio cuenta de la transacción de un caso de hostigamiento sexual por $300,000, en el cual la confidencialidad fue parte del trato. Una agente de la Policía Municipal quiso terminar la relación que había tenido con quien ha sido el cacique de Guaynabo desde abril de 1993. Incapaz de aceptar un NO, el que se cree dueño del mundo convirtió el ambiente de trabajo en uno hostil, represivo, lleno de venganza, de amenazas e intimidación sin descartar la violencia física.

La mujer buscó remedios legales en la Comisión para la Igualdad de Oportunidades en el Empleo (EEOC). Se infiere de la información que se ha divulgado que también presentó una queja en la Oficina del Fiscal Especial Independiente (FEI), de la cual desistió cuando la querella por hostigamiento fue transada en el foro administrativo federal. Hay información de que la víctima fue en búsqueda de orientación a la Oficina de la Procuradora de las Mujeres (OPM), cuando aún era dirigida por la actual Secretaria de Justicia, Lic. Wanda Vázquez Garced. Sin embargo, tanto ella como la directora del FEI, Lic. Nydia Cotto Vives, dijeron al principio del destape que no tenían querellas ante la consideración de las agencias que dirigen. Es difícil imaginar que un caso de alto perfil, como el de O’ Neill pase por debajo del radar, en la OPM y en el FEI, solo por el hecho del desistimiento, a menos que se hagan de la vista larga.

A la divulgación del caso protagónico del alcalde le siguieron otros perpetrados por funcionarios de alto nivel del municipio y del propio hijo del alcalde que, aunque no laboraba allí, campeaba por sus respetos y llevó a cabo despreciables actos de hostigamiento y agresión sexual. ¡Qué coincidencia!, que al divulgarse los hechos perpetrados por O’ Neill, el caso de la astilla del palo, es decir del hijo del susodicho, ha tenido incidentes procesales en el Tribunal Federal donde ha sido demandado por una empleada. Es importante recordar que los actos de acoso sexual pueden ser cometidos por el patrono, supervisores, empleados del mismo rango de la víctima, visitantes, suplidores. El Patrono responde de forma absoluta si es el actor directo de los hechos o si lo son los supervisores. También cuando se trata de empleados pares de la víctima o de visitantes, si sabía o debió haber sabido lo que estaba ocurriendo. ¿Alguien puede creer que el alcalde desconocía los abusos que cometía su hijito? Algunas empleadas del ayuntamiento han perdido el miedo y han hablado denunciando el ambiente pernicioso y violatorio del derecho de las mujeres a vivir libres de violencia que allí existe.

O’ Neill tiene que renunciar es la consigna que ha salido de los confines municipales para extenderse por toda la Isla. El gobernador no tuvo más remedio que pedirle que lo hiciera, cuando luego de la primera y única conferencia de prensa que hizo sobre el particular el cacique que ha comenzado a perder las plumas del penacho, leyó en voz baja, con el rostro descompuesto lo que le escribió su abogado para que no se saliera del libreto. Aceptó la existencia del caso y de la transacción para ponerle fin. ¿Quién paga tanto dinero para finiquitar una controversia, menos una persona tan poderosa, si no tiene hachas que amolar, como dice el refrán? El gobernador Rosselló puso en difícil posición a la Secretaria de Justicia al ordenarle que investigara. También la actual Procuradora de las Mujeres dijo que iniciaría un proceso para determinar si el municipio había seguido el protocolo para atender las situaciones laborales de hostigamiento sexual, lo que es una exigencia de la Ley 17 del 1988 contra el hostigamiento sexual en el empleo. Debería investigar además, si alguien en la OPM desalentó a la víctima.

Las mujeres y nuestras organizaciones estamos pendientes de las actuaciones de las agencias para no ser sorprendidas con salvavidas partidistas. No olvidamos las primeras intervenciones del presidente del Senado, casi ofendido porque el gobernador ordenó la investigación. Sabemos de las fuertes telas de araña que hay en la política. Todos los días y a través de variadas estrategias estaremos exigiendo la renuncia y los resultados de las pesquisas que se llevan a cabo. No hay base legal que le impida al gobierno investigar la comisión de conducta ilegal por el hecho de que haya un acuerdo confidencial entre partes en un caso administrativo o civil.

Responderemos a las convocatorias que hagan las diferentes organizaciones y exhorto a las personas que creen en la equidad, la justicia y el respeto por la dignidad de las mujeres a que se nos unan. La aprobación de la Ley 17 fue el resultado de las luchas de las mujeres. No permitiremos que sea burlada por nadie y menos si se trata de un cacique en decadencia que ha tenido que ampararse en la quinta enmienda para no autoincriminarse por una conducta que lo retrata de cuerpo entero.

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