Histórica votación al Salón de la Fama ( 1)

 

 Aunque muchos deportes tienen un Salón de la Fama, todos sabemos a qué nos referimos cuando hablamos del “Salón de la Fama”. El del béisbol es el más famoso en los Estados Unidos y en los países donde hay peloteros en las Grandes Ligas. El día en enero en que se anuncian los nuevos miembros del Salón de la Fama es uno bien importante y en verano cuando finalmente se añade la placa en Cooperstown, es de los momentos más potentes y simbólicos del deporte estadounidense. Pero ser uno de los 339 miembros es un proceso largo y difícil y muy complejo en el cual hay muchos factores más allá de las ejecuciones meramente deportivas. Cabe señalar que para ser una miembro es aún más difícil ya que solo hay una mujer en Cooperstown.

Aunque las reglas han cambiado algo, en general son muy similares a lo que han sido, pese a algunas modificaciones. El nuevo exaltado tiene que tener 75% de los votos de los miembros del Baseball Writer’s Association of America, una organización de escritores de béisbol compuesta principalmente por hombres blancos mayor de edad. Aunque muchas a veces estoy en desacuerdo con las críticas que se le hacen al deporte de que es “de viejos”, “lento”, “aburrido”, sí puedo entender que la maquinaria que lo mueve se perciba así, sobre todo renuente a cambios y muy aferrada a la tradición y a las reglas. Del candidato no lograr el 75% se queda diez años en la papeleta, mientras que antes eran quince. Pero antes de enfocarnos en las votaciones vamos a enfocarnos en quienes votan.

No todos los miembros del Baseball Writer’s Association of America (BWAA) son elegibles para votar para el Salón de la Fama. Además de ser miembro, debes llevar 10 años consecutivos como tal. Una vez elegible para esta votación, es vitalicio, es decir, aún luego de dejar de cubrir el deporte, por lo cual está lleno de personas mayores. Y no hay nada malo con la edad, sino con la renuencia a los cambios. Así, los criterios para exaltar a un jugador al Salón de la Fama han variado poco, pero peor aún, se han ido añadiendo criterios extra deportivos. Mientras la idea debe ser de que la excelencia en el terreno de juego sea lo que guíe esta elección, en los últimos años cada vez más criterios morales se han interpuesto en la elección de algunos de los mejores peloteros de todos los tiempos.

El 25 de enero de 2022 se anunció la exaltación de la Clase de 2022. La expectativa era mucha pues además de ser el primer año de elegibilidad de uno de los peloteros más carismáticos y con más potencia ofensiva de los últimos tiempos: David Ortiz, era también el décimo y último año de elegibilidad de dos de los mejores peloteros de esta era, Roger Clemens y Barry Bonds. Ambos con una gloria deportiva impresionante que solo ha sido opacada por el alegado uso de sustancias controladas para mejorar su productividad. Sin esto su inclusión hubiera sido probablemente en el primer año de elegibilidad. Pero el fantasma de las drogas y la tajante renuencia de la mayoría de la BWAA a aceptar un miembro que haya sido vinculado al uso de estas sustancias hizo que se quedaran afuera, Bonds con un 66% y Clemens con un 65.2%. Aunque en los últimos años las votaciones para ambos subieron, se quedaron cortos y ahora la única opción que tienen para entrar es un complicado proceso con un comité llamado como el del “Juego Actual”, compuesto por 16 personas y para ser electo necesitan 12 de los votos. Este comité evalúa cualquier jugador que participó desde el 1988 hasta el 2017 y que no fue electo por el BWAA. Pero todo indica que ninguno saldría electo de esta manera.

En la segunda parte abundaré más sobre lo que significa el Salón de la Fama y qué criterios se debe usar para entrar y cómo éstos han cambiado con el tiempo. Sobre todo lo que significa “carácter”, que es como se le denomina al área no deportiva.

Finalmente la Clase 2022 es compuesta exclusivamente por David Ortiz, sus números como bateador emergente en las Medias Rojas de Boston y sobre todo sus números de postemporada hicieron posible que saliera electo en su primer año elegible.

 

 

 

 

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