Hugo Margenat: Un poeta que nos mira

Jesús Delgado Burgos / Especial para En Rojo

“Dios es un gato que nos mira.
De acuarela es su reino.
Es plomo a momentos,
de madera casi siempre
cuando boga sin sentido
por un río de azufre escarlata.”

Hugo Margenat, fragmento del poema “Dios es bueno”

En el ámbito de las relaciones humanas existen personas que marcan para siempre y no necesariamente tienen que haberse conocido personalmente. Eso ocurre en la esfera intelectual del campo del saber que sea. De la misma manera, existen escritores, y en este caso poetas, que tan pronto se tiene la oportunidad de conocerse su existencia presente o pasada, a través del primer acercamiento a su obra, uno como lector queda impactado. Ese es el caso de Hugo Margenat, a quien, con lo poco que pueda conocer a través de sus escritos o ensayos a los que he tenido acceso, algunos lo consideran mito, otros lo visualizan como poeta de transición entre la generación anterior a 1950 y la de 1960, específicamente con los poetas de Guajana, y otros lo subsumen en esa generación, cual si fueran una realidad indivisible

Hugo Margenat Mediavilla, puertorriqueño nacido en San Juan, un 10 de octubre de 1933 y falleciera el 7 de abril de 1957, a la edad de 23 años. hijo de María Cristina Mediavilla y el poeta y periodista, Alfredo Margenat. Estudió en la escuela superior Central, donde no pudo terminar su cuarto año, al ser llamado a servicio activo del Servicio Militar Obligatorio, en enero de 1954. Estando en servicio, logra obtener su diploma de cuarto año mediante exámenes libres, e ingresa a la Universidad Católica de Ponce, en la cual no pudo continuar, en vista de la distancia y dificultades para ir a la misma. Solicita admisión a la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Río Piedras, ingresando a ella en agosto de 1956. Al año siguiente, un 7 de abril de 1957, fallece a la edad de 23 años y sus restos descansan en el cementerio de Villa Palmeras. (Torres Santiago)

Autor de unos siete poemarios, dos publicados en vida, dos póstumamente y tres inéditos: Lámpara apagada (1954), Intemperie (1955), Mundo abierto (1958) y Ventana hacia lo último (1961), Primeros poemas -Vislumbres– (c. 1951), Breves palabras de las horas prietas (1952-1953) y Vibraciones de aire y tierra (1952-1953), además de varios cuentos, y algunos escritos acerca de la función del poeta y la poseía, publicados en revistas escolares y universitarias de la época. Siendo estudiante universitario de primer año, participa en el Certamen Literario de la Facultad de Estudios Generales, obteniendo el primer premio de ensayo, cuyo laudo y premiación se le otorgó póstumamente, el 9 de mayo de 1957. (Torres Santiago, Rivera de Álvarez) 

Una vida sucinta en términos cronológicos, pero Hugo Margenat no solo fue nacimiento, vida, pasión y muerte. Fue una experiencia de vida intensa e inmensa, en cuanto a su conciencia, compromiso, accionar y creación literaria en tan corto tiempo. Tuvo un accionar político, que evidencia el grado de conciencia alcanzado en esa brevedad de tiempo, y sin la cual su obra poética tal vez no hubiera sido posible. 

Fue miembro del Partido Independentista Puertorriqueño, fundador de la organización estudiantil, Acción Juvenil Independentista (abril de 1956) así como uno de los fundadores y primer vicepresidente de la Federación de Universitarios Pro Independencia. De igual modo, participó activamente de las luchas universitarias por el restablecimiento del Consejo General de Estudiantes, por la erradicación de las bases con bombas nucleares en Puerto Rico y en contra de la discriminación racial prevaleciente en fraternidades y sororidades universitarias (Torres Santiago).

Hugo Margenat, un poeta con los pies sobre la tierra que mira a sus adentros en la unicidad del ser, su realidad y su tiempo histórico.

La historia, la literatura y las artes, no son saberes paralelos. En cuanto formas de entender y expresar la realidad, los sentires y pensares, tienen puntos de convergencia. A cada periodo histórico, con sus respectivas estructuras sociales, corresponde una expresión específica de esos saberes. No es una relación mecánica ni lineal, porque una cosa son las estructuras sociales y económicas, y otras las formas en que los individuos y las clases a que pertenecen interaccionan con esa realidad. El historiador, por decirlo de alguna manera, trata de reconstruir desde el presente, el proceso de su pasado; el poeta crea sus metáforas desde su ser interior con la palabra que le permite construir sus propias utopías y sentimientos; y el artista, con sus sentimientos, pinceladas y paleta de colores, construye, a través de su obra, su propia esencia de lo que ve e interpreta

Puerto Rico no es excepción a la regla. Las décadas de 1940 y 1950 fueron tiempos de transformaciones socioeconómicas que impactaron, no solo en la sociedad sino en el ámbito de la cultura nacional, resultado de factores nacionales e internacionales: crisis de la década de los años de 1930, luchas sociales y políticas de ajustes para la transformación del país en las décadas siguientes (depresión de 1929, prédica, auge y criminalización del nacionalismo puertorriqueño, Segunda Guerra Mundial, Operación Manos a la obra, industrialización, emigración, Operación Serenidad, proyecto de país populista, creación del ELA, Guerra de Corea…)

Si ese pasado se enfoca estrictamente en la esfera de la creación literaria, de un periodo en que la poesía era algo así como una poética de la resistencia al cambio de soberanía, a raíz de la invasión estadounidense en julio de 1898, y exaltación de un pasado hispano-criollo como discurso de reafirmación nacional (1900-1940), se pasa a un periodo que René Marqués lo caracterizó como el triunfo de la prosa sobra la poesía, al expresar en una de sus conferencias “háblame en prosa, vate”. (Manrique Cabrera) 

Eran tiempos en que la tecnocracia de economistas y planificadores se consideraban salvadores del país. Tiempos que Marcelino Canino describe como “un desierto de espíritu” y en que “la casa de estudios era paz y armonía de campo santo”, donde las fraternidades y sororidades con toda su carga de exclusión y racismo, era espacio extraacadémico para los estudiantes universitarios (Canino). Ese el Puerto Rico de la modernidad de los años ´50… Pero la historia y los procesos no son lineales ni mecánicos. De pronto, en agosto de 1956 aparece un prepa en el campus de Rio Piedras, Hugo Margenat, como estudiante de nuevo ingreso y muchacho que viene a dañar el baile, pero no era un estudiante más de primer año. Su voz y su palabra tenían algo que decir. No era un estudiante más. Como indica José Manuel Torres Santiago en el ensayo publicado en la edición de En Rojo dedicado a Margenat en abril de 2006, “no vino de espaldas a la historia ni a los problemas que el presente de su tiempo planteaba a su país.” Fue un poeta que en poco tiempo y su propia voz, tuvo mucho que decir. Leer a Hugo Margenat es aproximarse al Puerto Rico de los años de 1950. Mientras unos se conformaban con aportar al proyecto de país que se construía, él se enfrentó al mismo, no solo desde la poesía sino desde su propio accionar. Es u n poeta que nos mira y al cual debemos regresar.

En días recientes compartí varias fotos de las portadas de algunos poemarios de autores de mi predilección (Hugo Margenat, Torres Santiago, Angela María Dávila, Andrés Castro Ríos, Guajana, José María Lima, Joserramón Meléndes, y Salvador Villanueva, entre otros) acompañada de la expresión: “Palabra nuestra de cada día, poesía necesaria”. Días después lancé la pregunta ¿Quiénes de mis amistades conocen, han leído o han escuchado de Hugo Margenat? La intención no era un sondeo para saber quiénes tenían o no conocimiento de su poesía. Lancé la pregunta en el ánimo de crear interés por conocer al desconocido o volver a leer al ya leído. Hugo Margenat es uno de tantos poetas, escritores o artistas olvidados, invisibilizados o marginados por muchos y recordados por un pequeño sector que ha estudiado y da seguimiento a su legado.

En mi carácter personal no me siento o no formo parte de generación alguna, lo que en sí es menos importante, como certeramente me comentaba una exquisita amiga poeta, pero desde que leí por primera vez la poesía de Hugo Margenat me cautivó. Eran tiempos en que escribía mis cosas y, con cierta timidez, las compartía con un reducido grupo de amigas y amigos a quienes les interesaba también la poesía… Comenzaba a hacer mis primeras lecturas de Vallejo, Neruda, Huidobro, Corretjer, Alfonsina y Julia, entre otros, tratando de conocerlos, entenderlos y buscar mi ruta poética. Por alguna razón, cada vez que se entablaba alguna conversación sobre la poesía y el arte poética, traía a colación a Hugo Margenat. Como poeta en sí, conocí de su trabajo a principios de 1970 a través del semanario Claridad y la revista Guajana. Posteriormente adquirí la edición de sus obras completas, publicada por el Instituto de Cultura Puertorriqueña y el disco de larga duración con sus poemas. Aquel libro y otros tantos documentos los perdí, con el paso del Huracán Hortense, el disco aún lo conservo. Años después, en una de esas ventas especiales para salir los libros que no se venden a precio regular, lo adquirí nuevamente. 

A principios de enero de este año comencé a releer la poesía de Hugo Margenat- En esta ocasión deseaba saber más del poeta, indagué entre mis libros y fuentes documentales, poco a poco mi mesa de lectura y escritura se llenó de libros y revistas, en las que aparecen escritos, poemas o alusiones a Margenat…Comencé a escribir mis notas y apuntes. Enfrascado en esa lectura, me surge la idea de escribir algo sobre el poeta, con motivo de cumplirse, este 7 de abril, el 61 aniversario de su muerte. Días después, y conversando con el amigo Arnaldo González, de Librería Mágica, se me ocurrió la idea y le sugerí, celebrar una actividad-homenaje en conmemoración de la vida y obra de Hugo Margenat. 

Ese es el poeta sobre el cual, tan temprano como 1956, Francisco Manrique Cabrera, en su Historia de la Literatura Puertorriqueña comentaba: “Muy joven con voz plena fue la llegada de Hugo Margenat al parnaso nuestro.” Definitivamente, Hugo Margenat todavía tiene mucho que decir y debemos celebrarlo.

“Dios es como yo, ateo,
duro, navegador insondable,
vagabundo de risas cortas
y miradas largamente estrepitosas.”

Hugo Margenat

Brevísima bibliografía comentada sobre Hugo Margenat

Arana-Soto, S., Catálogo de poetas puertorriqueños, San Juan de Puerto Rico, Sociedad de Autores Puertorriqueños, 1968. Incluye la ficha biográfica y lista de libros publicados por Hugo Margenat. (p. 107)

Córdova Iturregui, Félix, “El dolor de la metáfora: Reflexión sobre la poética de Hugo Margenat”, en: Exégesis, Revista de la Universidad de Puerto Rico en Humacao, año 21, Núm. 61-63, 2008, pp. 26-30. En el ensayo-conferencia de Córdova-Iturregui, se desarrolla a partir de dos enfoques que han estado presentes en varios análisis acerca de la obra poética de Margenat: el poeta como mito construido y el cuestionamiento a la grandeza del poeta.

En Rojo, edición 2772, 6 al 12 de abril de 2006. Es una edición homenaje a Hugo Margenat con motivo del 49 aniversario de su a solicitud del profesor y poeta José Manuel Torres Santiago. La portada, de la edición reproduce el diseño de portada del libro Obras completas de Hugo Margenat, publicado por el Instituto de Cultura Puertorriqueña en 1974. Incluye una nota titulada “Hugo Margenat un escritor de todos los tiempos” (p. 16), la nota editorial “Hugo Margenat: poeta, rebelde y revolucionario” de José Manuel Torres Santiago (p. 19”, el ensayo “Hugo Margenat: Un acercamiento a su presencia histórica” (pp. 20-21), cuatro “Polémicas cartas o cartas polémicas” entre el poeta, el pastor luterano E. Falió, en diciembre de 1950 y su padre, Alfredo Margenat, en mayo de 1956. (pp. 22-23). Las páginas 24 a la 26 recogen “Unos apuntes”, del manuscrito “Mundo Abierto”, de Hugo Margenat (1956) en el que el poeta define el porqué se escribe, y su noción de lo que es ser poeta (p. 24) y 20 poemas de Margenat seleccionados por Torres Santiago. (pp. 24-26) 

Exégesis, Revista de la Universidad de Puerto Rico en Humacao, año 21, Núm. 61-63, 2008. Su portada lleva como título “Guajana y la Generación del 60” y se identifica como Las Actas del Simposio y su coordinador, Marcos Reyes Dávila. El diseño de portada reproduce el cartel conmemorativo preparado por el artista Ángel Vega. En su contraportada se reproduce “Don Pedro y los pitirres” del artista Dennis Mario. En la misma se reproducen varios ensayos y conferencias en torno a Hugo Margenat, los cuales permiten varios acercamientos a su vida, importancia y obra, no solo para los poetas de Guajana y la generación del sesenta, sino para el mundo de la creación poética y literaria en Puerto Rico. 

Guadalupe, Raúl, “Hugo Margenat y la revista Guajana. Del gesto agónico al gesto neovanguardista. (Acercamientos.) Exégesis, Revista de la Universidad de Puerto Rico en Humacao, año 21, Núm. 61-63, 2008, pp. 116-120. Más que un entramado en el que Margenat y los poetas de Guajana se encuentran y dialogan a través de la poesía, sus paradigmas existenciales y la cotidianeidad sobre la cual se emerge su palabra poética, el ensayo de Raúl Guadalupe efectúa una aproximación al ideal, a la utopía, a los nexos y símbolos eminentemente humanos que es sabia, sangre, alma, compromiso y sacrificio de los “inmortales” que nutren su poesía: Lares, Jayuya, Albizu, Campos, Elías Beauchamp, Hiram Rosado, la gesta nacionalista.

Guajana, tercera época, Núm. 4, octubre-diciembre, 1970. En el editorial de la revista, el colectivo de poetas considera a Hugo Margenat como “el más importante poeta de la década de 1950 y el precursor del Grupo Guajana” (contraportada). En la revista reproducen “8 poemas fundamentales de Hugo Margenat” (pp. 1-7)

________, tercera época, Núm. 8, septiembre de 1973, Número extraordinario, Décimo Aniversario. En esta edición de Guajana, en la que, a través de los ensayos y artículos publicados en ella se analiza la importancia, trayectoria e influencia de los poetas agrupados en Guajana, y Hugo Margenat resulta ser el sujeto histórico y poético que, a manera de hilo conductor, aparece a través de las páginas. José Emilio González, Concha Meléndez, Ramón Felipe Medina, Marcelino Canino, Irving Sepúlveda Pacheco, Luis Hernández Aquino, José Ramón de la Torre y Jorge María Ruscalleda Bercedóniz fueron los autores de dichos ensayos y escritos.

Hernández, Orlando José, “Hugo Margenat, poeta de nuestra contemporaneidad”, en: Exégesis, Revista de la Universidad de Puerto Rico en Humacao, año 21, Núm. 61-63, 2008, pp. 31-57. En este ensayo se logra entender y apreciar a Hugo Margenat en el contexto histórico de los cambios y transformaciones que se operaban en la sociedad puertorriqueña en plena transformación industrial, sus complejidades, contradicciones e impacto en la juventud de la época.

López-Baralt, Mercedes, Literatura puertorriqueña del siglo XX, antología, Río Piedras, Puerto Rico, Editorial de la Universidad de Puerto Rico,2004. Primera edición. En esta obra se incluye el poema de Hugo Margenat “Triangulaciones”, correspondiente al libro del poeta Ventana hacia lo último, identificado como “Edición del autor, San Juan, 1961”. (Véase pp. 772-773.) López-Baralt, incluye, una síntesis biográfica de cada uno de los autores que aparecen en la antología. A Hugo Margenat lo describe como “precursor de la poesía comprometida de los sesenta”. (p. 1015)

Manrique Cabrera, Francisco, Historia de la literatura puertorriqueña, New York, Las Américas Press, Inc., Biblioteca Puertorriqueña, 1956, En 1967 se publicó por la Editorial Cultural, la segunda impresión de la obra.

 Margenat, Hugo, Obras completas, San Juan de Puerto Rico, Instituto de Cultura Puertorriqueña, 1974. Recopilación y nota por José Manuel Torres Santiago y publicadas en la serie: Biblioteca Popular del Instituto. Aunque breve, la alusión que hace Manrique Cabrera a Hugo Margenat, permite no solo ver el destaque que comenzaba a tener el poeta entre las letras puertorriqueñas, sino su vínculo con un proceso de ruptura que comienza expresarse entre sectores de la juventud de la época con el proyecto populista y modernidad de los años de la década de 1950. (pp. 361-368)

Medina, Ramón Felipe, Hugo Margenat, poeta agónico, San Juan Puerto Rico, La Editorial, Universidad de Puerto Rico, 2008. Esta resulta ser una lectura imprescindible para quien desee aproximarse al estudio de la vida y obra de Margenat. En la narrativa del libro, Felipe Medina hace un recorrido a través del tiempo en que conoció y compartió con el poeta, en la que la exegesis de su obra poética, el acercamiento a su vida y la memoria del escritor en relación a su amigo, dialogan entre sí. 

Poemas de Hugo Margenat, selecciones de sus libros Mundo Abierto e Intemperie, disco de larga duración, de la serie ICP-L-7, Instituto de Cultura Puertorriqueña, San Juan Puerto Rico, (S.f., c. 1973). Recitaciones en la voz de Hugo Margenat (lado A) y José Antonio Torres Martinó (lado B.) La contraportada del disco incluye una reseña biográfica del poeta, redactada por Torres Martinó. Según indica Ramón Felipe Medina, en su libro Hugo Margenat, poeta agónico, antes de su muerte (1999), Margenat había grabado dos discos de su poemario Mundo abierto, los cuales el Instituto de Cultura utilizó para dicha producción, la grabación que diez años antes había hecho el poeta. (pp. 18-19)

Quintana, Hilda E., Rodríguez, María, Cristina y Gladys, Vila Barnés, Personalidad y literatura puertorriqueñas, Río Piedras Puerto Rico, Editorial Plaza Mayor, 1985. Las autoras seleccionan una variada representación de la literatura puertorriqueña a partir de lo que consideran son elementos representativos del “acervo cultural puertorriqueño” (p. 9). En la sección C del libro, en que se presenta “el escritor ante los eternos temas del ser humano”, se incluye el poema “Eslabones”, de Hugo Margenat. (pp. 314-316) Según las autoras, el poeta “recoge en su obra poética las preocupaciones de la juventud de su época con una gran madurez y sensibilidad. En sus poemas canta a su tierra, a su pueblo con héroes anónimos, y a los valores eternos del ser humano”. (pp. 373-374)

Rivera, Félix Joaquín, “Tras el meollo de lo visible: exploración del pensamiento de Hugo Margenat en Mundo abierto”, Exégesis, Revista de la Universidad de Puerto Rico en Humacao, año 21, Núm. 61-63, 2008, pp. 58-64. Un acercamiento a la mar de interesante en el que el autor del ensayo-conferencia trata de adentrarse a la esfera interna del pensamiento y la psiquis del poeta a través de su poemario.

Rivera de Álvarez, Josefina, Diccionario de literatura puertorriqueña, San Juan de Puerto Rico, Instituto de Cultura Puertorriqueña, 1974. En una apretada nota bibliográfica, Josefina Rivera destaca que su vocación y talento poético recibió el estímulo del poeta español. (p. 896) Juan Ramón Jiménez. Acerca de la valoración de Margenat, indica que la misma, manifestaba “una actitud de grave e intensa seriedad” mediante la cual manifestó en su poesía una vinculación con “los valores fundamentales del espíritu, no empece a sus pocos años, halló proyecciones en una lírica de acento recio y riguroso, de agudas intenciones, vaciada en moldes de depurada modernidad.” (p. 897) 

Torres Santiago, José Manuel, “Hugo Margenat: Un acercamiento a su presencia histórica”, en: En Rojo, edición 2772, 6 al 12 de abril de 2006, pp. 20-21. En este ensayo, José Manuel Torres Santiago que, junto a Ramón Felipe Medina, han sido dos de los estudiosos más constantes de la vida y obra de Hugo Margenat, nos brinda un acercamiento a Hugo Margenat que trasciende el mito, que en torno al poeta se ha creado desde su muerte y nos permite una aproximación al ser humano que existe en una realidad social y cultural específica, y a partir de la cuales construye su poesía y su poética.

Artículo anteriorA toda costa Vilches y Cardona
Artículo siguientePoemas de Hugo Margenat