Juan Pablo Díaz puesta a la salsa (entrevista En Rojo)

La salsa, como género musical y baile, se populariza en Nueva York a finales de la década de los 60. Ese es el lugar común cuando hablamos de ese ritmo. Medio siglo después tú eres un intérprete de ese género. ¿Cómo llegó la salsa a ti? ¿Cómo llegaste a la salsa?

La llegada de la salsa para mí tiene dos vertientes: la de fanático, y la de cantante. Me convertí en fanático del género desde muy joven…beneficios marginales de ser criado por una cocola empedernida. Mami era de las que hacía (y aún hace) del baile su jangueo, y tiene un muy buen gusto musical. En su colección encontré el disco que me convirtió en fan instantáneo: una compilación de trabajos de Willie Colón como productor de distintos cantantes. Le di bastante pa abajo a “Willie Colón & Associates” desde como los 9 años. Desde esa experiencia es que empiezo a indagar en la salsa, a desarrollar mi propio gusto, y a enfiebrarme.

Entré a la UPR de Río Piedras inicialmente a estudiar música, pero la vida dio sus vueltas y terminé desarrollándome como actor. Puse la música a un lado por varios años, pero siempre supe que quería hacer un proyecto musical. Lo que no sabía era en qué género desenvolverme. Fue a través del teatro que me reconecté con la música. En el 2004 hice “La estación eléctrica”, pieza de Jorge González en donde se cantaba en vivo. El director musical fue Luis Amed Irizarry, uno de los miembros fundadores de La PVC. Un día me invita después de un ensayo (o una función, no recuerdo) a hacer coros con la orquesta que ya venía siguiendo hace un tiempo.

Cuento largo corto, después de ese momento me siguieron invitando y terminé siendo uno de los cantantes de la orquesta. La PVC fue mi gran escuela; estuve allí como unos 8 años, aprendí muchísimo, conocí y trabajé con grandes músicos del país, y poco a poco fui desarrollando mi voz e identidad salsera. Durante mi estadía en la orquesta empecé a pensar en la posibilidad de desarrollar un proyecto como solista…y varios años después me zumbé. Y aquí estamos…

Del reggaettón al trap hay un cierto trecho y algunos teorizan que esos son los resultados de la natural evolución de la salsa. ¿Qué crees?

El reggaeton, el trap y la salsa han sido el pulso del pueblo joven en su momento histórico. Al igual que la plena cuando le tocó, éstos géneros han sido impulsados por una juventud que se identifica y se siente cómoda de expresar su sentir a través de la música. El asunto con la salsa es que fue el primer género que fue masivo. Su éxito trascendió fronteras y estableció el arquetipo de lo que podría ser una industria musical sólida.

Pasó algo similar con el boom del reggaetón local. Cuando explotó, todavía habían restos de una industria disquera fuerte, y los artistas, productores y ejecutivos se aprovecharon de parte y parte. Incluso, el reggaetón logró algo que la salsa no hizo (quizás porque no le interesaba, o no se necesitaba en un mundo pre-globalizado): establecieron el género como la música Pop. Por eso ves tanto crossover entre artistas Pop y reggaetoneros, siendo “Despacito” la cúspide de esta práctica.

En mi opinión, el trap es diferente. Es un fenómeno que viene subiendo, pero necesita identidad más allá de la jodedera y el maleanteo exagerado. El reggaetón y la salsa también lo fueron, pero creo que se solidificaron como géneros legítimos cuando emergieron artistas que establecieron una temática alternativa a la mera diversión. En la salsa, Rubén Blades, Ramón Rodríguez, Roberto Angleró y Don Tite Curet Alonso. En el reggaetón, Eddie Ávila, Tego Calderón y René Pérez. Se atrevieron a salir de los convencionalismos, y a interpretar sus realidades sociales a través de su música.

Creo que al trap le hace falta esa voz. Y creo que existen exponentes que eventualmente harán el salto. Son chamacos ahora, pero eventualmente irán madurando. Creo que queda de ellos decidir si esto es pa largo, o si es un género divertido, parisero pero fugaz como el House (y todas sus vertientes).

Vienes de una familia de actores y tú estás en el escenario en otra faceta. ¿Considerarías que el dominio del escenario viene de esa familiaridad y experiencia?

Definitivamente. He tenido el privilegio de desenvolverme en múltiples facetas del arte escénico, y eso influye mucho en la proyección a la hora de pisar un escenario. Una de las herramientas que siempre recomiendo es tratar de desarrollar conocimiento en la improvisación teatral. Es una destreza que ayuda mucho a sentirse confiado, a arrojarse a la experiencia y a no temerle al error como artista escénico. Siempre existe y existirá el frío olímpico, pero la impro te ayuda a que no sea tan grave.

¿Qué representan las nominaciones y premios?

Creo que los premios son un reconocimiento de parte de una institución a un trabajo bien hecho. Todas las instituciones tienen sus procedimientos y realidades, y en ocasiones el público queda desilusionado con los resultados. Lo pudimos ver recientemente con el asunto de “Despacito” en los Grammys. Yo tuve el honor de haber sido nominado para un Grammy Latino por mi segundo álbum “Fase dos”. El ganador fue el maestro Blades, pero con mi nominación se establecieron varios precedentes de los cuales me siento extremadamente orgulloso. La producción es totalmente independiente, fue la única hecha completamente en Puerto Rico. A su vez, es una de las dos producciones (dentro de las 5 que fueron nominadas) que en su mayoría contenía material inédito. Y a mis 34 años puedo decir que soy el productor musical más joven que ha sido nominado en la historia de la categoría. Para mí, esto es prueba de que se puede ganar de muchas formas.

¿Cómo ves el futuro de la música en Puerto Rico? ¿El futuro de la salsa? ¿Tiene futuro?

Algo tiene la música que se hace en Puerto Rico que gusta mucho. Creo que lo más interesante de nuestra música se mueve por debajo de la superficie popular. Y se están gestando muchos proyectos diversos con identidades definidas que representarán dignamente nuestra identidad musical colectiva.

En cuanto a la salsa, sí hay un movimiento de salseros emergentes que no se veía hace tiempo, en mi opinión. Vemos que hay muchas propuestas diversas, y una no cancela a la otra. Hay mucha oferta que se complementa entre sí…lo que necesitamos es foro. Todavía estamos en la transición de la industria musical post-disqueras. Si bien es cierto que la salsa quizás no goza de la popularidad que tenía hace unas décadas, también es cierto que hay un público cautivo que apoya lo que le gusta. Lo vemos en el caso de la Orquesta El Macabeo y Pirulo y la Tribu. Cada uno desde su esquina tiene su fanaticada que los sigue a todos lados. Lo que necesitamos es la cancha para desarrollarnos y expresarnos. Siempre habrá futuro si tenemos gente que apuesta a él.

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