Junta de Control Fiscal un fiasco: A cinco años ¿Qué tenemos?

 

Especial para CLARIDAD

 

El 30 de junio de 2016 hace 5 años se firmó la Ley de Supervisión, Administración y Estabilidad Económica de Puerto Rico (PROMESA) para estabilizar la situación fiscal, restablecer el crecimiento y construir un futuro mejor para todos los puertorriqueños. Era la declaración de la quiebra más grande en la historia del mercado de bonos municipales y así evitar un caos en los mercados. La Junta de Control Fiscal que creó tenía la encomienda de supervisar las finanzas públicas y ayudar a implementar cambios para mejorar la economía y lograr acuerdos con los acreedores, además de controlar la corrupción y malos manejos administrativos.

Hoy ¿Qué tenemos? Un país sin un Plan de Desarrollo y Crecimiento Económico o futuro para los puertorriqueños, que transforme la economía y que se sostenga a largo plazo. Tenemos un país más pobre y desigual, con menos: derechos laborales, servicios esenciales, servicios necesarios para el desarrollo y empleos. Donde desmantelan las instituciones necesarias para el desarrollo, como son las escuelas, la UPR, la salud, y debilitan las instituciones que fortalecen el crecimiento AEE y AAA. Además, se mantiene a la alta gerencia ineficiente y se condena a los que producen, los trabajadores. Sigue la corrupción, los malos manejos y no ha logrado el presupuesto balanceado como lo requiere la ley. Mientras no han querido definir los servicios esenciales y no ha querido auditar la deuda pública para establecer qué deudas se emitieron de manera ilegal, los responsables, los procedimientos corruptos para dejarlas fuera de la reestructuración, por ser deuda ilegal e ilegítima. A eso le añadimos la aplicación de políticas de ajustes y la imposición de medidas de austeridad que hacen sufrir a la gente que menos tiene, atentando contra las pensiones, la educación, la salud, el ambiente, el patrimonio cultural, el deporte, o sea contra la calidad de vida. Vimos el rostro de falta de preocupación de la JCF con el pueblo luego de los huracanes en el 2017, donde no se preocuparon por el pueblo y sólo intervinieron en administrar fondos, ni siquiera dijeron o fiscalizaron los asuntos de la corrupción en la distribución de suministros. Tal parece que la JCF es la corrupción perfeccionada y de élite, todo un fracaso.

En ese entonces señalaba que esa JCF no iba a resultar, no controlaría la corrupción, que era una ley colonial que imponía la nueva colonia del siglo XXI. Las leyes trataban los síntomas sin estudiar el problema, la colonia. La deuda pública insostenible como la corrupción son síntomas del problema estructural de nuestra economía y sociedad, que es la colonia y su falta de poderes. La Junta de Control Fiscal es colonialismo del siglo XXI, es una entidad que no fue seleccionada por el pueblo (pro cónsules), que no tiene ningún compromiso con el bienestar del pueblo, no define objetivos sociales y tienen conflictos de interés y éticos pues representan a los dueños de la deuda. Es un Gobierno Corporativo, donde las corporaciones dominan las decisiones de economía política, y establecen prioridades para las empresas de las cuales son representantes (conflicto ético), atentan contra los servicios esenciales, los servicios necesarios para el desarrollo y el pueblo. Es un golpe de Estado a la colonia donde le imponen la JCF que manda y domina sobre el gobierno, escogen a sus gobernantes para que no exista oposición e imponen leyes.

La falta de ruta de crecimiento es el principal fracaso de la JCF, han sido incapaz de establecer un Plan de Desarrollo y Crecimiento pues carecen de objetivos sociales que lo pueda dirigir. Su objetivo es pagar la deuda, controlar las finanzas públicas y torcer la economía de Puerto Rico para favorecer los grandes intereses ausentes. Su plan hoy es gastar fondos federales (al igual que el Gobernador), y crear la impresión de que crecemos, repitiendo los mismos esquemas de las administraciones políticas pasadas, favoreciendo la corrupción y el despilfarro de recursos, vivir de los fondos federales para cuadrar el presupuesto. La ilusión de crecimiento por la inyección de fondos federales es temporera y no han definido qué pasará después que se acaben los fondos, ¿qué quedará? Se proyecta que en 10 años estaremos de nuevo en la quiebra, sin una economía fortalecida, con más impuestos y pocos empleos.

Si la JCF tuviera un Plan de Desarrollo y Crecimiento establecería con esos fondos iniciativas económicas que conduzcan a transformar la economía, la diversifiquen, fortalezcan instituciones donde la educación y la UPR serían importantes para el desarrollo. Tendríamos un futuro para los puertorriqueños, a diferencia de lo que nos ofrecen hoy, pobreza, miseria y dependencia.

Pero parece que el plan perverso de la JCF es “un Puerto Rico sin puertorriqueños”, donde cada acción contribuye a expulsar a los mejores recursos humanos que tenemos, a destruir la mejor inversión social -la UPR y la educación-, generar desempleo, además de quitar las pensiones y condenarnos a la pobreza. Parece que quieren puertorriqueños sin preparación y educación para poder tener “esclavos del sistema”, con salario mínimo o menos (su intención era llevarlo a $4.25 la hora para los jóvenes), sin beneficios laborales (la Reforma Laboral fue de sus primeras leyes) o de salud de manera que dejen ganancias a las empresas y miserias al pueblo. Con la Ley PROMESA volvimos a 1900 en las condiciones coloniales que teníamos, con una nueva “economía de plantación del imperio colonial”, que combinaba la gran propiedad y el empleo de mano de obra con bajos salarios (o esclava), pobres, sin derechos y enfermos.

La JCF se concentra en un Plan de dependencia para la alta gerencia y destruir al pueblo. Recientemente vimos a Natalie Jaresko en la legislatura de EEUU oponiéndose a que provean ayuda al pueblo y que no den paridad en fondos federales a Puerto Rico. Pero a su vez favoreciendo en conseguir los fondos federales de reconstrucción para manejarlos y distribuirlos entre ellos, con acciones corruptas o contratos extraños como el de LUMA que no viene a reconstruir sino a administrar los fondos. La otra cara es que los fondos beneficiaran a empresas extranjeras, como pasó con COBRA o White Fish, donde la JCF no intervino, entonces para ¿qué sirve?

Si vemos el Plan de la JCF desde la visión de un Plan FODA (Fortalezas, Oportunidades, Debilidades y Amenazas), encontramos que destruye las fortalezas (educación y empobrece a los trabajadores) y las oportunidades (profesionales y posibles empleos a crearse). Acrecienta las debilidades (pobreza, salarios bajos, desigualdad, muchos impuestos e instituciones que no proveen servicios, además de potenciar la corrupción) y la JCF se convierte en la amenaza principal para nuestro futuro con la falta de poderes (entorpece las acciones legislativas para proteger el pueblo). Amenazan a los legisladores, se oponen a un presupuesto balanceado, porque tendrían que irse y señalan que se oponen a la Ley de Retiro Digno. Esperamos que este choque sea continuo y que cada día la legislatura presente más oposición articulada sobre las decisiones del ente federal para que el pueblo tenga un nuevo aliado en derrotar la JCF y la Ley PROMESA. No existe un plan de crecimiento, destruyes las fortalezas y oportunidades, no define los servicios esenciales para asegurar de que se asignan los fondos para dar esos servicios y con lo que sobra entonces decir, destruye la infraestructura y las instituciones, favorece la emigración de la gente (preparada o no), reduces las pensiones y buscas cómo quebrar las mismas, eliminas ayudas a los más vulnerables, privatizan y venden activos y hasta pretenden controlar los activos de las cooperativas (donde están los ahorros del pueblo), para destruir todo potencial de País. Negocian la deuda pública sin importarle el pueblo, sólo quieren la colonia para sacar ganancias y aseguran por lo menos 20 años de estancamiento.

Los logros de la JCF y Natalie Jaresko, comienzan con detener el pago de la deuda, renegociar la deuda pública con políticas que en varios años volveremos a estar en peores condiciones, pagando más y sin auditar e investigar los enredos que en la misma existen y los responsables. La JCF es miope cuando reestructura la deuda pública, para ellos están actuando bien, pero la realidad es que la aumentan y la hacen insostenible. La reestructuración de la deuda asegurada de la Corporación del Fondo de Interés Apremiante (COFINA), que se redujo muy poco de $18,000 millones a $12,000 millones, pero vamos a pagar mucho dinero en efectivo, compromete el IVU de años futuros y seguirá creciendo esta deuda. El ajuste de la deuda del Banco Gubernamental de Fomento, que bajó de $5,000 millones a $2,000 millones, sin explicar quiénes quebraron al Banco y las razones, que las podemos encontrar si buscamos en la prensa y lo peor seguirá creciendo esta deuda. En la Autoridad de Acueductos y Alcantarillados (AAA) un ajuste en el pago anual de parte de su deuda, con un recorte de $380 millones, sin investigar los contratos de ONDEO y los otros enredos. La deuda de AEE que negocia y la contratación de la empresa LUMA Energy que ha sido ineficiente, costosa y que va tras los fondos federales. Y se espera que a fin de año un acuerdo de reestructuración de $35,000 millones en deuda del gobierno central, pero sin explicar o entender a qué costo. Para la JCF es una gran cuantía— se habrá logrado una reducción de $60,000 millones. Toda esta restructuración según expertos financieros significa que en una década tengamos la quiebra nuevamente. O sea que estaremos peor, 20 años de miserias.

Pero los logros dependen de quién los vea, para algunos son logros, pero en realidad son mediocres, ineficientes, corruptos que gastan mucho dinero del pueblo puertorriqueño en abogados, asesores y otros que no resuelven el problema real. Recuerda que el problema es estructural, es la colonia. Tal parece que es un negocio para todos ellos el que no se solucione el problema estructural del País.

La JCF y Jaresko se oponen a nuestras pensiones, a los servicios esenciales, a la educación, a la salud y pretenden que sigamos pagando con más impuestos, ajustes y recortes. La JCF es la misma corrupción, pero peor. Es un golpe de Estado al gobierno de Puerto Rico (a la colonia), quitándole poderes y al mismo gobierno de EEUU que no los puede controlar. ¿Cómo pudieron crear algo tan perverso que les ha quitado poder? Parece que EEUU le tienen miedo a ese Gobierno Corporativo, poderoso y que atenta contra ellos mismos, es un golpe de Estado blando a ellos mismo.

Son 5 años que cada vez que Jaresko y la JCF negocian desmantelar los servicios que se ofrecen en escuelas y hospitales, la Universidad de Puerto Rico, recortan o eliminan las pensiones, se oponen al aumento en el salario mínimo (pues quieren que sea de $4.25 o sea menor), aumenta la corrupción y somos más pobres. No vemos solución, porque terminamos pagando más y nosotros el pueblo sufriendo, llevándonos a una crisis humanitaria.

Hay algo extraño en este negocio de la Ley PROMESA y la JCF, piénsalo. Es hora que el pueblo exijamos que la JCF se vaya, que no tiene ni autoridad legal, ni moral, ni constitucional. Exigir al Congreso de EEUU y al Presidente que se elimine la Ley PROMESA. NO podemos esperar que EEUU resuelva el entuerto que han creado, debemos exigir. Y podemos comenzar exigiendo que la directora Natalie Jaresko no le renuevan el nombramiento en octubre, un pueblo quebrado no puede pagar tanto por tan poco. Exijamos nuestros derechos y poderes para enderezar la economía de Puerto Rico, porque queremos un futuro y en cinco años sólo hemos visto fracasos, corrupción, despilfarros, falta de inversión social y maltrato al pueblo.

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