La agenda del presidente de la Asociación de Alcaldes

CLARIDAD

 El presidente de la Asociación de Alcaldes (AA), Luis Javier Hernández, espera que, a tono con el mensaje de toma de posesión del gobernador Pedro Pierluisi, los alcaldes de la Asociación y los   alcaldes de la Federación de Alcaldes puedan hablar el mismo idioma respecto a la agenda de los municipios y su relación con la OficinaCentral de Reconstrucción, Recuperación y Resiliencia (COR3).

 En el contexto de una nueva administración y de que fuera colgado en la Legislatura el proyecto (PS 1639), que pretendía que el COR3 fuese una agencia cuyo puesto de dirección fuese por 10 años, el presidente de la asociación que agrupa a los alcaldes del Partido Popular Democrático (PPD) espera que se pueda romper con la burocracia que impera en el COR3.

 El alcalde de Villalba relató que los municipios estuvieron enfrascados en una guerra atroz con el COR3 durante los primeros dos años después del huracán María, debido al proceso extremo que mantiene el COR3 en la otorgación de los proyectos. “¡Cómo es posible que los municipios estén tres años sentados en la mesa para simple y sencillamente ponerse de acuerdo en qué proyectos hacer!”, denunció Hernández.

 El presidente de la AA reconoció que a raíz de los casos de corrupción como el de Whittefish y otros después del huracán María, el Gobierno Federal, a través de FEMA, le impuso al Gobierno de Puerto Rico mil trabas para poder liberar los fondos, y las consecuencias las pagaron los municipios. De ahí que se estableciera el COR3 para que fuera el enlace entre el Gobierno federal y los municipios y manejara la fase de desembolso.

 De acuerdo con Hernández, antes no existía el COR3, por lo que en otros desastres la participación del Gobierno estatal era muchísimo menor y tenía un papel menos protagónico en la identificación de los proyectos que ahora. Casi todos los proyectos se acordaban entre el Gobierno federal y los municipios, a los que, de hecho, el Gobierno federal les adelantaba un 50% del costo. Pero ahora, el Gobierno de Puerto Rico quiso tener un rol más protagónico y  estableció condiciones que nunca se habían impuesto. Esas condiciones han obstaculizado el inicio de proyectos. Aunque el Gobierno comenzó a liberar partidas de proyectos pequeños, que están en los $123 mil dólares o menos, la mayoría de los proyectos importantes de mitigación son proyectos que sobrepasan esa cantidad, y para ese proceso hay que pasar por trámites extremadamente burocráticos.

 Como nuevo presidente de la AA, Hernández dijo aCLARIDAD queuna de sus principales metas es romper la burocracia del COR3 y limitar sus poderes, para darle a los municipios la capacidad de llegar a acuerdos con el Gobierno federal. Además, procurará que el desembolso de fondos se trabaje de manera más expedita. Por ejemplo, indicó,  que de la misma manera que FEMA y el COR3 llegaron a un acuerdo para tener una cuenta de crédito de $50 millones para las demoliciones de los daños causados por los terremotos, haya una cuenta para los proyectos prioritarios de los municipios para que se les adelante un 50% del costo del proyecto y “así no tengamos un estancamiento de proyectos, a pesar de que están obligados”. Se refiere a los fondos de los proyectos por los daños del huracán María.

 Un proyecto “obligado” significa que ya fue aprobado.  “Fácilmente pasan hasta 90 días para el municipio recibir el primer desembolso de fondos. Eso va a afectar la etapa de construcción porque tú contratas la compañía, la compañía te va a presentar factura y si se toma más de 90 días en pagar, esto también va a traer la destrucción de las compañías de construcción de Puerto Rico, porque no todas tienen la capacidad económica para poder aguantar ese golpe”, reclamó añadiendo que ese es el reto más importante en estos momentos.

 Se supone que todos los municipios hagan un inventario de daños  y que luego de ese inventario cada uno se siente con el COR3 y con FEMA para discutir el inventario. Una vez que están de acuerdo, el proyecto vuelve al COR3 y de ahí a FEMA, en donde otra vez pasa por tres o cuatro paneles de evaluación para su aprobación final. “Yo entiendo que la mayoría de los municipios todavía estamos en la fase de obligación. Hay algunos a los que todavía les faltan bastantes proyectos por obligar, y aquellos que ya están obligados, estamos peleando la fase para el desembolso; la más difícil, pero la más importante”, insistió.

 Se supone que la función del  COR3 es ser un intermediario en todo el proceso entre los municipios y FEMA. Este proceso antes estaba dirigido por la Oficina del Inspector General (GAO), el cual era el representante ante FEMA, que aquí estaba adscrito a Manejo de Emergencias. El presupuesto del COR3 proviene de los mismos millones asignados para la reconstrucción de los huracanes y los terremotos. Hernández opina que la idea de dar un puesto de dirección de 10 años tenía la intención de acaparar esos fondos.

 El presidente de la Asociación de Alcaldes dijo desconocer cómo va a ser la dinámica de los municipios con el nuevo director del COR3, Manuel Laboy, “y me preocupa”. Preguntado sobre la participación de las comunidades, el alcalde suspiró y admitió que estas tienen muy poca participación en los proyectos dirigidos a atender los daños sufridos en el huracán.

 “FEMA no te da mucha discreción de añadir otros componentes de mitigación; o sea, si se destruyó un puente, pues, se repara el puente. En el caso de FEMA (estamos hablando de infraestructura  que sufrió daños por el huracán),  el problema grande que tenemos con FEMA es que sus trabajos es supuestamente reemplazar lo que estaba, tal como estaba. La fase de hacer las cosas mucho más fuertes es bien frustrante poder trabajarla con ellos porque esa es la fase de mitigación, en la cual no hay gran espacio para poder añadir. Por eso mi petición al nuevo Gobierno es que esa partida de mitigación la revise y pueda añadirle más, de manera que los municipios podamos construir de una manera más resiliente”.

Luis Javier Hernández, alcalde de Villalba.Foto Suministrada

 El presidente de la Asociación mencionó como ejemplo que, en Villalba, el huracán María destruyó por completo un centro de envejecientes, por lo que no se puede reparar, sino construir uno nuevo. En este caso tendría que haber un pareo de fondos de FEMA para mitigación y de los fondos para recuperación. Hernández considera que en este caso tiene que haber de parte del COR3 un desprendimiento de los asuntos de los fondos de recuperación, pero hasta el momento, “lo que hemos visto es que todo se ha diluido en planificación, nadie ha visto obra en concreto. Si realmente queremos ver obra en concreto, ellos tienen que reconocer que hay que integrar de manera proactiva a los municipios y darles más libertad en la fase de decidir qué proyectos se hacen y con cuánto dinero”. También trajo a la atención lo que sucede con los fondos CDBR que maneja el Departamento de la Vivienda. “Han sido bien pocas las casas que se han construido y los fondos se han diluido en gastos administrativos: Eso es lo que tenemos que buscar evitar”.

 La misma preocupación expresó respecto a la reparación de las escuelas afectadas, tanto por los huracanes como por los terremotos, por lo que planteó la necesidad de que se integre a los municipios para poder acelerar los procesos de construcción.

 Otro aspecto sobre el cual llamó la atención de los fondos de FEMA es que una vez obligado un proyecto,  el municipio tiene entre dos a tres años para su terminación. Si no se elimina la capa de burocracia que tiene el COR3 y no desembolsa a tiempo, el municipio arriesga a perder los fondos.

 Hernández se propone reunirse con la Asociación de Constructores para que estos estén conscientes de la magnitud de los proyectos que se van a realizar y para que a su vez las compañías de construcción puertorriqueñas se puedan preparar para presentarse a las subastas y obtener los proyectos.

El portavoz de los alcaldes de la Asociación dijo que esperaba reunirse con el presidente de la Federación de Alcaldes, Ángel Pérez, alcalde del municipio de Guaynabo, para compartir sus preocupaciones y poder acudir ante el gobernador hablando el mismo idioma.  “De alguna manera, quiero que los dos hablemos el mismo idioma y, de alguna manera, demos el ejemplo de cómo las alianzas son los verdaderos forjadores del cambio. En lugar de ir 42 alcaldes a tratar de trabajar una agenda, yo quisiera que la agenda sea en conjunto y que los dos vayamos donde el gobernador con una sola agenda basada en las prioridades de nuestra gente”.

 

 

 

 

 

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