La independencia es la solución progresista al colonialismo de Estados Unidos en Puerto Rico

 

 

 

(Entrevista a José López Rivera, profesor de historia y  líder de la diáspora boricua en la ciudad de Chicago, realizada por Margaret Power, historiadora y profesora en el Instituto Tecnológico de Illinois, para el periódico cibernético progresista TRUTHOUT, y publicada el 23 de enero de 2021. Truthout es una publicación noticiosa independiente en la web, con temática centrada en política de Estados Unidos, derechos humanos y asuntos globales.  La traducción al español es de CLARIDAD).

 

En su discurso de elogio al fallecido líder de los derechos civiles John Lewis el pasado mes de agosto de 2020, Barack Obama expresó que la ausencia de representación política a nivel federal de Washington, D.C. y Puerto Rico es un asunto de derechos civiles. Desde entonces, el Partido Demócrata y algunos sectores progresistas han hecho un reclamo a favor de la estadidad para Washington, D.C. y Puerto Rico.

José López es el director ejecutivo del Centro Cultural Puertorriqueño de Chicago. Por largo tiempo, él ha abogado por la independencia para Puerto Rico, y trabajó para asegurar la excarcelación de varias sucesivas generaciones de prisioneros políticos puertorriqueños, incluyendo a su hermano, Oscar López Rivera. En esta entrevista, López refuta la premisa de que el plebiscito de estatus celebrado en Puerto Rico en el 2020 indica un apoyo mayoritario a la estadidad, y explica por qué la solución al colonialismo en Puerto Rico es la independencia. También afirma que el estatus político de Puerto Rico es un asunto de derechos humanos, y no de derechos civiles.

Margaret Power (MP): ¿Cómo usted analiza las elecciones del pasado mes de noviembre 2020 en Puerto Rico?

José López (JL): Hubo varios resultados muy interesantes de la elección general territorial de 2020 en la isla. Pero, antes que nada, examinemos el contexto.

En Puerto Rico se han celebrado elecciones locales desde 1900, cuando la Ley Foraker estableció un gobierno civil tras la invasión militar de Estados Unidos al archipiélago en 1898. Desde esa época, Puerto Rico ha elegido a un comisionado residente para representarlo ante el Congreso de Estados Unidos. Sin embargo, dicho comisionado no tiene derecho a votar en el Congreso. Y aunque a los puertorriqueños se les extendió la ciudadanía estadounidense en 1917, ellos y ellas tampoco pueden votar por el presidente, ni congresistas, ni senadores de Estados Unidos. Si se relocalizan en Estados Unidos, entonces sí pueden votar en las elecciones federales. En la elección de 2020, los puertorriqueños votaron por sus oficiales locales y municipales, y además, en un referéndum no vinculante de “estadidad Sí o No”.

Por décadas, han existido dos grandes partidos en Puerto Rico, el Nuevo Progresista (PNP) que favorece la estadidad, y el Popular Democrático (PPD), que favorece el Estado Libre Asociado (“Commonwealth”). Casi cada cuatro años estos partidos se alternan en el gobierno de la isla. Luego de la elección de noviembre 2020, este sistema de solo dos partidos principales prácticamente dejó de existir porque más de una tercera parte del electorado escogió a candidatos de otros partidos. Esto no había ocurrido en décadas, probablemente desde 1952 cuando el Partido Independentista Puertorriqueño (PIP) obtuvo el 19% de los votos.

Esto demuestra que cuando los electores acudieron a las urnas el pasado mes de noviembre estaban realmente pensando en nuevas posibilidades.  Alexandra Lúgaro, quien representó a un nuevo partido emergente, Movimiento Victoria Ciudadana (MVC), compitió por la gobernación y obtuvo un 14% del voto, una cantidad enorme. El PNP obtuvo el 33%, el PPD obtuvo el 32% y el PIP obtuvo el 14%; mientras otros dos candidatos obtuvieron porcentajes menores. Esto significa que aproximadamente el 35% del electorado no votó por ninguno de los dos partidos principales.

Cinco partidos distintos cuentan ahora con representación en la Cámara de Representantes y en el Senado de Puerto Rico. Esto es un cambio grande. Como resultado, tendrá que haber negociaciones para determinar quiénes serán los líderes de la Cámara y el Senado.

Otro cambio importante es el aumento considerable de mujeres candidatas, principalmente a nivel de las alcaldías y en la Cámara de Representantes y el Senado. Por ejemplo, Ana Irma Rivera Lassén, una mujer afro descendiente y de la comunidad LBGTTQI fue electa al Senado por el MVC. Y tres hombres, también de la comunidad LGBTTQI y de diferentes partidos, también obtuvieron escaños. Realmente lograron cambiar la composición de unas cámaras legislativas largamente dominadas por hombres heterosexuales. 

MP: Muchas personas han interpretado el referéndum no vinculante como un voto a favor de la estadidad. ¿Está usted de acuerdo?

JL: Se trató de un referéndum no vinculante que no tenía mérito real y una sola pregunta de Sí o No, “¿Debe Puerto Rico ser inmediatamente admitido como estado de la Unión Americana”?Esa fue la única opción que se le ofreció a los electores. El movimiento estadista, que recibió 623,053 sufragios (o 52% del voto) reclamó el triunfo. Pero si se suman los números reales verás que no hubo tal triunfo. Miles de votantes depositaron sus papeletas en blanco, o simplemente no votaron en el referéndum, posiblemente porque no reconocían su legitimidad. Ese fue un voto de protesta. 1, 428,075 personas votaron en la elección para gobernador, pero de esas, solamente 1,190, 399 votaron en el referéndum. Eso significa que hubo 237,000  votos menos en el referéndum que los votos por la gobernación. Si esaspersonas fuesen estadistas, hubiesen votado por la estadidad.Para completar el análisis, la participación electoral en esta elección estuvo por debajo de lo normal. Solo cerca de un 32% de todos los electores elegibles votó en el referéndum, convirtiéndolo en “la más baja participación electoral en la historia”.  Tomando en cuenta todos esos factores, podemos decir que la estadidad no ganó.

Pero 44% de los electores conscientemente votó por la estadidad. Para explicar eso, es muy importante subrayar el hecho de que el movimiento estadista invirtió recursos increíbles en dicha propuesta. Lanzaron una ofensiva por toda la isla a favor de la estadidad como símbolo de igualdad, derechos civiles y la noción de que si Puerto Rico fuese un estado, entonces los puertorriqueños alcanzarían la paridad de fondos para salud, educación y bienestar. La población de Puerto Rico está desesperada como resultado del paso del Huracán María en 2017 y los terremotos del año pasado. Además, la Junta de Supervisión Fiscal no electa, creada por el Congreso de Estados Unidos para fiscalizar las finanzas y el presupuesto de Puerto Rico ha impuesto medidas de austeridad muy dañinas para el pueblo. La función real de la Junta ha sido asegurar el repago a bancos y sectores financieros de Estados Unidos de la deuda no auditada de Puerto Rico. Como resultado, los puertorriqueños son cada vez más dependientes de las transferencias de fondos federales, los cuales no se distribuyen equitativamente en Puerto Rico. A Puerto Rico se le rige bajo la doctrina de separados y desiguales. Por eso, mucha gente que es dependiente de esos fondos dicen: “Oh, vamos a perder los fondos a menos que seamos un estado.” La campaña por la estadidad apeló a una población desesperada, a la que se le dijo que su supervivencia estaba en juego. Esa fue la receta que usaron para mover la gente a votar por el Sí.

José López en el Puente de las Mujeres. foto Archivo CLARIDAD

El voto por el No apenas tuvo presencia física en la isla. Un grupo de personas organizaron un movimiento de base  pero no lograron acceso a los grandes medios de prensa locales, que los boicotearon. Así las cosas, es impresionante que el No haya obtenido el 48% de los votos.

MP: El movimiento de independencia en Puerto Rico tiene una historia muy larga. Está firmemente enraizado en la lucha librada en el siglo 19 contra la dominación colonial de España. Este movimiento persigue la total soberanía de Puerto Rico, con una visión de proveer justicia social y económica a la gente del archipiélago. ¿Aumentó el voto independentista en esta elección?

JL:Si, el voto independentista aumentó significativamente. Si se mide a base de quién obtuvo el mayor número de votos individuales para la legislatura en Puerto Rico, fue María de Lourdes Santiago. Ella es la vicepresidenta del PIP y ganó un escaño para el Senado en dicha elección nacional, con votos de electores de todo Puerto Rico. Recibió 136, 679 votos, mientras los dos candidatos a senadores más votados del PNP obtuvieron 81,863 y 80, 139 respectivamente. 

MP: ¿Por qué más personas votaron por la independencia en esta elección?

JL: El voto por la independencia no tuvo el nivel de los partidos principales, pero el PIP salió muy bien. Y también los candidatos legislativos por acumulación del MVC hicieron una gran demostración. Todo esto demuestra que hay oposición a la administración y a la política actual en Puerto Rico. Demuestra que existen nuevos desarrollos en la política puertorriqueña. Este año, el PIP tuvo un candidato joven para la gobernación, Juan Dalmau, que pudo articular una visión clara para Puerto Rico. Tanto las encuestas a boca de urna como un gran número de comentaristas políticos en la isla han señalado que él obtuvo la mayoría de sus votos entre la gente joven.

MP: Usted dijo que muchos de los que votaron por la estadidad son personas que pensaban que votar contra la estadidad amenazaba su supervivencia. ¿Quiénes son esas personas específicamente?

JL: Personas de varios sectores apoyan la estadidad, incluyendo los adultos mayores y los veteranos. Puerto Rico tiene una población enorme de veteranos. Los puertorriqueños que han servido en las Fuerzas Armadas de Estados Unidos no reciben el mismo trato, si se comparan con los veteranos en Estados Unidos. También hay una población de adultos mayores que se visualizan ligados a Estados Unidos para su supervivencia. El movimiento estadista les dice que perderán ingresos y dinero si no votan por la estadidad. Piensan que su supervivencia está en juego, y no ven otras posibilidades. Son un número grande de la población.

La capa superior de la élite puertorriqueña es pro estadidad y también muchas personas de bajos ingresos que dependen para su sustento del programa de asistencia alimentaria, o del departamento de vivienda federal y de otras agencias federales. Pero lo que no se les dice a esos puertorriqueños es que la mayoría de las “ayudas” que reciben provienen de lo que se les ha quitado en impuestos o ganancias. No es que están recibiendo estos recursos o fondos gracias a la benevolencia del gobierno de Estados Unidos. Los puertorriqueños pagan para el Seguro Social Federal y Medicare. No obtenemos nada de Estados Unidos que no nos merezcamos, y más importante aún, que no nos hayamos ganado.

MP: ¿Cuál es la conexión entre este voto y las protestas que ocurrieron durante el verano de 2029?

JL: Los resultados electorales y los realineamientos políticos demuestran que la gente está mirando críticamente a los partidos políticos y la corrupción. La situación colonial de Puerto Rico es cada día más evidente. Fue bien evidente durante las marchas del mes de julio de 2019, cuando literalmente una tercera parte de la población puertorriqueña derrocó al entonces gobernador. Ese es uno de los más grandes porcentajes de gente que se ha lanzado a la calle en el mundo. Las protestas tuvieron el impacto de elevar el nivel de conciencia del electorado puertorriqueño.

MP: Algunos sectores del Partido Demócrata han estado empujando la estadidad recientemente. ¿Quiénes y por qué están en ese esfuerzo?

JL: En los últimos tiempos el Partido Demócrata se ha endeudado con el sector adinerado del movimiento estadista, que ha contribuido con mucho dinero al Partido Demócrata. La elección de Tom Pérez como presidente del Partido Demócrata recibió grandes sumas de estadistas puertorriqueños para su esfuerzo contra Keith Ellison de Minnesota. Como se sabe, existe una clara división política entre los Demócratas. Ellison representaba a los seguidores de Bernie Sanders y el ala progresista, mientras Tom Pérez representaba a los sectores más conservadores de dicho partido. Los estadistas ricos, que están muy bien conectados a personajes y cabilderos en Washington, han donado mucho dinero al Partido Demócrata.

Otro factor es el mito de que si Puerto Rico se convierte en un estado, los Demócratas obtendrían dos senadores y hasta 5 congresistas para sus caucus, asegurando el control Demócrata de ambas cámaras del Congreso por muchos años. Este análisis no toma en cuenta que la candidata pro-Trump, Jennifer González, que es estadista, ganó como Comisionada Residente de Puerto Rico. Y Donald Trump contribuyó dinero a su campaña.

Algunos Demócratas apoyan la estadidad porque lo enmarcan como un asunto de derechos civiles. En el funeral de John Lewis, Barack Obama dijo que el próximo paso en término de derechos civiles es garantizar la estadidad para el Distrito de Columbia y Puerto Rico. Pero estos son dos casos separados. Claro que creo que todo el mundo debe apoyar la estadidad para Washington, D.C. Se trata de un territorio que es parte integral de Estados Unidos y la gente que vive allí no tiene representación en los cuerpos legislativos. Deben acceder a los derechos que tienen todos los ciudadanos.

Puerto Rico es diferente porque se trata de una lucha por los derechos humanos. Hay que saber distinguir entre derechos civiles y derechos humanos. Con respecto a Puerto Rico, Estados Unidos tiene solamente una responsabilidad, y es respaldar el derecho del pueblo puertorriqueño a su autodeterminación. Ningún líder político en Estados Unidos tiene  derecho a determinar cuál es el camino correcto para Puerto Rico. Pueden tener una opinión, pero su responsabilidad es resolver un problema histórico que está matizado por una relación colonial.

Nosotros somos un pueblo distinto. Un pueblo caribeño y latinoamericano. Y Estados Unidos no nos trata ni siquiera como ciudadanos de segunda- o de tercera- clase. En 1901, el Tribunal Supremo de Estados Unidos determinó que Puerto Rico pertenece a, pero no es parte de los Estados Unidos. Los puertorriqueños, realmente, nunca podrán siquiera esperar convertirse en ciudadanos plenos de Estados Unidos. Somos regidos por una doctrina que nos categoriza como separados y desiguales. Estados Unidos ha utilizado a Puerto Rico como experimento para muchas de sus políticas: neoliberalismo, Operación Manos a la Obra, reproducción. Las mujeres puertorriqueñas fueron utilizadas como conejillos de indias durante los estudios para el desarrollo de las píldoras anticonceptivas. Las Fuerzas Armadas de Estados Unidos utilizaron a Puerto Rico para experimentos militares con bombardeos, y experimentaron con Agente Naranja en Puerto Rico antes de que se utilizara en Vietnam. Cuando se miran todas estas cosas, se me hace difícil comprender cómo alguien en Puerto Rico puede querer ser parte de un país que nos ha tratado como objetos.

MP: Hay fuerzas dentro del movimiento progresista de Estados Unidos que respaldan la estadidad para Puerto Rico. ¿Qué usted cree sobre eso?

JL: Los europeos desarrollaron el  colonialismo hace más de 500 años para despojar a las gentes de sus tierras, su trabajo y sus recursos. Justificaron el colonialismo a través del racismo. Cuando hablamos de racismo estructural, en cierto modo estamos hablando de colonialismo. Debemos alejarnos de la idea que Obama y otros están impulsando en el Partido Demócrata y enfrentar el asunto del colonialismo, y respaldar el reclamo histórico de autodeterminación.

MP: ¿Qué constituiría una solución permanente a la cuestión nacional de Puerto Rico?

JL: Que el pueblo puertorriqueño adviniera a la capacidad de auto determinarse para su realización plena como pueblo sobre la faz de la Tierra, y que pueda compartir este mundo con todos los demás pueblos. El gobierno de Estados Unidos necesitaría pagarnos reparaciones por el colonialismo; esto le corresponde a los puertorriqueños de la misma manera que le corresponde a la población afroamericana.

MP: ¿Cómo están reaccionando los oficiales electos en Puerto Rico al esfuerzo por la estadidad?

JL: En agosto del 2020, las congresistas por Nueva York, Nydia Velázquez y Alexandria Ocasio-Cortez radicaron un proyecto de ley solicitando al Congreso de Estados Unidos que reconozca el derecho del pueblo puertorriqueño a su autodeterminación. Este proyecto representa un esfuerzo real para comenzar a atender la situación colonial de Puerto Rico y se va a desarrollar una campaña para lograr apoyo para el mismo.

MP: ¿Qué obstáculos enfrenta la independencia?

JL: El principales la necesidad de que el movimiento independentista articule una política hacia la auto realización de Puerto Rico. Hay que romper con la hegemonía de Estados Unidos. Como en toda relación de servidumbre, un grave problema es el colonialismo internalizado. Hay personas pobres en Puerto Rico que reciben asistencia para alimentos, Medicaid y Medicare. Sus cheques llegan del Departamento del Tesoro de Estados Unidos y no pueden comprender la relación de ese dinero con recursos de Puerto Rico que se desvían a Estados Unidos, y luego se devuelven. El imperio estadounidense ha sido hegemónico en Puerto Rico.

MP: ¿Usted ve al nacionalismo como una fuerza positiva?

JL: . El movimiento social más reaccionario en Puerto Rico es el PNP. Es homofóbico, racista y misógino. Eso salió a la luz durante el “Rossellógate”, el escándalo del chat filtrado entre el gobernador de Puerto Rico, Ricardo Rosselló, y su círculo íntimo de colaboradores. Esas comunicaciones estaban llenas de términos soeces, insultantes, homofóbicos y misóginos, que provocaron las masivas protestas callejeras en Puerto Rico en el verano del 2019.

En Puerto Rico, las políticas más progresistas provienen de los sectores que apoyan la independencia y la soberanía. Cuando buscamos de dónde provienen las políticas que dignifican las diversas identidades de unos y otros sectores, salen del movimiento independentista. Mi concepto del nacionalismo valida todas las relaciones humanas y atiende los asuntos del clima y el ambiente. Si uno entiende la vida humana como la expresión de un ecosistema, entonces todas las cosas en el ecosistema deben ser saludables, y todos sus miembros deben poder disfrutar del derecho a la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad. Esto incluye todas las expresiones de la sexualidad humana, todas las responsabilidades ecológicas, y cualquiera otra forma de justicia social que definan la naturaleza del ecosistema.

Entrevista original en:

https://truthout.org/articles/independence-is-the-progressive-solution-to-us-colonialism-in-puerto-rico/

Copyright, Truthout.org                          Traducido y reproducido con autorización

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