La piel que escribo: conversando con mujeres escritoras afroboricuas

En el cuerpo está la historia y en los latigazos y el carimbo sobre la piel, y en las manos, en las cicatrices, las rodillas peladas…

Ahí está la historia que no está en la página.

Mayra Santos

Ante un público atento, conversaban seis escritoras negras puertorriqueñas. Todas coincidieron en que la negritud se escribe desde la propia piel negra. Según la coordinadora y moderadora de la actividad, la doctora Bárbara Abadia Rexach, la contribución que hacen esas seis mujeres – y otras – a la literatura negrista de la actualidad es realzar la noción de que la negritud se escribe desde las personas negras, desde el apalabramiento de sus vivencias, y no desde la historia oficial del poder.

Recientemente, en el marco del espectáculo teatral Érase una Isla, se realizó un conversatorio en el que el público asistente tuvo la oportunidad de exponerse a los planteamientos de las escritoras Ivonne Denis, Marie Ramos Rosado, Gloriann Sacha Antonetty Lebrón, Mayra Santos Febres, Zaira Rivera Casellas y Yolanda Arroyo Pizarro.

“Hace una década este foro no hubiese sido posible. No porque no hubiese habido siempre mujeres escritoras afroboricuas, sino porque ni el espacios ni el junte hubiese sido posible…Nosotras estamos aquí hoy porque ha habido muchas personas que han sido silenciadas precisamente para que nosotras tengamos voz”, comentó de inicio Mayra Santos Febres.

“Nosotras estamos creando unos discursos nuevos para poder hablar, en Puerto Rico, de la experiencia de lo que es la raza y el género conjuntamente con la clase social. Eso se habla desde la particularidad de cada mujer negra que tiene el honor, privilegio y responsabilidad de apalabrar su experiencia…No hay una sola manera de ser mujer negra y por lo tanto, las experiencias son múltiples”, continúo Santos Febres, reconocida internacionalmente por su narrativa.

“Todas tenemos el mismo deseo de que esa literatura negrista, afrodescendiente, crezca y prospere. Estos foros me parecen importantes porque siempre – y no es una crítica – pensamos que la única mujer negra que está en los medios y que puede visibilizarnos es Mayra Santos…La literatura afroboricua tiene vigencia, va creciendo y no hay manera de que nos invisibilicen porque estamos presentes”, intervino Ivonne Denis, autora del libro de cuentos Capá Prieto.

Desde el 2015 hasta el 2024 se celebra el Decenio Internacional para los y las Afrodecendientes, según está decretado por la Organización de las Naciones Unidas (ONU). Es por eso que todo espacio que se genere para acercarse a los temas negristas se suma al Decenio y es un reconocimiento justo de la afrodescendencia.

En Puerto Rico, teniendo en cuenta el Decenio, se han concretizado ideas de mucho alcance e impacto como la creación de la Cátedra de Mujeres Ancestrales (taller de escritura para personas interesadas en narrar la experiencia de los negros en Puerto Rico) y la del Primer Congreso de Afrodescendencia en Puerto Rico, efectuado en el recinto ripedrense de la Universidad de Puerto Rico en noviembre de 2015.

Según Arroyo Pizarro, autora de libros como Violeta, Animales de apariencia inofensiva, Las Negras, entre otros, el concepto ‘afroreparación’ es clave dentro del Decenio y de la Cátedra de Mujeres que fundó y dirige. En parte, ese concepto encierra la exigencia de los afrodescendientes de la recompensa monetaria por los vejámenes y lo terrible que fue la esclavitud, y la capacidad de sanar que deben desarrollar los y las negras. “A mí me enseñaron que una de las maneras de sanar es escribiendo. Así que yo tengo que pasar ese conocimiento a otras generaciones. Ese el porqué de la Cátedra”, comentó Yolanda.

Liberadas más que victimizadas

La doctora Marie Ramos Rosado intervino durante el foro para explicar que, con mujeres como ellas, la mirada literaria ha cambiado. “Hemos sido educados y educadas en una sociedad patriarcal, autoritaria, hegemónica, clasista, sexista, racista”, dijo.

Como ejemplo de ese cambio de acercamiento que va teniendo la literatura afropuertorriqueña actual ofrecieron el libro Rebelde: la historia de Juana Agripina, escrito por el recién fenecido Benito Massó Jr. La historia de Juana Agripina es símbolo de las mujeres negras que se revelaron, protestaron, acudieron al cimarronaje.

Todas coincidieron en que las jóvenes que se están formando necesitan conocer las historias de mujeres negras que no cupieron en las definiciones del patriarcado. “La mujer negra no puede seguir apareciendo en personajes victimizados de la literatura. Tiene que estar en papeles liberadores porque eso ayuda a afirmar la identidad…Tiene que haber más mujeres escritoras afrodescendientes para crear unos caminos que no sean el de la victimización”, señaló Ramos Rosado, autora de libros como Destellos de la negritud: investigaciones caribeñas.

Por su parte, Denis apuntó a que es importante que se discuta la imagen de la mujer negra que Luis Palés Matos pregonó en su poesía. Aunque no discute la hazaña de Palés de representar a la mujer negra, hecho casi imposible en su época, Denis resiente la constante animalización de la mujer negra que aparece entre los versos del destacado escritor: “en sus poemas él nos pone como unas salvajes, unas animales, y eso es algo con lo que no puedo lidiar…Yo me resisto, con todo el respeto que pueda tener Palés Matos, a esa imagen de la mujer negra”.

Acto seguido, el público aplaudió.

Conexiones sociales desde la negritud

“Es importante que se sepa las conexiones que hay entre la negritud y otras maneras de prejuiciar y discriminar. De ahí la importancia de mencionar las intersecciones cuando hablamos de negritud”, señaló Yolanda Arroyo, quien en su literatura privilegia la temática de las multisexualidades.

Mayra Santos citó a Achille Mbembe y su ensayo Negropolítica para ofrecer una definición de racismo que da constancia de cómo históricamente el poder ha relacionado las diversas esferas sociales a la hora de armar la concepción del racismo. Según el autor citado, el racimo es “una tecnología discursiva para restarle humanidad a un grupo de personas que, aleatoriamente – sea por raza, género, preferencia sexual –, caen en una categoría de menos ser humano y eso le da al Estado el derecho a matar, a defenderse de esos “animales” que ponen en riesgo el buen funcionamiento y el orden de la sociedad”.

Mujeres negras: invisibilizadas doblemente

La mirada de las mujeres negras, que han sido tan invisibilizadas precisamente por ser negras y mujeres, tiene que ser narrada desde la artesanía de la palabra, desde el dolor, desde la literatura y la poesía, se refirió Arroyo Pizarro al reto que actualmente manejan las seis como escritoras afropuertorriqueñas.

Según Ivonne Denis, la invisibilización está presente incluso en el feminismo que se practica en Puerto Rico: “A mí me preocupa cómo nuestras colegas feministas blancas, en alguna manera, nos han olvidado. Es como si las negras no existiéramos. Nosotras también somos parte del feminismo y tenemos total derecho a hacer esos mismos señalamientos con relación a temas como el del caso de O’Neill. Ahí hay un grado de racismo, una actitud de privilegio”.

Para conectar con el público lector e ir trabajando en el proceso de sanación colectiva que necesitan todos los que han padecido el racismo, es necesario contar historias como lo hacen estas seis mujeres: desde su propia piel, lo que es igual a su propia experiencia.

“Si bien es cierto que duelo mucho (apalabrar la realidad propia), también se convierte en la fortaleza, en el alimento y la energía que ayuda a justificar todo lo que yo tengo que aportar y que puedo compartir con otros”, intervino Zaira Rivera Casellas, autora del libro Bajo la sombra del texto: la crítica y el silencio en el discurso racial puertorriqueño.

Artículo anteriorAntes que O’Neill fueron otros
Artículo siguienteBrunilda García Ayala, baluarte de la cultura Patria