La trama rusa de Trump con acento español

La investigación que el FBI desarrolla en torno a la penetración rusa en la campaña y luego presidencia de Donald Trump pudiera tener consecuencias escandalosas… si los jefes de esta organización –que no deja de ser un cuerpo policial adscrito al Departamento de Justicia– se atreven a ir tan lejos como la evidencia lo permita. A juzgar por las pocas cosas que ya son públicas gracias a gestiones de la prensa, la conexión fue y sigue siendo intensa y en la base de ella no sólo está el aparato de inteligencia del estado ruso, sino al menos una organización mafiosa incrustada en él. Todo indica que los hechos están servidos, pero la pregunta sigue siendo si el FBI se atreverá a revolcarlos porque tocan a personas y organizaciones muy importantes en el entramado político estadounidense.

En Estados Unidos, la noticia más importante de las pasadas semanas fue la petición pública de inmunidad que hizo el hasta recientemente súper poderoso Michael Flynn. La solicitud de Flynn, y su rechazo por parte del comité del Senado estadounidense que también investiga la conexión rusa, fue tan rápida que apenas dio tiempo para que la gente aquilatara su importancia. ¡Quien pedía inmunidad ante un posible procesamiento criminal es la persona que hace apenas unas semanas ocupaba la silla principal de la seguridad y la inteligencia de Estados Unidos, nada menos que el Jefe del Consejo de Seguridad Nacional! Por la oficina que brevemente dirigió esa persona pasa la información política y militar más importante de la que todavía es la principal potencia del mundo. Ahora sabemos, como tácitamente se admite con la petición de inmunidad, que estuvo y estaba delinquiendo mientras ocupó el cargo o antes de llegar a él.

Flynn se destacó como militar y luego, desde el lado “civil”, estuvo mucho tiempo vinculado a grupos empresariales (o mafiosos) rusos. Durante el periodo electoral jugó un papel importante en el diseño y ejecución de la campaña de Trump. Obviamente es una persona que guarda información altamente comprometedora.

Otra información de gran importancia nos llega desde España gracias a un reportaje investigativo del diario El País en torno a la figura de Alexander Torshin, un político y “banquero” ruso muy cercano a Vladimir Putin. Según una investigación de varios años de la policía española a la que tuvo acceso el diario, Torshin es realmente el jefe principal de una importante organización mafiosa con sede en Moscú. La investigación se desarrolló debido a las operaciones de esa organización en las Islas Baleares para lavar dinero sucio comprando hoteles turísticos. Mayormente mediante interceptaciones telefónicas, la policía española comprobó que Torshin era el verdadero jefe del grupo mafioso y arreglaron su arresto en una fiesta a la que el ruso acudiría en agosto de 2013 en Palma de Mallorca. Pero el mafioso fue alertado por delegados del Ministerio del Interior ruso en España y no viajó a Mallorca, por lo que la policía española sólo pudo arrestar a sus lugartenientes.

Pues resulta que este señor Torshin, según El País, no sólo dirige una organización criminal en Moscú que lava dinero en España, sino que también jugó un papel importante en las relaciones del gobierno de su país con la campaña de Trump. Entre 2001 y 2015 fue senador y luego, gracias a su cercanía con Putin, pasó a la vicepresidencia del Banco Central ruso. Luego lo encontramos vinculándose a la importante organización estadounidense National Rifle Association (la misma que invirtió $21 millones –que se sepa– en la campaña de Trump) de la que se convirtió en “miembro permanente”. En mayo de 2016 participó en la convención nacional del NRA y allí, entre otras cosas, tuvo una cena privada con Donald Trump Jr.

Obviamente se trata de un personaje muy importante en el estrecho vínculo que se estableció entre Trump y el gobierno ruso. El reportaje del diario español no da más detalles de las actividades u operaciones que Torshin siguió desarrollando en Estados Unidos durante la campaña electoral, ya fuere directamente o a través de sus contactos con la NRA. Pero el FBI tiene a su disposición mayores recursos investigativos que los periodistas y puede reconstruir las andanzas de este personaje donde se junta la mafia, la política y el espionaje.

Por una investigación que Yahoo News desarrolló en coordinación con la del diario El País sabemos que Torshin llegó a lo más alto. Tan recientemente como el pasado 1 de febrero de 2017 tenía programado un encuentro privado con el mismo Donald Trump en Casa Blanca, antes de una actividad tipo desayuno que el presidente tendría con un grupo más amplio en la que participaría una delegación rusa presidida por Torshin. Pero para ese día ya la trama se debatía demasiado en la prensa y el encuentro privado fue cancelado la noche previa.

El frustrado encuentro privado del 1 de febrero entre Trump y el político-mafioso confirma que la conexión rusa no sólo ocurrió sino que persiste. Dice mucho que el mismo presidente, a pesar de todo lo que se había discutido públicamente y a pesar también de que ya estaban en curso varias investigaciones, hubiese programado un encuentro privado con un individuo que, aunque oficialmente es vicepresidente del Banco Central ruso, tiene vinculaciones mucho más altas. Nadie pudo haber pensado que ese encuentro no iba a trascender y aunque lo cancelaron a toda prisa, el hecho mismo de que lo programaran dice mucho.

Tal vez el FBI no logre entrevistar a Torshin ni arrestarlo, como no lo pudo la policía española. De su mansión en Moscú no saldrá ni aunque pidan su extradición. Pero aunque ni siquiera puedan entrevistar a los personeros rusos que participan en el drama, todo indica que la organización estadounidense tiene mucha tela de donde cortar. Si quieren.

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