Las Pantaletas de Guayaba: una comedia del arte

He visto comedia del arte en varias ocasiones, todas las veces dramatizadas por jóvenes actores que se van formando en la disciplina teatral.

Recuerdo que uno de los montajes que aprecié –en el recinto riopedrense de la UPR– llevaba por título Junta de Comedia, en intencional alusión a la imposición de la Junta de Control Fiscal en Puerto Rico. Y es que la comedia del arte como género tiene la particularidad de que puede acoplarse a cualquier época y lugar porque está basada mayormente en improvisación y porque los personajes siempre son los mismos, ésos que pueden burlarse de cualquier individuo o situación de la actualidad que se ejecuta en escena.

Un vistazo a la historia nos informará que la comedia del arte es un tipo de teatro popular nacido a mediados del siglo XVI en Italia y conservado hasta comienzos del siglo XIX. Como género, mezcla elementos del teatro literario del Renacimiento italiano con tradiciones carnavalescas (máscaras y vestuario), recursos mímicos y pequeñas habilidades acrobáticas. Entre los argumentos más típicos,  suelen relatar con tramas muy sencillas las aventuras y vicisitudes de una pareja de enamorados ante la oposición familiar (Ej. Pantaleone o Il Dottore) o personajes del entorno social como Il Capitano. Las acrobacias del montaje están a cargo de los criados, que encarnan personajes tipo como Arlequín y su novia Colombina.

Recientemente, la compañía de teatro Polimnia, dirigida por el experimentado actor y profesor Iván Olmo, llevó a escena la comedia del arte Las pantaletas de guayaba, una puesta divertida, refrescante, llena de picardía y muy a tono con lo que padece Puerto Rico tras el paso del huracán María. Sin alejarse de la trama ni de los personajes tradicionales del género, los jóvenes de Polimnia entretuvieron al público presente en el Arsenal de la Marina en la Puntilla. Viejo San Juan, reflejando muchas de las instancias que hemos vivido los y las puertorriqueñas durante los más de dos meses del paso del devastador temporal. En ese sentido, vivencias como las kilométricas filas para conseguir hielo o gasolina, las noches sin energía eléctrica, el ingerir comida enlatada como primera opción quedaron retratadas en los diálogos.

“Como estamos atravesando por momentos históricos en nuestro país, les pedí y les di libertad a los actores de incluir una que otra oración o frase que estuviese relacionada a los eventos actuales para enriquecer su momento en escena y para que fuese más jocoso para la audiencia”, expresó Iván Olmo, quien encarnó el personaje de Tufano.

Polimnia celebró con esta puesta en escena al aire libre sus 22 años de labor cultural y educativa. “Ésta es la primera vez que hacemos comedia del arte como compañía. Nuestros trabajos son completamente corporales; integramos varias técnicas de lenguaje corporal y lo han demostrado piezas como El hilo de la memoria, La Metamorfosis, El guardagujas, entre otras”, continuó.

“Esta obra no está basada en ninguna historia, es un texto original que sigue un patrón de la comedia de enredos. Investigué para crearla y utilicé algunas frases que se hicieron famosas durante ese periodo donde la comedia del arte estuvo en su apogeo para darle más fuerza al libreto y conectar con esa época”, dijo el director artístico de Polimnia.

Destacan de esta producción el vestuario (Gloria Sáez y Polimnia), el diseño de máscaras (Gabriel Soto), y la actuación de todos, especialmente la de Kamyr Pérez, quien interpretó a Pretalina Lambe Mella Gostosha y a Pasquella la bruja, la de Gregory Preck, quien fungió como Arlequino, y la de Manuel Jun Figueroa, el Capitano Spavento della Valle del Inferno.

El resto del repertorio de actores y actrices estuvo compuesto por Harvey González (Il Dottore Gratiano y Pasquella la bruja), Héctor Matos (Oratio/Amet), Andrés Pacheco (Pantalone), Chris Martínez (Cristiano), Belkis Colón (Colombina), Janyl Rodríguez (Isabella).

Vayan los créditos de montaje, libreto y utilería para Iván Olmo; de música  para Robert Lepre y Rosemary Biraldi; de luces para el equipo de Polimnia; de arte promocional para Yamil Ortiz; de sonido para Ángel Rufín; y de grabación de vídeos y fotos para Wilfred Lugo y Harvey González. Aunque esta producción no contó con ningún auspiciador, Iván Olmo agradeció el apoyo de Nicole Soto y el Instituto de Cultura Puertorriqueña (ICP) por prestar el Arsenal de la Marina en la Puntilla.

La intención de Polimnia es llevar esta comedia del arte a festivales en el extranjero. “Si se nos da la oportunidad de llevarla a cualquier festival de afuera, la tendremos que ajustar a sucesos que estén pasando a nivel internacional y que sean actuales para que el público se conecte con la broma, chiste o burla. Es importante conectar al público desde el principio con lo que estamos haciendo”, finalizó Olmo satisfecho con la labor cultural y artística que ha emprendido con jóvenes del patio.

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