Leer, ver y revivir las historias de Jane Austen

 

CLARIDAD

La escritora inglesa Jane Austen (1775-1817) es la figura femenina a la que todas las grandes escritoras de prosa aluden cuando se refieren a modelos e inspiración. Así lo dice claramente Virginia Woolf cuando le habla a jóvenes de educación superior privilegiada en 1928 (“A Room of One’s Own”). No importa si esta escritora inglesa escribió sus seis novelas más conocidas entre 1790 y 1817, sus personajes articulan, se mueven, respiran, sufren, comparten momentos muy especiales e íntimos y, sobre todo, aman intensamente, aunque el destino parezca que se burla de ellas. La mujer siempre es el centro de sus historias; las vemos como hijas, hermanas, parientes y en algún momento, si su astucia, inteligencia y bondad prevalecen, como prometidas de un hombre que respetan y aman o aprenden a hacerlo.

Uno de los elementos que caracteriza las vidas de los personajes de Austen es la preocupación económica, una realidad de entonces que continúa afectando a la mujer hoy en día. La falta de dinero puede afectar adversamente una relación cuando un hombre depende del favor de una persona influyente para estudiar, conseguir un nombramiento, tener un ingreso permanente para poder mantener a una madre y hermanos menores. Una mujer sin dote parece destinada al cuido de sus padres; una viuda o hija soltera no tienen derecho a heredar del hombre y viven a la merced de los familiares masculinos. Así era entonces pero ahora una madre soltera o mujer divorciada apenas puede pagar deudas y su movilidad se ve seriamente afectada. Si se vive dentro de un ambiente de violencia doméstica, muy pocas veces puede esa mujer abandonar la casa y rehacer su vida. Por eso Austen nos sigue hablando y alentándonos a leer, estudiar y, sobre todo, velar que el amor no se vaya a extinguir ni la vista a nublar por no pensar en las necesidades económicas.

Las novelas de Jane Austen son de las más adaptadas al cine y la televisión ya sea para la pantalla grande (esa que sigo anhelando), la transmisión en casa o serial. De sus seis novelas, Pride & Prejudice (1813) es la que tiene más versiones fílmicas y todas con grandes estrellas del momento. Emma (1816) resulta popular porque los aspectos cómicos prevalecen y sus personajes femeninos muchas veces son bastante desiguales. Sense and Sensibility (1811) es la más complicada en cuanto a la complejidad de sus personajes femeninos y masculinos y Mansfield Park (1814) la que trae una realidad muchas veces ignorada por esta aristocracia de finales del siglo 18 y principios del 19: su riqueza proveniente de las plantaciones basado en la esclavitud en las Américas. Para este escrito escogí versiones muy particulares de mis tres novelas favoritas de Austen: Persuasion, Pride & Prejudice y Sense and Sensibility. Aparte de leer las novelas de Austen, recomiendo estos dos libros para su relación con el cine: la antología de ensayos Jane Austen in Hollywood (1998) y The Making of Jane Austen (2017) de Devoney Looser.

Persuasion (Roger Mitchell 1995)

Quizá porque esta novela de Austen fue la última que leí, encontré que su protagonista, Anne Elliott, era una mujer madura que tomaba sus propias decisiones en cuanto a lo que quería hacer con su vida o a quién quería amar. En las anteriores había demasiados otros conflictos con personajes femeninos y la protagonista tenía el “deber” de resolverlos para así preservar la familia. En Persuasion hay una historia anterior que comenzamos a conocer poco a poco que nos lleva al presente conflictivo. Amanda Root (“The Forsyte Saga”) interpreta a Anne, la 2nda hija del barón Walter Elliott y el excelente actor irlandés Clarán Hinds interpreta al Capitán Frederick Wentworth, la otra pieza en el pasado que parece unirlos ahora. Cuando Anne tenía 19 años, Frederick le propuso matrimonio y aunque aceptó, fue persuadida (aquí comienzan las múltiples persuasiones de la trama) a rechazar la oferta porque no contaba con rango, dinero o propiedad para igualar a la familia Elliott. Ahora siete años después las posiciones han cambiado y mientras el padre viudo y lo que queda de su familia tienen que alquilar su mansión por las deudas que han acumulado a través de estos años, Frederick es un alto oficial naval con un ingreso muy respetable. La trama, por supuesto, gira en torno a cómo Anne logrará acercarse nuevamente a Frederick, y cómo éste entenderá que ella como mujer no podía ir en contra de los deseos de su familia. Ahora la Anne de 27 años, aunque todavía dependiente económicamente de su familia, puede decidir a quién ama.

Esta producción fílmica aprovecha los espacios reales de Bath y Lyme Regis para recrear los lugares donde residían y visitaban estas familias de la aristocracia y distribuye y dramatiza las conversaciones entre los personajes—especialmente de Anne y Frederick, Anne y Sophia Croft, Anne y James Benwick—para hacerlas dinámicas y relevantes hoy en día. Capta la percepción, sugerencia y profundidad de las historias de mujeres contadas por los personajes femeninos de Austen.

Pride & Prejudice (Joe Wright 2005)

El valor del matrimonio como la única manera de una mujer poder asegurar su futuro, las leyes de herencia que siempre favorecían al primogénito o al pariente varón más cercano, la dote para garantizar un buen enlace, las exigencias de clase, el dinero como motor principal para cualquier compromiso o matrimonio son algunos de los issues que Austen siempre incluye como parte de su «comedy of manners». En esta versión del 2005, todos estos problemas familiares están incluidos, aunque otros aspectos cruciales para tener un cuadro social más completo se reducen a comentarios, escenas acortadas o a noticias contadas.

Sin duda el elenco es de primera desde la camaleónica Keira Knightley como Elizabeth Bennet, Mathew Mac Fadyen como Mr. Darcy, Brenda Blethyn como la madre de cinco hijas y Donald Sutherland como el padre que tiene que asegurar un buen matrimonio para cada una ya que ninguna puede heredar su propiedad y dinero. Es precisamente en su fotografía que descansa este Pride & Prejudice y sus escenas son memorables porque aún sus diálogos están enmarcados en los ángulos, tomas de cerca, personajes que se mueven hacia la cámara en vez de ir en su búsqueda, contrastes de colores en los exteriores y sobriedad en los interiores. Por eso escenas en movimiento con gran colorido como los dos bailes de salón al que acuden las hermanas Bennet sirven de marcado contraste con la inmovilidad y tonos oscuros de la sala de reuniones de Lady Catherine y de la ausencia de ornamentos de la casa de Mr. Collins.

La diferencia de clases–en este caso la nobleza aunque no tengan títulos y los pequeños terratenientes–es evidente en la agresividad y exabruptos de la madre, en la informalidad en el vestir, la organización de la casa y la poca sociabilidad del padre, en los espacios llenos de muebles, telas, cuadros, libros, gente y animales de la casa, la [mala] costumbre de las hijas de caminar de un lugar a otro enfangándose las faldas y botas y montar a caballo en vez de ir en carruaje. Para los Darcys y Bingleys, los Bennets no son de su categoría no importa cuán atractivas, educadas e independientes puedan ser las hermanas Bennet. Habrá que convencerlos de que es precisamente esta diferencia lo que ellos admiran y les despierta la pasión. Para las hermanas estos hombres significan no solamente seres muy atractivos e interesantes sino buenos partidos para el matrimonio, aunque no lo acepten de inmediato.

Sense and Sensibility (Ang Lee 1995)

Emma Thompson se lanza en este proyecto con los consabidos riesgos de conocer las versiones fílmicas anteriores y decidir escribir un guion que incorporara la sensibilidad de géneros de finales del siglo XX. Su logro fue premiado con múltiples nominaciones y premios de Oscar, Golden Globe y BAFTA. El director Lee (The Ice Storm y Brokeback Mountain) recibió el Oso de Plata del Festival de Berlín. En esta historia de mujeres, nuevamente una familia queda en completo desamparo por su género ya que como viuda con tres hijas, la madre Dashwood depende de la buena fe del hijo mayor de su marido para que las acoja: una vivienda y un ingreso fijo para cubrir sus necesidades básicas. Al no darse ese gesto, otro familiar le ofrece una pequeña vivienda en sus tierras. El único escape para las hijas es casarse con un hombre que las pueda mantener económicamente y así dejar de ser una carga para la madre y los familiares. Y aunque Elinor (Emma Thompson) la mayor y Marianne (Kate Winslet) la segunda son inteligentes, educadas, conocedoras del buen comportamiento social, no son empleables. Además, deben casarse bien para no avergonzar a su familia extendida, lo que significa un hombre con tierras e ingreso que pueda pagar sus gastos y deudas sin afectar económicamente a su familia. Como en todas las historias de Austen, los rumores y los secretos circulan y se descubren para bien o mal del personaje.

Lo que esta versión de Sense and Sensibility añade a la historia original es el presentar a los personajes masculinos con la misma sensibilidad y sentido que las mujeres. El Coronel Brandon (Alan Rickman) adopta y cría a la hija ilegítima de su ex amante y se siente culpable por no haber podido encaminar su vida hacia un buen matrimonio: alguien con dinero o tierras que la respetara y quisiera. Como resultado se le hará muy difícil expresar sus sentimientos hacia una mujer por el miedo de hacerle daño. Preferirá protegerla, cuidarla y apoyarla, aunque ame a otro hombre. Edward Ferrars (Hugh Grant) honrará su compromiso, aunque hayan pasado cinco años y ya no sienta los mismos sentimientos. Será sincero al confesarle a Elinor que, aunque es ella quien llena su corazón, no puede faltar a su palabra. Al igual que en Pride & Prejudice, el vestuario, la escenografía de interiores y exteriores se convierten en elementos esenciales para contar su historia.

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