Lo mejor del 2017 (antes y después de María)

Este año ha sido duro. Especialmente duro. Lo sabemos. El huracán María, categoría 5, atravesó la isla. El terrible fenómeno apareció cuando el país se encontraba en un proceso de empobrecimiento económico y político del que no se vislumbraba una salida rápida. La Junta de Control Fiscal y el robo, el fraude, la venta de influencias, las puertas giratorias de las que Fortuño y sus achichincles parecen ser expertos, han golpeado duramente al país como si fueran los causantes únicos del calentamiento global.

Sin embargo, a riesgo de caer en el discurso del positivismo bobo, me gustaría recordar las cosas buenas en el plano cultural. Sé que eso no es fácil porque no he visto todo y porque mi definición de cultura como transformación de la naturaleza incluiría El Primero de Mayo de 2017 como un gran evento cultural que pudo haber marcado un momento de cambio en el modo de manifestarse y organizarse. De modo que, para reducir el espectro del análisis, me refiero al mercado que ofrece bienes culturales sujetos a las leyes de oferta y demanda. A mí me satisfacen esas producciones que son independientes, que muestran las luchas y la resistencia, que suponen la confección de un producto de calidad.

Como no quiero sonar autoritario le pregunté a mis panitas qué cosas les habían causado alegría en sus cultos corazoncitos. Si me preguntaran a mí diría que el cine y los libros están de fiesta. Por ejemplo, el documental Nuyorican Básquet, dirigido y escrito por Ricardo Olivero y Julio César Torres, es una joya. Ha recibido muy buenas críticas y es un éxito taquillero. Ese éxito no significa que se aumenten las salas de exhibición, pero ese es otro asunto a discutir.

Cuando escribo estas líneas se presenta en Mayaguez otro documental, Filiberto, de Freddie Marrero Alfonso. Marrero, quien además es productor de Nuyorican Básquet, trabajó durante doce años este film. Desde el día de la muerte de Filiberto Ojeda comenzó a hacerlo, a pensarlo.

Olivero, Marrero y Tito Román (Betances, Ayotzinapa en mí) son una garantía de que los documentales que se produzcan en el país serán de buen nivel, que me permite recordar los trabajos de Ana María García y Karen Rossi.

Por otro lado, Alvaro Aponte Centeno produjo El silencio del viento, con música de Rafael Aponte Ledée, y la actuación de Elia Enid Cadilla, Iris Martínez, Amanda Lugo, Israel Lugo, y Kairiana Núñez.

También los invitaría a ver el trabajo documental que ha realizado Guillermo Gómez Álvarez con Una identidad en absurdo (2011) y Máter Atómica (2016) antes de ver el video Hasta el último suspiro de su producción discográfica, inadaptable (2017). No soy fan del género pero reconozco la calidad del trabajo y el valor de La experiencia de Toñito Cabanillas en la escena musical del país. Además, cuenta con la colaboración de Kianí Medina que es una e las mejores voces contemporáneas.

Por otro lado, si fuera a premiar trabajos fílmicos que incluyeran videoclips, sin duda, Guerra, de Residente y Chago Benet, no tiene comparación con ningún otro.

En otras producciones de cultura visual, Teresa Prévidi me recuerda ¿Quién eres tu? de Arí Maniel; Sol de Medianoche de Douglas Sánchez, Mona, tesoro del Caribe de Sonia Fritz, y Angélica de Marisol Gómez Mouakad.

Adál Maldonado ha publicado dos libros excelentes a partir de sendos proyectos fotográficos. Cuerpo del poema (ICP), con una selección de poetas puertorriqueños hecha por la escritora Irizelma Robles, fue reseñado en En Rojo (31 de agosto) y en torno al origen de Puerto Ricans Underwater/Los ahogados, este medio publicó una entrevista al autor (14 de diciembre).

La historiadora Silvia Alvarez Curbelo me señala que Acueducto: Historia del agua en San Juan es un producto cultural necesario. Se trata de un libro en el que se vierten diez años de investigación histórica con fuentes primarias localizadas en archivos de Puerto Rico, España y Estado Unidos.

Roberto García opina que lo mejor ha sido Ramón Emeterio Betances:Obras completas (ZOOMideal) editado por Félix Ojeda y Paul Estrade, que se presentó en el Colegio de Abogados en abril. Esa publicación forma parte de quince volúmenes de textos ordenados en escritos médicos y científicos, escritos íntimos, escritos literarios, y escritos políticos: manifiestos y discursos, ensayos, correspondencia, artículos de prensa, entrevistas y escritos de asuntos varios. Los editores señalan que “los textos van tal y como los hallamos, rectificados sólo los errores evidentes, modernizada la ortografía y respetada o restablecida la cronología toda vez que hiciera falta. Este trabajo presenta el quehacer y el pensamiento de Betances en toda su trayectoria y su plenitud. A la par, contribuye a rescatar las raíces y a reconstruir los perfiles de la nación puertorriqueña. También recupera documentos fundamentales para comprender la historia de los países del Caribe”.

Otro de los libros mencionados es Tiempos Binarios, editado por los profesores Manuel R. Rodríguez Vázquez y Silvia Álvarez Curbelo. Nueve ensayos que arrojan diferentes miradas interdisciplinarias al tema de la Guerra Fría en Puerto Rico. De ese libro ha dicho el profesor Francisco Javier Rodríguez, “Amplio en su enfoque, fino en su prosa y de una rigurosidad impecable, el que esperamos sea tan solo el primer tomo de una serie, presenta el fenómeno de la guerra como arquitectura capaz de delinear los lindes de una sociedad intricada, compleja, neo-liberal y suburbana, abordando en el proceso imprescindibles dicotomías entre el realismo y el revisionismo disciplinar, el idealismo y el realpolitik. A diferencia de importantes esfuerzos anteriores, esta exquisita publicación enmarca y abraza la ‘naturaleza paradójica de lo bélico’, esa dualidad contradictoria entre la guerra como teatro de destrucción y la guerra como guion de transformación y cambio tanto en el escenario caribeño como en sus protagonistas”.

El profesor Angel Ríos opina que el trabajo cultural más importante del año es el que realiza Yolanda Arroyo Pizarro en la Cátedra de Mujeres Negras Ancestrales. Sin duda una labor trascendental. A partir de talleres, la escritora logra que los participantes se apoderen del proceso de creación, corrección, edición y publicación para producir libros que pretenden derrocar el discrimen, el prejuicio y el racismo. Zulma Oliveras Vega, Efraín Torres, Yolanda Lopez, Rosario Méndez Panedas Gloriann Sacha Antonetty Lebron, Esther M Andrade, Iris M. Torres Garcia,E.j. Nieves, Miranda Merced, Elijah Snow y Valentina Marealta son algunos de los participantes.

Además, el proyecto Las Negras de la Gaceta dará vida a las esclavas cimarronas por las que se ofrecía recompensa de captura entre 1790 y 1874, y que fueran reseñadas en el periódico de la época La Gaceta de Puerto Rico. Ese trabajo inmenso y hermoso de la amiga Yolanda Arroyo Pizarro está aún en proceso y rendirá más frutos en los próximos meses.

Lowell Fiet, crítico teatral, ha reseñado con entusiasmo ilimitado Hij@s de la Bernarda, de Rosa Luisa Márquez y la coreógrafa Jean d’Arc casas: “Los críticos exageran cuando intentan nombrar una obra u otra como “espectacular”, “la mejor” o “la mejor del año”, “fuera de serie y por encima de las demás”, etc. Yo también lo hago: es el deseo de poder certificar el valor del quehacer teatral aun cuando ese valor no es tan evidente.

Sin embargo Hij@s de la Bernarda –adaptación libre de La casa de Bernarda Alba de Federico García Lorca de Rosa Luisa Márquez (concepto y dirección) y Jeanne d’Arc Casas (coreografía y bailarina principal)— no necesita tal tipo de certificación. Brilla por sí misma como un acto estético-cultural” (En Rojo, 14 de diciembre).

Tengo muchos amigos y muchas amigas. Se produjo mucho en el 2017, de modo que seguimos con esta conversación en la próxima semana. Pueden enviar sus comentarios a racevedo@claridadpuertorico.com o a las páginas de En Rojo en Facebook.

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