Los Juegos del 1979:  Su efecto en una generación mayor

Por Javier Guaní Gorbea / Especial para En Rojo

Confieso que cuando primero se habló en el periódico de la idea de hacer este suplemento que conmemora los 40 años de la realización de los Juegos Panamericanos en Puerto Rico me pregunté cómo podría colaborar en el mismo si después de todo yo nací cuatro años después de que esos Juegos se llevaron a cabo. Además la gran mayoría de esos atletas que participaron solo los conocía por referencia. Sin embargo recordé cuál fue mi primer contacto con esos Juegos; desde que era niño en mi casa colgaban algunos cuadros de un señor que se llamaba Homar y que presentaba los diferentes deportes. 

Mi indagación de qué significaban aquellos y cuál era su importancia, hizo que mi padre me hablara por primera vez de ese evento. Poco a poco aprendí que más allá de aquellos cuadros, esos Juegos tenían un valor cultural y sentimental incalculable en todo el que los vivió y hoy es mayor de 50 años. No hay una sola persona de esa edad que yo conozca que cuando yo le hable de esos Juegos no me dé una sonrisa y los narre como si hubieran sido ayer. Todo el mundo te comenta “sí yo fui a la natación en El Escambrón”, o “yo estaba en tal juego en el Clemente” o te hablan de aquella estupenda inauguración de la que 40 años después todavía se habla, de lo que se conoció como COPANI y la que introdujo a miles de niños a su primer contacto con un evento que fue tanto deportivo como cultural. Estoy convencido que la memoria de esos Juegos son parte de la razón por la que el deporte es nuestra Isla ha pasado a tener un lugar importante en nuestra sociedad y está arraigado de tal manera en nuestro DNA, que pese a vivir bajo un régimen colonial el país atesora su representación olímpica y rechaza cualquier intento de mancharla. Para eso un botón basta, pues no se puede contar la historia de esa inauguración sin hablar del abucheo al gobernador Carlos Romero Barceló quien trató de manchar los Juegos. Hay eventos que transcienden el aspecto deportivo, el 99% de la gente con la que hablo de los Juegos no me pueden mencionar los nombres de los medallistas de oro boricuas, pero sí te pueden decir cómo la realización de los Juegos de San Juan 1979 tocaron su vida. “Fui con mi viejo y vi a los boricuas nadar”, me decía un querido tío mío, “no ganamos medalla pero eso no importa, fueron 15 días inolvidables” me dijo casi con lágrimas en los ojos. 

A nivel deportivo hubo muchas historias, la de Chayanne Vasallo, la del Equipo Nacional de Baloncesto peleando el oro y otras, que para efectos de este artículo no vienen al caso. Pero el efecto de ver lo mejor del continente presentarse aquí, poder ver nuestra representación en nuestro país y demostrarle al mundo de que somos capaces de montar un evento de esa calidad, es algo que no es medible para esa generación que la vivió. Y que pese a que sabe que la actual situación económica del país no lo permite, tienen la esperanza de algún momento volver a experimentar la celebración de otros Juegos Panamericanos en nuestra Isla.

A nivel deportivo hubo muchas historias, la de Chayanne Vasallo, la del Equipo Nacional de Baloncesto peleando el oro y otras, que para efectos de este artículo no vienen al caso. Pero el efecto de ver lo mejor del continente presentarse aquí, poder ver nuestra representación en nuestro país y demostrarle al mundo de que somos capaces de montar un evento de esa calidad, es algo que no es medible para esa generación que la vivió.

CALCES:

E

Fernando Canales se convirtió en el primer nadador boricua en ganar una medalla en un evento al lograr plata en los 100 metros libre.

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