Los mares del sur: alcances de la novela criminal para el propósito político

Los mares del sur (1979) es una novela policíaca de ruptura, tal como la caracterizó su propio autor, Manuel Vázquez Montalbán en el artículo “La literatura en la construcción de la ciudad democrática”. Resulta ser de ruptura porque no cumple con las características típicas del subgénero sino que incorpora ciertos elementos de estructura y estrategia narrativa para ofrecer un realismo crítico, idóneo en el establecimiento de una crítica política diferenciada del realismo social. De esta forma conserva el interés de los lectores, quienes atraídos por el entretenimiento que les suele proveer la novela criminal, terminan irónicamente enfrentándose a la complejidad de una historia que ilustra la inquietante realidad de la sociedad neocapitalista. En forma tanto como en contenido Los mares del sur es una propuesta de resistencia frente al modelo literario establecido que pretendía no asumir posición ante lo contemporáneo y la verdad oficial. Ante estas condiciones Los mares del sur nos propone, tal como advierte Juan Madrid en su prólogo a la obra, y haciendo referencia al mito platónico, sacarnos de la caverna, develarnos mediante la pintura de personajes y escenarios arquetípicos una verdad alternativa: la verdad del estatus quo y la doble moral que lo sostiene. Mediante una estructura híbrida en la que prevalece la estructura investigativa, el personaje Pepe Carvalho nos lleva de recorrido por todas las clases sociales, sacando a la luz la verdad de una realidad dominada por la lucha de clases.

Para Carvalho, los detectives privados son “los termómetros de la moral establecida… porque la “…sociedad está podrida” (7). Entonces, esclarecer la muerte de Stuart Pedrel no importa tanto como denunciar los crímenes que se han llevado a cabo en nombre de la democracia y su modelo socio-político alienante e hipócrita. Una realidad social donde lo que se dice es muy diferente a lo que se hace es una realidad montada sobre un conflicto ético profundo. Podemos encontrar varios ejemplos a lo largo de todo el texto que nos sirven para ilustrar dicho conflicto, principalmente entre los personajes pertenecientes a la clase alta, pero también en los juicios o expresiones de Carvalho.

En un diálogo que tiene lugar en una fiesta para celebrar el nuevo puesto alcanzado por Planas (funcionario público) en Fomento, observamos la actitud desfachatada del celebrado ante el nuevo cargo: “-Como dije durante la toma de posesión en el Fomento, éste es un cargo al que servir y no del que servirse. Conviene que lo repita hasta que llegue a creérmelo” (61). Nos encontramos también ante las quejas de un funcionario que se siente amenazado: “Además me tienen el ojo puesto. Por política. Aquello está lleno de hipócritas. De boca afuera todos están encabronados con la situación, pero a la hora de actuar, nada” (11). Podemos notar que a lo largo de la narración aparecen referencias a la ambigüedad de carácter, a la esquizofrenia específicamente, como si fuese la enfermedad que padece la hegemonía. Ya lo dijo el personaje Artimbau mientras hacía una pintura de Stuart Pedrel: “Se comportaba esquizofrénicamente. Una cosa era el mundo de los negocios y otra sus vivencias intelectuales” (18). “Tal vez no fuera justo liquidarlo como a un cantamañanas. Lo es y no lo es. Como cualquier hombre es y no es lo que es” (18).

De esta forma Manuel Vázquez Montalbán critica las condiciones sociales, denuncia la corrupción y la injusticia de la época posmoderna mediante el modelo narrativo que le proporcionó el género policíaco; estableció una crítica romántica a la modernidad que se nos hace evidente mediante escenas de rememoración, como por ejemplo la del restaurante Casa Leopoldo. Hubo un pasado mejor donde el dueño de Casa Leopoldo era un hombre “reflexivo y atento”(24). Un pasado en el que los valores sociales se oponían a lo que ahora era el modelo dominante plagado de injusticias y desigualdad.

En síntesis, podemos decir que Los mares del sur como novela criminal, viene a esclarecer el crimen social que ha significado el modelo democrático capitalista para España y demás países de Europa. Deja al descubierto el conflicto ético y las ambigüedades que hay detrás del modelo socioeconómico capitalista; conflicto que radica en que la libertad que debe otorgar la democracia es la misma libertad que sirve para enriquecer cada vez más a los ricos mientras perpetúa la pobreza de las clases trabajadoras.

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