Los retos de la descolonización de Puerto Rico (1)

Por Wilma E. Reverón Collazo/Especial para CLARIDAD

Siempre que un periodista internacional me pregunta ¿cuáles son los retos que enfrenta la lucha por la independencia de Puerto Rico?, no puedo evitar contestar con cierta ironía: ¿Qué te parece ser la colonia del imperio económico y militar más poderoso de la historia?

Sin embargo, aunque eso podría resumir las dificultades que enfrentamos en la lucha por la independencia de Puerto Rico, son varios los factores que tenemos que considerar y que pienso que no se han estudiado y escrito sobre el tema con la mente fría y el corazón caliente.

Cómo no somos el primer país que lucha por su independencia, debemos comenzar por examinar qué factores coadyuvaron a las luchas por la independencia de las colonias en el Siglo 20 que posibilitaron su advenimiento a la independencia política. Aclaro, política, porque la realidad económica actual nos tiene que necesariamente recordar que casi todas las antiguas colonias de Asia, África, Oceanía y el Caribe siguen teniendo una relación de dependencia económica y de explotación de sus recursos naturales a manos de sus antiguos colonizadores y las transnacionales apátridas que las mantiene en una situación neocolonial y donde domina el sistema neoliberal. 

¿Cómo lograron su independencia? Primero hemos de considerar las causas en las cuales coinciden los historiadores:

La II Guerra Mundial: 

Europa emerge de la II Guerra Mundial sumamente debilitada económica, militar y políticamente. Se derrumba el mito de la invencibilidad europea. Para poder librar las guerras (incluyendo la I Guerra Mundial), dependieron de recursos, hombres y mujeres extraídos de los territorios coloniales. Esto tuvo como consecuencia la formación de cuadros militares que luego utilizarían su formación militar y en las guerrillas de resistencia al fascismo, para formar sus propias fuerzas militares en la lucha por la independencia de sus países.

Durante la I Guerra Mundial y la II Guerra Mundial, surgen los discursos de autodeterminación y antimperialismo en las dos potencias hegemónicas mundiales: EEUU y la URSS después de la Revolución de Octubre de 1917 y su fundación el 30 de diciembre de 1922. En 1914 Lenin había publicado en la Revista Prosveschenie  El Derecho a la autodeterminación de los pueblos. Este principio de autodeterminación pasó a formar uno de los principios de conducción de la política exterior de la URSS.

En EEUU el Presidente Woodrow Wilson promovió el concepto de que un grupo de personas con aspiraciones políticas similares se podían constituir en una nación o estado independiente. Esto se da en el contexto de la I Guerra Mundial y la derrota de los alemanes y turcos que culminó en el Tratado de Versalles y la creación de la Sociedad de las Naciones, antecesora de la Organización de las Naciones Unidas, que se malogró por la negativa del Senado de EEUU de ratificar su admisión  a la sociedad, y la muerte de Woodrow Wilson en 1924. Sin embargo los 14 Puntos de WW permanecieron como guía de conducción de política internacional que hallaría expresión en  la Carta del Atlántico  y la carta de la ONU.

La prédica europea de ¨democracia¨ y autodeterminación encontraría eco en los movimientos nacionalistas de las colonias europeas. Los líderes de estos movimientos, muchos de ellos formados académicamente en las universidades de las metrópolis, tomarían estos conceptos como bandera de lucha en sus patrias.

Los Movimientos anticoloniales: 

Tras el fin de la II Guerra Mundial surgieron movimientos nacionalistas en las colonias europeas. Los hombres y mujeres que tomaron parte en la guerra defendiendo los intereses de la metrópolis, ahora se sienten con derecho a exigir para sí mismos los derechos democráticos que defendían ante el fascismo y exigen mayores libertades y hasta la independencia.

Surgen dos tipos de tendencia nacionalista: una conservadora de derecha que mira al pasado y se enfoca en la singularidad de sus culturas, religiones y lenguas. La otra tendencia nacionalista mira al futuro, recoge lo positivo de las ideas occidentales, como las instituciones parlamentarias.

La Guerra Fría: 

Como señalé anteriormente, tanto EEUU como la URSS se presentan como ¨anticolonialistas¨ en la ejecución de su política internacional. Sabemos que la realidad es otra. Pero, ese era su discurso y de ese discurso se apoderaron los movimientos nacionalistas.

EEUU esgrime para ello su pasado colonial y la defensa de los derechos democráticos. La URSS ya tiene el concepto anticolonial y antimperialista como axioma importante de la ideología comunista.

EEUU y la URSS se embarcan en una carrera por atraer a sus respectivas esferas de influencia a los emergentes países independientes. Comienzan a apoyar económica y políticamente los movimientos independentistas en Asia y África.

En ese contexto se dan dos eventos internacionales importantes en la lucha por la autodeterminación. En 1919, bajo el liderazgo de Lenin, se había fundado la III internacional Comunista que agrupaba a los partidos comunistas de distintos países. Con esta zapata, algunos de los movimientos de liberación nacional estaban dirigidos por miembros de los partidos comunistas. Al advenir a su independencia, estos  se movieron a la esfera de la influencia soviética.

Otros mantuvieron sus lazos estrechos con la metrópolis europea y mantuvieron sus instituciones. Al día de hoy, la gran mayoría de las excolonias británicas pertenecen a la Comunidad Británica y mantienen simbólicamente como Jefa de Estado a la Reina Isabel de Inglaterra.

Sin embargo, hubo esfuerzos políticos por los estados de Asia y África de no caer presos de las dos grandes potencias. En 1955 se reúnen en Bandung, Indonesia y acuerdan los principios de Bandung que tienen como eje principal el antimperialismo y el apoyo y solidaridad en palabras y metal a las luchas de liberación nacional. Este esfuerzo político es lo que habrá de convertirse en el Movimiento de Países No Alineados.

El cambio en la opinión europea: 

Los pueblos de Europa habiendo sido víctimas de dos guerras por el dominio y expansión de Alemania, crearon una conciencia anticolonialista que puso presión sobre sus gobiernos para que de una vez y por toda se diera finalidad al colonialismo europeo. Ello incluyó a la sociedad civil, intelectuales e iglesias. Como ejemplo se dan las dos Encíclicas papales Pacem in Terris del Papa Juan XXIII (1963) y la Populorum Progressista de Pablo VI (1967).

La poca rentabilidad de las colonias: 

Los países europeos agotaron sus recursos económicos en las dos guerras, estaban debilitados militarmente y ya no podían mantener su control sobre las colonias como antes. Las luchas de liberación nacional comienzan en Asia (India 1947, Indonesia 1949, Indochina 1947 ) y prosiguen por África (Libia 1951, Ghana 1957,  Túnez 1956, Argelia 1962,) y en 1975 las colonias portuguesas. En la década de los sesenta la gran mayoría de los países bajo colonialismo adquieren su independencia.

En el próximo artículo analizaremos cuáles son las condiciones bajo las cuales se da la lucha por la descolonización de Puerto Rico.

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