Por Yzzy J. Vicente*
El pasado fin de semana tuve el placer de visitar la Feria de Turismo de Madrid (FITUR), que es el punto de encuentro global para los profesionales del sector turístico y el evento líder para los mercados receptivos y emisores de Iberoamérica. Esta es una feria que sirve para hacer conexiones (networking) internacionales y generar contactos en torno al mundo de los viajes. La FITUR también es un escenario privilegiado para la industria turística global y una herramienta de negocio para favorecer e impulsar acuerdos y contactos comerciales.
Al visitar varios pabellones de países del Caribe, los cuales son considerados por el mismo mercado como “competencia directa”, fui recibida por personas de cada país, que me orientaron con mucho entusiasmo. En varios de esos pabellones hicieron demostraciones de bailes típicos y ofrecían degustación de la gastronomía de los países que presentaban. Cuando llegué al pequeño mostrador que “exhibía y daba a conocer” a mi isla del encanto, Puerto Rico, en primera instancia, me sentí defraudada al ver la estética del espacio que exponía nuestra isla: a modo de decoración, contaba con solo dos plantas que no representan en su totalidad nuestra isla. Me acerqué con la esperanza de que a la ÚNICA persona que había en el mostrador me detallara información, me mostrara imágenes y, al menos, me ofreciera algún folleto con fotos de Puerto Rico, de sus playas, su cultura, su gastronomía, como pasaba en los puestos de los demás países.
Mientras esperaba ser atendida, presencié que unos viajeros europeos muy interesados en Puerto Rico pidieron un mapa y la persona encargada de orientar les contestó: “no tenemos mapas para repartir, solo tenemos uno para mostrar”. ¡Solo un mapa en una feria de turismo MUNDIAL! Me di cuenta, también, que esa persona tras el mostrador era extranjera y que no sabía mucho de Puerto Rico, ya que en su orientación no abundó mucho de los lugares turísticos de la isla y les habló del pueblo de Guainíca en vez de Guánica y de la bahía bioiluminisente de Vieques en vez de bioluminiscente. Al seguir escuchándola, la interrumpí para preguntarle si tenía alguna foto o revista de Puerto Rico. Ante mi pregunta contestó: “no, no tenemos, lo único que puedes hacer es entrar en la página web”. ¡No tenía fotos de Puerto Rico en una feria mundial de turismo! Qué defraudada me sentí.
Nuestra isla será en este 2020 el primer país caribeño en servir de sede para el Global Summit 2020 del World Travel & Tourism Council (WTTC). Esa selección se debe a que tenemos atracciones turísticas dignas de promocionar: una de las siete maravillas naturales del mundo, la tirolina más larga del caribe, las navidades más largas del mundo, decenas de rutas gastronómicas, eventos de surf mundiales, entre otros.
Discover Puerto Rico (DMO), corporación que se encarga de la promoción internacional de Puerto Rico como destino turístico, fue creada para utilizar todos los fondos económicos otorgados por el gobierno de Puerto Rico ($25 millones) para mercadear la isla en el exterior, no solo para compartir fotos en redes sociales. Esa suma millonaria de dinero, ¿no le alcanza a esta compañía para tener a alguien capacitado en las ferias, alguien que auténticamente conozca la isla y pueda al menos mencionar sus pueblos correctamente? En Puerto Rico existen muchos jóvenes emprendedores en el sector turístico que estarían encantados en colaborar con ustedes.
Tanto talento que tenemos, tanto que mostrar al mundo y esta compañía nos ha reducido a nada en Madrid. Me parece una desfachatez que la directora ejecutiva de la Compañía de Turismo de Puerto Rico (CTPR), Carla Campos Vidal, haya favorecido el que se asignen fondos adicionales a Discover Puerto Rico con el único requerimiento de que se inviertan en esfuerzos de publicidad, relaciones públicas y ventas, entre otros, cuando en más de un año esta corporación no ha mostrado evidencia del retorno de inversión. Qué falta de respeto para los profesionales del turismo de Puerto Rico, los emprendedores en la industria, los hoteleros y todos los que sacamos de donde no tenemos para luchar por un mejor Puerto Rico.
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La autora es egresada del Colegio Universitario de Mayagüez. Actualmente, realiza estudios graduados de Turismo y Dirección Hotelera en Madrid en la Ostelea School of Tourism from EAE Business School.
