Mayagüez no sabe ni huele a mangó

CLARIDAD

En estos días Mayagüez no sabe a mangó, y no porque la fruta no esté de temporada. Huele y sabe a podrido porque se han destapado varios de los negocios turbios del alcalde José Guillermo Rodríguez, también conocido como “Guillito”.

Pero antes de hablar de las ejecutorias hablemos un poco del personaje. Este individuo lleva tanto tiempo al frente de la alcaldía mayagüezana, que actúa como virtual dueño. Como dirían los abogados, tal parece que ya ocurrió la “usucapión”, y el municipio se inscribió a su nombre en el Registro de la Propiedad. Si Rodríguez llegara a terminar el actual cuatrienio como alcalde, algo ahora mismo bastante dudoso, estaría 32 años en el cargo. Con ese número superaría por mucho a su antecesor, el medio legendario Benjamín Cole, que dirigió esa alcaldía por 24 años. Como vemos, lo de “sultanes del oeste» no es mera palabrería.

Cuando un funcionario público está tanto tiempo al frente de una dependencia, termina creyéndose dueño y actúa como tal. La frontera entre el administrador y el propietario se torna borrosa y se siente con autoridad para hacer y deshacer sin encomendarse a nadie. Eso es lo que proyecta el tal Guillito.

Quien se fija en el personaje se sorprende que haya acumulado tanto poder, porque se parece más a Joaquín Balaguer que a Rafael Trujillo. No proyecta carisma y su pelo eternamente ennegrecido y acomodado con laca, provoca risa. Pero a pesar de ser tan “poca cosa”, ya lleva casi tres décadas mandando con aires de pequeño dictador. Es la imagen viva del funcionario escurridizo, que compra alianzas repartiendo prebendas y desarmando enemigos.

Hay una frase tomada del béisbol que define muy bien al alcalde mayagüezano: sabe jugar “las cuatro bases”. Por un tiempo se proyectó como “soberanista” dentro del PPD, acercándose en ocasiones a los independentistas y, de paso, atenuando posibles ataques o críticas desde ese flanco. Pero, a pesar de esos aires patrioteros, no tuvo reparos en aliarse con el liderato del PNP, tanto del área oeste como nacional, soltándole prebendas para ganar apoyos. Es muy conocida su buena relación con Thomas Rivera Schatz. Ahora mismo se comenta que algunos de los implicados en el último caso de corrupción llegaron al municipio de la mano del expresidente del Senado. Además de su relación con el también expresidente del PNP, es muy conocida la alianza de Guillito con Evelyn Vázquez, la exsenadora del distrito famosa por sus torpezas y sus excesos.

Como vemos, el alcalde mayagüezano creía tener todos los ángulos políticos amarrados y esa creencia, sumada al control absoluto de la alcaldía durante casi tres décadas, lo llevó a sentirse impune. Lo que está saliendo a flote tras el arresto de un grupo de personas vinculadas al municipio, confirma una actuación con total desparpajo, típica de alguien que se cree dueño de todo lo que toca.

De primera intención, lo que se conoció fue que uno de los varios protegidos del alcalde, junto a otros “asesores”, dispusieron de $9 millones del municipio. En lugar de invertir esa enorme suma de dinero como se suponía, lo malgastaron en francachelas y traqueteos. Nueve millones de dólares es mucho dinero en cualquier lugar, pero para el presupuesto de una ciudad pequeña es una pérdida inmensa.

Lo que ha salido a flote tras los arrestos es mucho más pernicioso. Buscando manejar a su antojo las propiedades públicas, el alcalde creó una corporación “sin fines de lucro” a la que trasfirió la titularidad de casi todos los inmuebles municipales. Esta corporación, a su vez, tomó préstamos hipotecando algunos de esos inmuebles y, ahora mismo, un hospital y el coliseo para deportes podrían terminar ejecutados por el acreedor. Obviamente, además de lo que ya se sabe, hay una larga lista de traqueteos, escondidos tras las telarañas que se pueden urdir a lo largo de 28 años. Lo que conocemos son sólo retazos.

Tras las noticias de las últimas semanas algunos se han sorprendido por el silencio que durante toda una semana mantuvo el binomio partidista PNP- PPD. Ningún dirigente de esos partidos, que se reparten el poder público, dijo una palabra sobre los escándalos mayagüezanos tras los primeros arrestos. De la Legislatura, que controla el PPD, tan presta a investigar en ocasiones, nada se escucha. Tras el ruidoso silencio, algunas voces del PNP emitieron comentarios y el pasado lunes se anunció ue el Departamento de Justicia comenzó a indagar. Veremos qué sale de ahí.

Para situaciones como estas fue que Guillito se encargó de controlar “las cuatro bases” repartiendo prebendas. El silencio de las dos caras del bipartidismo isleño ante las noticias que salen de Mayagüez no es tanto porque apoyen al alcalde, es porque conocen lo que se esconde y andan cruzando los dedos para no quedar implicados.

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