Miel que me das: «Breve dáctilo» – Alceo

Dibujo de Emanuel Torres

Dibujo de Emanuel Torres

 

Breve dáctilo 

 

Bebamos, ¿por qué esperar que enciendan las lámparas?

El día dura un dáctilo.

 

Ven, mi amor, tómalo en grandes copas bien labradas,

el vino, que moja en olvido el dolor, nos lo dio el hijo de Sémele y Zeus, 

llena dos copas hasta el tope y que la una apresure la próxima. 

 

Fragmento 96 de Alceo, traducido del griego antiguo por Cristina Pérez Díaz

 

ALCEO De las notas de David Campbell, se deduce que Alceo (siglos 7-6 a.C), compatriota y contemporáneo de Safo en la isla de Lesbos, era el rey de la pachanga. Sus poemas eran el alma de la fiesta entre sus amigotes: a veces hablaban de mitología, a veces de la guerra, a veces del amor. Safo era para él casi una diosa. En el siglo quinto a.C., seguía de moda en los banquetes atenienses y, en el siglo primero d.C., en Roma, fue una de las principales influencias de Horacio.

 

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