Mirada al País: Betances en el 2021

 

 

Especial para CLARIDAD

De cara a la aprobación del presupuesto del gobierno para su funcionamiento durante  el año fiscal 2021-2022 volvemos a revivir el libreto ensayado cada año desde que en el 2016 el congreso impuso la ley Promesa y su instrumento para implantar, la Junta de Control Fiscal. El ejecutivo y la legislatura proponen gastos para servicios y la Junta finalmente decide.

Qué hay diferencias, entonces se recurre al tribunal impuesto por la ley Promesa para resolver dentro de los límites de la ley. Para quienes hemos experimentado el proceso de aprobar el presupuesto en años previos a la ley Promesa lo que se vive hoy es un ejercicio fútil, donde las reales necesidades del pueblo no importan ya que solo es prioridad el pago de la deuda.

Lo que hoy ocurre no depende de los intereses y voluntades de jefes de agencias o del ejecutivo y menos de los legisladores. Estamos frente a un escenario cruel. Quien manda y decide es el interés económico y político de la metrópolis. Es el poder del imperio sobre la colonia.

Entonces nos atropellan los titulares de la cotidianidad, los últimos datos del COVID, la violencia de género, la corrupción, las alternativas viables para proveer energía vs el contrato leonino de Luma, el aumento en los peajes, las construcciones sin permisos, el daño ambiental, los potenciales fracasos en educación, las deficiencias en el departamento de Salud, los atentados en contra de la UPR y puede seguir sumando otros hasta el castigo y el cansancio. Más allá de los problemas cotidianos son los síntomas y los efectos del modelo colonial fracasado.

Lo que pudo representar bienestar y desarrollo en décadas pasadas para nuestro pueblo hoy es inseguridad y precariedad. Sin embargo, para otros pocos este modelo fracasado sigue rindiendo ganancias. Esos son los que defienden la colonia y la inversión de empresas multinacionales en nuestro país. Son los bonistas que promueven la ley Promesa, son los consultores y asesores que hacen ganancias con la ley Promesa, son los políticos que viven del régimen colonial, son los chulos de la pobreza que hacen ganancias y lavan dinero mediante donativos y fundaciones, son los que justifican el capitalismo como única alternativa para el mundo y promulgan la bendición de Dios por todo lo que ocurre en el país.

Desde este espacio hemos abogado por proyectos educativos, por juntes y mesas de diálogo de diversos sectores sociales, y sobre todo, construir poder, levantar estructuras que puedan ejecutar las aspiraciones de justicia social e igualdad en favor del pueblo. Reconocemos las luchas por reivindicaciones inmediatas así como otras más complejas y profundas que desde diversos escenarios se dan en el país. Somos solidarios con pueblos hermanos y practicamos esfuerzos nobles que van creando alianzas por un mundo mejor. Nuestro pueblo se defiende, lucha, tropieza y se levanta. Aprendemos y desaprendemos para avanzar. No perdemos la esperanza de ver como se entrelazan unas luchas con otras para adelantar la causa común de liberación y descolonización de nuestro pueblo.

Mientras tanto, llegará otro 30 de junio y prevalecerá el presupuesto de la Junta Fiscal. A menos que las crisis que nos pone contra una pared inexistente, la realidad es que hay un abismo, haga despertar a nuestro pueblo para poder responder a Betances, ¿qué les pasa a los puertorriqueños que no se rebelan?

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