Mirada al País: Viejos esquemas, nuevas realidades

 

Por Rafael Bernabe/Especial para CLARIDAD

La mente humana es menos elástica de lo que se piensa. A veces la realidad cambia, pero muchas mentes se aferran a la realidad anterior. Muchas veces, como plantea el crítico Terry Eagleton, resulta más fácil remover una montaña o cambiar el curso de un río que cambiar un prejuicio. Esto aplica a buena parte de la prensa comercial puertorriqueña ante nuestra nueva realidad política: siguen operando con el viejo esquema. No han entendido, ni registrado la nueva realidad. El viejo esquema, al que están acostumbrados, lo conocemos bien: en Puerto Rico hay dos partidos grandes y un partido chiquito, cada uno definido por su posición ante el status. El PPD, el PNP y el PIP. Autonomistas, estadistas e independentistas. Dos partidos mayoritarios que se disputan el gobierno y uno minoritario, en oposición permanente, pero sin posibilidad de victoria.

Pero este esquema se ha ido agrietando desde 2008. Desde entonces han aparecido nuevas fuerzas electorales. En 2008 surgió Puertorriqueños por Puerto Rico. Llegó tercero. Obtuvo más votos que el PIP. En 2012 participaron el Movimiento Unión Soberanista y el Parido del Pueblo Trabajador. En 2016 participaron el PPT y los candidatos independientes Alexandra Lúgaro y Manuel Cidre. Lúgaro y Cidre superaron los votos del PIP. Lúgaro obtuvo 175,000 votos. Por otro, resultó electo al Senado el candidato independiente José Vargas Vidot. En las elecciones del 2020 participan el Movimiento Victoria Ciudadana, el Proyecto Dignidad y un candidato independiente. El MVC lo organizan entre otros sectores, personas que, como Manuel Natal, provienen del PPD, pero se convencieron de que era necesario construir un nuevo proyecto político en Puerto Rico. Ni el PPT, ni el MVC, ni el Proyecto Dignidad se definen como defensores de una opción de status, aunque el PPT y el MVC se han comprometido claramente con la descolonización. 

Todos estos hechos son síntomas de que la política puertorriqueña entró en un proceso de rápida transformación a partir de 2008. Las causas de este cambio no son difíciles de encontrar. Nosotros las hemos indicado desde 2012, durante mi primera campaña como candidato a la gobernación del PPT. En muchas ocasiones hice una analogía con la década de la Gran depresión de la década de 1930. Al iniciarse esa década tres partidos controlaban la política puertorriqueña: el Partido Unión (rebautizado Partido Liberal), el Parrido Republicano y el Partido Socialista. Para el fin de la década los tres se habían debilitado, dividido y en 1940 recibieron un golpe mortal por un nuevo partido, el PPD, fundado apenas dos años antes. Así planteamos que la incapacidad del PNP y del PPD de responder a la depresión que se inició en 2006, con sus consecuencias (desempleo, empobrecimiento, desesperanza para la juventud, deterioro de la infraestructura, emigración, etc.) tendría iguales resultados: el debilitamiento del apoyo y la división interna del PNP y el PPD, y el surgimiento de nuevas fuerzas políticas que, desde distintas perspectivas, intentan buscar una salida a la crisis. Y eso es lo que ha ocurrido y está ocurriendo: la viejo está muriendo, lo nuevo ya ha nacido y está creciendo. Pero buena parte de nuestra prensa no se entera. Siguen amarrados al viejo esquemas. Veamos tres ejemplos.

A principios de agosto, el programa de comentario y análisis político Jugando Pelota Dura presentó los resultados de un sondeo que realizó sobre la carrera al puesto de Comisionado Residente.  Ilustran los resultados con una imagen que presenta a los candidatos en una hilera de izquierda a derecha. La primera a la izquierda es la candidata del PNP, que fue la que obtuvo el por ciento más alto. El segundo en la lista es el candidato del PPD, que obtuvo el segundo por ciento más alto. En el tercer puesto debía estar Zayira Jordán Conde, la candidata del MVC, que fue la tercera que más votos obtuvo. Pero esto sería romper con el esquema. Así que en el tercer lugar aparece el candidato del PIP. Para colmo, a Jordán Conde, que llegó tercera, se le coloca última en la lista. Es el viejo esquema: los tres de siempre, y luego los demás, que, como no caben en el esquema, no saben qué hacer con ellos. ¿Qué hay que hacer para que se entienda que la política puertorriqueña ya no puede reducirse a PPD-PNP-PIP?

Segundo ejemplo, el 20 de agosto el Nuevo Día publica entrevistas con los candidatos a la gobernación del MVC, el PIP, Proyecto Dignidad y el candidato independiente. Las acompaña con el siguiente titular en la primera plana: «Los candidatos de los partidos minoritarios… ofrecen su receta para ganar». Uno lee esto y se pregunta. ¿Cuáles serán los partidos mayoritarios? El PNP ganó las pasadas elecciones con 42% de los votos. El PPD obtuvo 38% de los votos. ¡38 %! Estos seguirán siendo (hasta ahora) los partidos más grandes, pero ya no se puede hablar de mayoritarios. Aquí, en todo caso, todos son minoritarios. Pero reconocer esto sería desprenderse del esquema de los dos partidos grandes y uno chiquito. Así que se reproduce el esquema: esta semana, parece decir el titular, les presentamos a los minoritarios, otra semana les presentaremos a los partidos de la mayoría. No se dan cuenta que esa mayoría está desapareciendo. 

Tercer ejemplo. El 14 de julio el periódico El Vocero anuncia su nuevo programa de análisis político titulado «Analizando en tres».  Ya sabe el amigo lector o lectora quienes son los tres del título: un integrante del PNP, otro del PPD y uno del PIP. Que conste que no estoy criticando a los compañeros del PIP por participar en estos programas. Tienen perfecto derecho a llevar su mensaje a todos los foros disponibles. Pero sí indico como los que diseñan estos programas lo hacen como si estuviéramos en 2004 o 2000, de acuerdo con un esquema que ya caducó.

Este amarre al pasado puede tener distintas causas. Una de ellas es, como indiqué, la tendencia a no reconocer los cambios en una estructura a la que se está acostumbrado y con la que se ha trabajado por tanto tiempo. Es más fácil seguir analizándolo todo como se ha hecho desde siempre, con los mismos personajes de siempre, las mismas polémicas de siempre, los mismos puntos de referencia de siempre, que reconocer que hay nuevos personajes y que se acercan a los problemas (el de status, por ejemplo) de modo distinto. 

Pero también puede operar una segunda causa: la idea de que las nuevas fuerzas políticas son fenómenos pasajeros, que luego de una breve vida desaparecerán y la política electoral regresará a la normalidad que conocíamos antes de los nuevos experimentos políticos. Es una apreciación equivocada. Si a pesar de los tremendos obstáculos que pone la ley electoral, de 2008 para acá esos experimentos persisten, y, no solo persisten, sino que reciben más apoyo, podemos concluir que no van a desaparecer, que ese descontento y búsqueda de alternativas que reflejan tiene raíces profundas.

Por último, hay, una tercera razón que opera en al menos algunos casos: no es que no se reconozca el cambio, es que se intenta detener el cambio. Se percibe que al apoyo al bipartidismo se reduce, se reconoce la fuerza que exhibe un movimiento como Victoria Ciudadana y se intentan hacer todo lo posible por rescatar el viejo esquema y por mantener vivo el bipartidismo.  Hay medios que se aferran al viejo esquema porque son parte del viejo esquema.

Cualquiera que sea el caso, hay que recordar que los medios tienen una influencia tremenda en la opinión pública, pero no la controlan completamente. Pueden influenciar e influencian tremendamente como interpretamos y entendemos la realidad, pero no pueden remplazarla ni fabricarla a su gusto. Lo que ahora se percibe es un creciente divorcio de lo que ocurre en el país y lo que buena parte de la prensa registra. Sigamos construyendo esa nueva realidad, esas nuevas fuerzas que transformen a Puerto Rico para beneficio de las mayorías. Los viejos esquemas resisten, pero acabarán cediendo.

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