Mirada al País:La respuesta cooperativa en el suroeste

Por Mildred Santiago Ortiz/Especial para CLARIDAD

Si la tierra tiembla, yo me voy de aquí… 

—Héctor Casanova /Johnny Pacheco  

 

Tuvimos varios jamaqueos en años anteriores que evocaban el tema del terremoto del 1918 en Aguadilla. Lo que se inició a finales de diciembre de 2019, empeoró los días 6 y 7 de enero y nos dejó perplejos ante la nueva realidad que tendremos que vivir en adelante. Claro, desde el norte decirlo es un mamey pues luego de la sacudida del día después de Reyes, volvimos a la cotidianidad. Vivirlo en el suroeste es otra cosa. Los cooperativistas respondimos de inmediato luego del devastador Huracán María y ahora, ante este nuevo escenario, revalidamos el compromiso.

Muchos son los testimonios, las historias de terror y desamparo. Es pavoroso ver tu casa derrumbarse y en muchos casos junto al único vehículo familiar. Muchos son los relatos. Uno de los más conmovedores fue ver dos carros debajo de escombros con los regalos de los niños en el baúl, la madrugada de aquel esperado Día de Reyes.

Esa mañana recibimos la llamada de los líderes de la Cooperativa de Vivienda La Ceiba y la desventura nos tocó de cerca. Esta cooperativa fue incorporada el 25 de enero de 1971 y está ubicada en la calle Comercio en la comunidad Cuatro Calles en la ciudad de Ponce. Es un proyecto subsidiado por el Departamento de la Vivienda Federal (HUD) organizado bajo la Ley General de Cooperativas de PR, Ley 239 de 2004. Consta de 348 unidades de vivienda, ubicadas en dos torres de dieciséis pisos y tienen 3 edificios terreros. Próximos a cumplir sus 50 años de existencia convirtieron los predios de la cooperativa y su centro comunal en el refugio de socios y residentes. Instalaron carpas, casetas y comedor común. Amparados en las lecciones y beneficios del accionar conjunto se organizaron y se comunicaron con el resto del sistema cooperativa que de inmediato acudió con la ayuda más urgente. Recibieron suministros variados pero lo más necesario fue ayuda emocional y entretenimiento y asistencia para jóvenes y niños.

La Junta de Directores y la Administración trabajaron de inmediato la evaluación de la estructura y fue grata la noticia de que no hay grave daño estructural. Rebeca Diaz Retamar, presidenta de la Junta de Directores informó que serán   necesarias unas reparaciones en algunas áreas. Esa es la razón por la cual algunas familias están en sus apartamentos y otras se han tenido que ir.  Al momento alrededor de 40 personas pernoctan en los predios de la cooperativa.  Algunas familias fueron ubicadas en hoteles o alquilaron mediante los procesos de FEMA. Otros socios y residentes se ubicaron con allegados o mediante procesos del Departamento de Vivienda Federal (HUD). Según los líderes de esa comunidad las reparaciones se pueden extender de 6 a 9 meses, una vez comiencen los trabajos.

Esta nueva embestida de la naturaleza ha tenido un impacto devastador en nuestra región suroeste principalmente. Al desplome y daño de propiedades se une el cierre de centros de empleos y la inestabilidad emocional que reina en ese litoral que no cesa de temblar. Unos lo han perdido casi todo y duermen fuera de sus casas por temor a los movimientos constantes. Los campamentos oficiales y no oficiales se encuentran en toda la zona y la ayuda fue necesaria desde el primer momento. La solidaridad cooperativa se avizoró. Fueron muchas las comunidades y campamentos visitados para llevar suministros e identificar necesidades. Nuestros líderes voluntarios y profesionales de ese entorno fueron determinantes. Nuestras cooperativas de ahorro y crédito pasaron balance inmediato de los daños y activaron sus planes de emergencia. Identificaron líderes y empleados que sufrieron pérdidas y comenzaron el proceso de recoger información para el trámite de ayudas. En la actualidad trabajan identificando diversos procesos de asistencia a socios, en especial en el ámbito de orientación para el manejo de sus necesidades.

Por otro lado, líderes cooperativistas impulsaron que el regulador cooperativo identificara mecanismos para ser más efectivos en la búsqueda de soluciones. Se logró la adopción de una norma que viabilizan el financiamiento de propiedades reposeídas al 100% del valor en libros o de tasación o lo que sea menor. También, la Corporación para la Supervisión y Seguro de Cooperativas, COSSEC emitió una carta informativa (2020-01) que establece disposiciones para adoptar parámetros para otorgar moratorias a los socios y clientes afectados por estos eventos sísmicos. En esta se identifican los pueblos afectados como: Adjuntas, Cabo Rojo, Corozal, Guánica, Guayanilla, Jayuya, Juana Diaz, Lajas, Lares, Las Marías, Maricao, Peñuelas, Sabana Grande, San German, San Sebastian, Utuado, Villalba y Yauco.

Más allá del trabajo realizado el momento es propicio para promover el modelo cooperativo en los procesos de reconstrucción del territorio afectado. Es una oportunidad, vamos a impulsarlo. Ya hay líderes cooperativistas estudiando posibilidades.  El modelo de vivienda cooperativa está disponible y tiene unas ventajas organizativas que redundan en beneficios para las comunidades. Las 13 existentes son ejemplos extraordinarios de autogestión y responsabilidad ciudadana. La capacidad de respuesta de la Cooperativa La Ceiba es un ejemplo. Se organizaron de inmediato, manejaron insuficiencias, estructuraron un plan, contactaron expertos para el análisis de las estructuras, manteniendo mecanismos de comunicación con socios y residentes.  El sistema de ahorro y crédito inició el trabajo para brindar a socios y residentes de esa zona productos y servicios financieros que estén al alcance de todos.

Ante ese escenario, queda claro que el estribillo de Héctor Casanova con la orquesta de Johnny Pacheco que encabeza este escrito, si la tierra tiembla, yo me voy de aquí, es un desafío que en el cooperativismo enfrentamos con aplomo, solidaridad y optimismo. El cooperativismo no se va de aquí. Se queda en el sur y todo Puerto Rico con sus cimientos sólidos, su estructura bien diseñada su más de un millón de columnas fuertes y estables que son su más de un millón de socios.

Artículo anteriorMirada al País:Ya lo decía Hostos…
Artículo siguienteEditorial: NO a los acuerdos malos y nebulosos