Mirada al País:Lecciones de la reciente elección

 

Especial para CLARIDAD

Con una campaña que buscaba distanciarlo de las ejecutorias del partido con el que ha estado vinculado por más de 25 años, Pierluisi se alzó con la victoria con poco menos de un 33% de los votos. Archivo CLARIDAD

 El pasado 3 de noviembre se celebraron las elecciones generales en nuestro país.  Contrario a lo esperado, todavía faltan resultados de muchas candidaturas que estaban en disputa en el proceso electoral. Sin embargo, ya podemos atisbar varios resultados que son indiscutibles: a pesar de la corrupción rampante, la incompetencia manifiesta y la negligencia criminal del gobierno PNP Rosello-Vázquez, ese partido controlará nuevamente la rama ejecutiva con Pedro Pierluisi a la cabeza. Con una campaña que buscaba distanciarlo de las ejecutorias del partido con el que ha estado vinculado por más de 25 años, Pierluisi se alzó con la victoria con poco menos de un 33% de los votos, seguido de Carlos Delgado Altieri del PPD, que obtuvo cerca de 32% de los votos. Este resultado, para muchos insospechado, era muy probable para otros, en la medida en que se percibía que el discurso contra el bipartidismo había calado profundamente en el pueblo, víctima directa de los acostumbrados desmanes del PNP y el PPD, disputándose el galardón del más corrupto.

Un análisis de la potencial participación de los electores nuevos y reactivados, quienes abarrotaron las Juntas de Inscripción Permanente y la Comisión Estatal de Elecciones, avivó la esperanza de que uno de los partidos de minoría pudiera dar la sorpresa y alcanzar la gobernación. Contrario a lo proyectado, poco más de la mitad de los electores hábiles para votar acudieron a las urnas, lo que echó por la borda las expectativas de triunfo de uno de los principales partidos de minoría. Las razones para esa baja participación son muchas y debieran ser objeto de discusión en otro momento. La puesta en vigor de una nueva ley electoral a solo meses de la elección, diseñada maquiavélicamente por Thomas Rivera Schatz, para buscar tomar ventaja, particularmente, en lo relacionado al voto ausente, les permitió trabajar con suficiente tiempo a estos electores, lo que se anticipaba les daría una delantera significativa en votos. El férreo control de Rivera Schatz de la legislatura y de la voluntad de la gobernadora, le permitieron imponer esta nefasta legislación, aun con la oposición del resto del espectro político del país. Mas, lejos de desalentarnos, nos corresponde resaltar las significativas victorias alcanzadas en el proceso.

El pueblo, indudablemente, mostró su hastío con el bipartidismo que, tras 52 años de turnarse en el poder, ha llevado al país a una situación de alarmante precariedad económica y moral. La victoria pírrica de Pedro Pierluisi y el respaldo endeble a la figura de Carlos Delgado Altieri, demostraron una enorme erosión de la base de ambos partidos que, por las pasadas décadas, han controlado la gobernanza en el país. El pobre apoyo obtenido por el PPD que, como partido mayoritario de oposición, no fue capaz de derrotar al partido de gobierno que protagonizó una multiplicidad de escándalos de corrupción, reflejó que el PPD está herido de muerte. Este resultado ha puesto de manifiesto que hemos conseguido romper el espinazo al bipartidismo y que la lucha organizada, perseverante y unificada nos llevará a alcanzar su exterminio. Queda mucho trabajo por hacer para lograr que un sector importante de nuestro pueblo, aferrado a la estructura de estos partidos, reconozca la ineficacia de su apoyo electoral a quienes, cuatrienio tras cuatrienio, traicionan su confianza. Hay que procurar que muchos compatriotas superen la apatía y comprendan que el voto es un importante instrumento de lucha, capaz de hacer muchos cambios que resultan urgentes y necesarios para el bien de todos(as).

Tenemos que celebrar la nueva composición de la asamblea legislativa, con la victoria de candidatos(as) del MVC, del PIP y del PD, que imprimen una diversidad necesaria a esa rama legislativa, controlada históricamente por los partidos políticos vetustos, corruptos y desgastados. La inserción de estos(as) compañeros(as) servirá de freno a muchas de las maniobras que pondrá en marcha el gobierno de PNP, para favorecer a donantes del partido y encaminar la agenda neoliberal que siempre procuran imponer. Hasta este momento, el PPD mantiene una frágil mayoría en la Cámara de Representantes y en el Senado y tendrá que contar con los legisladores de otras colectividades para atender los asuntos que revisten verdadera prioridad para el país. Sin embargo, aun cuando la legislatura del PPD lograra la mayoría suficiente para aprobar legislación y nombramientos, no podrán ignorar el hecho de que el pueblo los estará observando y que rechazará, contundentemente, todo ejercicio unilateral y abusivo del poder.

Hay que destacar que un partido emergente como el MVC, con solo un año y medio de formado, encabezado por Alexandra Lúgaro, logró colocarse como la tercera fuerza electoral, llevando cuatro (quizás cinco) legisladores a la asamblea legislativa. Es alentador, además, el enorme apoyo al compañero Juan Dalmau, candidato a la gobernación del PIP y a los candidatos a la legislatura por acumulación. Dos candidatos independentistas a la gobernación recibieron cerca de 350,000 votos. Por primera vez en la historia un partido emergente como el MVC, logra desbancar al PPD de la contienda a la alcaldía de San Juan y hoy, el compañero Manuel Natal, se disputa honrosamente esa posición con el candidato del PNP. Sin duda, se ha cambiado el curso de la historia.

Los legisladores de partidos minoritarios tienen la gran oportunidad de dar la lucha decidida y firme por aquellos(as) que depositaron en ellos y ellas su confianza, por los sectores de nuestro pueblo que, por décadas, han sido abandonados a su suerte por los partidos tradicionales y que exigen que se les haga verdadera justicia social. Para ello tienen, a su vez, la ineludible tarea de realizar alianzas entre sí, sin las cuales alcanzar estos objetivos será imposible. Ello requerirá un ejercicio genuino de desprendimiento, que solo se demuestra obrando para hacer justicia al pueblo y no para hacer protagonista al partido al que se representa. Ustedes también, estarán bajo la mirada rigurosa del pueblo que espera que no se le defraude.

Urge dar prioridad, a la derogación de la ley electoral, creando un nuevo estatuto que provea para la segunda vuelta, de modo que gobierne el país quien obtenga más de la mitad de los sufragios emitidos y no quien tenga a la mayoría del pueblo en contra. Urge una reforma electoral que elimine la prohibición de partidos y candidaturas coligadas y que garantice una representación proporcional en la asamblea legislativa. Urge considerar desmantelar la Comisión Estatal de Elecciones, que ha puesto el control del proceso electoral en los partidos políticos, con las nefastas consecuencias vividas por años y que hoy nos enfrenta a la situación anómala de decenas de maletines perdidos con miles de votos sin contabilizar.

El resultado de este proceso electoral tiene que ser objeto de mayor análisis y de discusión objetiva. Urge mucho más por hacer, pero estamos dando los pasos en la ruta correcta. Aprender las lecciones de este proceso nos asegurará no apartarnos del derrotero hacia las metas trazadas y hacia la victoria por la que tanto hemos luchado.

La autora es la Presidenta del Movimiento Unión Soberanista

 

 

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