Molinelli “No se puede bajar la guardia ante los temblores”

 

Por Cándida Cotto/CLARIDAD

ccotto@claridadpuertorico.com

Ante la continúa actividad sísmica que experimenta la isla, el doctor en geomorfología José Molinelli Freytes alerta de que, una vez tomadas las medidas de seguridad en su hogar, lo más importante es que la comunidad esté organizada, ya que ningún gobierno puede reaccionar con prontitud en las primeras 48 horas después de un terremoto fuerte. Es importanteasegurarse de que no haya objetos altos que puedan caer, de que una nevera con ruedas tenga un calzo para que no se mueva de manera lateral, de programarse mentalmente sobre qué va hacer y adónde se va a mover. Pero si una comunidad remota está organizada, aunque quede aislada y se interrumpa el servicio de energía eléctrica, entre los vecinos pueden prestarse ayuda.

Las declaraciones de Molinelli Freytes fueron recogidas por CLARIDAD de una entrevista con Radio Universidad en donde este expuso sobre los recientes eventos sísmicos. Los eventos que se sintieron el viernes, 3 de julio, que comenzaron en la mañana con una magnitud de 4.9 en la escala Richter, en la tarde de 5.3 y casi de inmediato uno de 4.3 y 4.4 ocurrieron entre el área oeste de la Bahía de Guánica y en la Parguera, lo cual es significativo. Esto que quiere decir que el patrón de sismos ha cambiado en términos de que ahora la actividad se está circunscribiendo nada más que a la zona de Guayanilla, al sur de Peñuelas y Yauco. Toda esa área que estuvo en distintos momentos muy activa en el mar y muy activa en tierra en el cañón de Guayanilla en este momento está en silencio y esa área de la costa entre la Parguera y la Bahía de Guánica es la que está mostrando toda esta actividad con muchos sismos relativamente cerca de la superficie, en particular en comunidades y en donde están los complejos turísticos.

Añadió que lo importante que los ciudadanos deben saber es que en términos estadísticos luego que hay un evento relativamente fuerte como el que ocurrió el pasado viernes la probabilidad de que ocurra un evento igual o mayor incrementa en esos primeros días después, hasta semanas después. Esta secuencia es muy similar a la que ocurrió el 28 de diciembre en que después de ocurrir un evento significativo hubo mucha actividad de sismos con réplicas. El día de Reyes ocurrió el evento de 5.8 que colapsó muchas casas en columnas y luego al otro día, el 7, fue el sismo que despertó a todo Puerto Rico, de magnitud de 6.4. “Vemos cómo se demuestra estadísticamente que eso es correcto y es que hemos visto ese patrón”.

Otro patrón interesante, dijo, es que en muchas ocasiones cuando la gente baja la guardia y no están sintiendo los sismos porque han bajado en magnitud y frecuencia, tiende a pensar que ya no va a pasar nada o que están ocurriendo en una zona en particular. Pero observó que ha visto cómo se interrumpe esa frecuencia con un evento como el que ocurrió el viernes en la tarde que fue de un 5.3 de magnitud, que es un evento significativo. Además señaló que los sismos que están ocurriendo en esa zona son muy cercanos a tierra o en tierra. “Lo importante también es tener claro que no se puede predecir cuándo va a ocurrir un terremoto, pero tenemos que estar preparados para el peor evento”.

El experto describió que las vulnerabilidades mayores en la costa sur en Puerto Rico tienen que ver primero con que los sismos que están ocurriendo son en tierra de poco llano. Eso quiere decir que el sismo no tiene que estar muy, muy fuerte para causar daños significativos porque están ocurriendo casi debajo de los pies de las personas. Segundo, que hay miles de familias ubicadas en la misma orilla del mar en la costa sur y en áreas llanas totalmente que están expuestas al peligro de tsunami. “De generarse un tsunami en esa zona, se complica el hecho de que la actividad sísmica, que es oceánica, esté ocurriendo muy cerca de esas comunidades. Por lo tanto, el tiempo en que se inicia el tsunami y el tiempo en llegar a la comunidad es muy corto y eso dificulta el poder salir a tiempo de la zona”, advirtió.

Molinelli Freytes trajo a la atención el hecho de que las casas en columnas en toda esa región son muy vulnerables. En muchas regiones en Puerto Rico las casas sobre columnas, de dos pisos, tienen columnas en el primer piso que están abiertas, sin paredes que las aguante, sino que sobresalen. En los sismos de Guánica la inmensa mayoría de las casas que colapsaron fueron las que estaban en columnas. Las casas terreras sufrieron daños insignificantes.

Otro peligro que hay que plantearse es que muchas de las escuelas que el Gobierno va a querer abrir no son sismoresistentes porque tienen un defecto de construcción que está asociado a lo que se conoce como columna corta. “Me parece un situación muy seria el que el Departamento de Educación y la gobernadora den luz verde para en su momento abrir planteles escolares que no garantizan la vida y seguridad de los niños”. Molinelli Freytes alertó de que puede ocurrir un evento como el que pasó en la Escuela Superior de Guánica, la cual colapsó por completo.

“Como esa escuela hay decenas más que se van abrir que no aguantan un terremoto. Se sabe cómo reforzar las escuelas; se tienen los recursos económicos, sobre todo con los fondos de mitigación que están entrando en Puerto Rico. Mi recomendación es que antes de fin de año ya se tenga encaminado un plan de reforzamiento de escuelas. Y que no se den clases en escuelas que no sean sismoresistentes”.

El profesor retirado de la Universidad de Puerto Rico, recinto de Río Piedras, dijo que ante esta situación era preferible dar clases al aire libre e insistió en que no nos podemos tomar el riesgo de que ocurra un evento sísmico y que esas escuelas colapsen.

Una vez más, Molinelli Freytes reiteró sobre la vulnerabilidad de la sociedad ante eventos naturales y recalcó la necesidad de una planificación individual y comunitaria que considere no solo los riesgos sísmicos, sino los riesgos que representan el cambio climático, el alza en el nivel del mar, el incremento en inundaciones, los movimiento de deslizamiento y las características de la región montañosa central de la isla.

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