Nos quedan cinco meses

 

Por Manuel de J. González/ CLARIDAD

Después de cientos de embustes, miles de apagones y a días de la primaria, Wanda Vázquez gestionó la renuncia de José Ortiz de la dirección de Energía Eléctrica. Para solicitar la salida se tomó la enésima foto en los sillones de Fortaleza, esta vez con el presidente de la Junta de Directores de la AEE. Mientras se reunía, más de 30 mil abonados llevaban casi una semana apagados y otros 100 mil se les unían minutos después.

Esta “oportunidad fotográfica” de la gobernadora ya es rutina, igual que cuando se escribe sobre la incompetencia del gobierno durante una tormenta. Resulta difícil construir oraciones porque casi todas las palabras disponibles ya se utilizaron. Tras el huracán María nada más – cuya secuela todavía no termina – gastamos un río de tinta denunciando la negligencia que costó casi cuatro mil vidas. Y luego de estar tres años hablando de ese evento, las pocas palabras que quedaban se nos fueron en el terremoto del pasado 7 de enero. En esa ocasión no sólo hubo que escribir sobre desidia e incompetencia, sino también sobre la conducta criminal desplegada por la gobernadora y sus amigas politiqueando con suministros.

Ahora estamos frente a otro evento de la naturaleza, una tormenta que provocó grandes inundaciones en la región oeste, y ya no nos quedan palabras para describir cómo la gente ¡otra vez! ha tenido que enfrentar sola la tragedia, mientras carece de energía eléctrica y agua potable. Ni siquiera nos queda tinta para comentar que en esta ocasión la debacle fue tan grande que hasta la pobrecita gobernadora Wanda Vázquez se quedó sin luz, en plena mansión ejecutiva, según nos dijo algo compungida.

Además, escribir sobre la tragedia particular de una gobernadora dejada a oscuras nos tomaría mucha tinta, porque no es común que una jefa de gobierno se quede apagada teniendo tantas cosas por hacer. Nos enteramos de su percance porque mientras sufría el apagón fue a Mayagüez a reunirse con los inundados y, a modo de consuelo, les habló de sus cuitas. Quería decirles que ella podía entender el dolor de los vecinos mayagüezanos porque lo estaba sufriendo en carne propia. ¡Y eso que no explicó los malabares que tuvo que hacer aquella mañana para maquillarse y arreglarse el pelo, que lucía tan lustroso, como siempre! Imagínense, sin luz y tal vez sin agua (esto último no lo ha anunciado, pero es probable) y tener que arreglarse porque una gobernadora no puede andar por ahí desaliñada. Superando esos retos viajó hasta Mayagüez a repartir consuelo, lo que nos demuestra su gran temple.

La Gobernadora y Tomas Rivera Shatz. Foto: Alina Luciano

Volviendo a la tormenta, en esta ocasión, distinto al huracán María y a los terremotos, el análisis tiene que incluir una referencia a la mano tenebrosa del terrorismo. Justo antes de que los vientos de la tormenta se asomaran por la banda sur, el muy locuaz José Ortiz denunció que los 500 mil abonados que ya estaban apagados eran víctimas de un acto terrorista. A estas alturas todavía ese asunto no se ha investigado a pesar de su gravedad. Ni la Policía, ni el Departamento de Justicia (que ahora, bajo el absoluto control total de Wanda, es tan respetado), ni el FBI, ni el “Homeland Security” han anunciado la investigación criminal que merece el asunto. Aunque tal vez el FBI ya esté investigando porque ellos, como sabemos, ni confirman ni niegan. Seguramente ya entrevistaron a Ortiz y pronto destaparán la conjura terrorista que dejó a medio millón sin luz.

Ya hemos gastado las pocas palabras que nos quedaban para hablar de desastres y nos falta una advertencia muy importante. La tormenta Isaías, que sólo nos rozó, llegó en los últimos días de julio, apenas comenzando la temporada de huracanes. Agosto y septiembre representan el pico del período y después de ese par de meses, el riesgo se mantiene alto durante octubre. Esa realidad la conocemos muy bien quienes vivimos en el Caribe, por lo que mi advertencia no es sobre ella. Lo que advierto es que, pase lo que pase en las primarias convocadas para el 9 de agosto, y también pase lo que pase en las elecciones de noviembre, Wanda Vázquez estará a cargo del gobierno de Puerto Rico hasta el 2 de enero de 2021.

Lo anterior quiere decir que a la administración de gobierno que comenzó el 2 de enero de 2017, todavía le quedan cinco meses. Wanda Vázquez es la continuación de Ricky Rosselló y sólo en cuanto a propensión a decir embustes puede haber alguna diferencia, a favor de Vázquez claro está. En cuanto a lo demás, particularmente la proverbial incompetencia demostrada manejando desastres naturales, se trata del mismo equipo. Los nombres cambian, sobre todo cuando Vázquez entiende que no son fieles a ella, pero se mantiene la esencia. Eso quiere decir que en lo que resta de la temporada de huracanes, que trascurrirá en medio de la pandemia que no termina, estaremos solos.

Durante esos cinco meses ya no tendremos a Ortiz al mando de la AEE. Tras el nuevo embuste sobre el terrorismo y el efecto de los apagones previo a las elecciones, finalmente lo despidieron. Este parece ser el momento ideal para que, tras echarlo al lado, pongan a figurar la nueva empresa privatizadora. Nadie espere, sin embargo, que ese cambio de jinete mejore el desempeño del caballo. A todos nos toca aceitar los generadores y alimentar la paciencia hasta el día en que no aguantemos más, que seguramente llegará.

 

 

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