Notitas deportivas

 

Especial para CLARIDAD

La actividad deportiva no se detiene en la pandemia, sigue jugándose fútbol en distintos países, fútbol americano en las universidades estadounidenses, también a nivel profesional en la NFL. En Puerto Rico esta semana comienza la temporada del Baloncesto Superior Nacional en una burbuja en un hotel. También hay algunos eventos internacionales que se han comenzado a jugar, como un torneo en China donde nuestra Adriana Díaz brilló con su actuación.

¿Explotó la burbuja?

El Baloncesto Superior Nacional decidió celebrar su torneo en una burbuja en un hotel, limitando la entrada, haciendo pruebas moleculares del COVID a todos adentro, pues, similar a la que hicieran en la NBA. Desafortunadamente incluso antes de empezar la burbuja, hubo varios positivos en los Vaqueros de Bayamón, pero ya todos dieron los dos negativos corridos necesarios para entrar a la burbuja. Y a par de días de empezar a jugar, hay ocho positivos en los actuales campeones los Santeros de Aguada, lo cual pone en duda su participación en el torneo. Ya todo el equipo salió de la burbuja y está acuartelado haciendo cuarentena en otro hotel. Aún no se sabe si se podrán incorporar pues quizás cuando terminen el periodo de cuarentena sea muy tarde y no les de tiempo de completar el itinerario tan cargado que tienen. Sería una pena que jugaran sin uno de los equipos. Esta burbuja del BSN es la primera de este tipo en el deporte puertorriqueño y otras ligas y otros deportes están mirando como ejemplo.

Adriana Díaz en la Copa del Mundo en China

China es uno de los lugares en el mundo donde se ha reinaugurado la actividad deportiva, luego de tener el virus bastante controlado. Allí se comenzó a jugar la Copa del Mundo de Tenis de Mesa en una burbuja esta semana. La utuadeña Adriana Díaz, pasó por primera vez a la ronda de las mejores 16 jugadoras al vender a la ucraniana Margaryta Pesotska con marcador de 4-2. Díaz quedó eliminada del torneo al perder con la tercera clasificada en el mundo, la china, Sun Yingsha. 

El fútbol colegial sin controles

El sábado en la noche, luego de la derrota de Donald Trump, pegados a la televisión, vi que estaban pasando un juego de fútbol americano colegial entre Clemson y Notre Dame. No se nada de fútbol colegial, nunca he visto un juego, pero se que es uno de los deportes colegiales que mueven muchísimo dinero, que en muchas ocasiones el dirigente del equipogana más que el presidente de la universidad, los estadios son gigantescos y siempre están llenos. Por eso no es de extrañar que el Presidente saliente Donald Trump haya sido tan vocal en cuanto a su afán porque se jugara el fútbol colegial, que es tan importante para muchas personas, incluyendo muchos de sus seguidores.

Parte del problema ha sido que, como muchas otras cosas en Estados Unidos, no hay una política uniforme. Es decir, cada división ha establecido un protocolo diferente para sus equipos y jugadores, no hay uno de toda la NCAA. Pero en general se hacen la prueba molecular tres veces en semana y en los estadios la capacidad es de un cuarto o un tercio. También están prohibidas las bandas que tocan en el intermedio del juego y hay muchas restricciones en las secciones donde se sientan los estudiantes.

Regresando al juego del sábado en la noche. Fue, aparentemente, un juego muy importante y emocionante pues Clemson estaba como el número uno y además se fue a dos tiempos extras. Cuando Notre Dame ganó, inmediatamente se tiraron al terreno de competencia miles de estudiantes a celebrar, muchos de ellos sin máscara, como si no hubiera pandemia, como si no hubieran estado sentados con distancia en las gradas todo el juego, como si no hubiera sido la semana con récord de infectados en Estados Unidos. Sin duda los estudiantes tienen que ser más responsables, aún dentro de la pasión, pero las autoridades también lo deben ser implementando las medidas. Si no, cabe la pregunta, ¿ vale la pena?

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