Nuestra olvidada Haití

 

Por Lucy M. Millán Ferrer/Especial para CLARIDAD

Las últimas semanas del mes de agosto de este año se llenaron de sangre en Haití. La pobreza extrema que siempre la asedia aumenta aún más, a lo que se añaden la pandemia del COVID 19 y la falta de estructuras gubernamentales eficientes.   Como si esto no fuera suficiente, ahora las pandillas armadas han tomado el país.

El enfrentamiento entre pandillas armadas, como el ocurrido el 31 de agosto en la comunidad Bel Air, en Puerto Príncipe, que obligó a los residentes a huir de sus hogares quemados y que tuvo como resultado alrededor de veinte personas muertas, ocurre ante la total indiferencia del Estado y, no pocas veces, en contubernio con las autoridades gubernamentales. Esta no ha sido la primera masacre, ha habido otras siempre en las comunidades mas empobrecidas de la capital.

Durante el corriente año, más de cuatrocientas personas han sido víctimas de la violencia, incluyendo dos bebés de ocho y cuatro meses, un periodista y el presidente del Colegio de Abogados de la vecina Isla, una de las más recientes víctimas de la terrible violencia que le ha robado la paz al pueblo haitiano.  Se trata del destacado jurista, Monferrier Dorsal, quien fue asesinado frente a su hogar. Su voz se escuchaba con frecuencia rechazando atropellos y políticas públicas en perjuicio de un pueblo empobrecido hasta lo inimaginable, por la corrupción y falta de política públicas que protejan a los sectores más vulnerables.

La pobreza e inseguridad nacional, incrementada por la pandemia del COVID-19 y la crisis política causada por la mala administración y la corrupción en el gobierno de Jovenel Moise han llevado a la nación a un callejón que parece no tener salida. A esto se ha unido la incertidumbre sobre las elecciones legislativas, que el presidente quiere aplazar para el año que viene. Sin embargo, conocemos la fuerza de la primera república negra del mundo. El pueblo haitiano no pierde la esperanza y se mantiene en lucha.  Las protestas masivas no se han detenido desde el verano de 2018 cuando se destaparon los escándalos relacionados con Petrocaribe, en el cual están involucrados políticos y funcionarios gubernamentales, incluyendo la esfera presidencial.

Haití es parte esencial de nuestro Caribe su rica cultura, su pueblo de mujeres y hombres luchadores nos debe animar a toda nuestra Patria Grande Latinoamericana a no permanecer indiferente ante su sufrimiento  y su lucha.

Miremos hacia Haití y no dejemos que siga olvidada.

La autora es portavoz del Comité de Solidaridad con el Pueblo de Haití.

 

 

 

 

 

 

 

 

Artículo anteriorLUMA Energy vandalizٙó espacio de la Alacena Feminista
Artículo siguienteMade in Cuba: la vacuna contra el coronavirus más avanzada de Latinoamérica