Obispos invitan a afirmar la Patria desde la fe

Marzo 6 2020 Catedral Viejo San Juan Misa por el descanso de Rafael Cancel Miranda oficiada por Mon Señor Roberto Gonzalez.

 

Por: José Enrique  Laboy Gómez/Especial para Claridad

Durante las exequias fúnebres del patriota Rafael Cancel Miranda, se observó por parte de algunos sectores jerárquicos de la Iglesia católica en Puerto Rico la existencia de un discurso inconfundible patriótico, imbuido por las actuales corrientes de liberación teológicas y a tono con los signos de los tiempos. Antes de adentrarnos al examen de lo que ocurrió tras la muerte del patriota Cancel Miranda, veamos a manera de resumen algunos de los momentos en los que la jerarquía católica en Puerto Rico mostró signos de una Iglesia puertorriqueña, progresista y con fuerte acento social.

Bajo tiempos de España, el obispo Juan Alejo de Arizmendi simbolizó el faro de esperanza dentro de la Iglesia católica de entonces, ya que fue un reflejo de amor y compasión hacia los más necesitados.[1]Desde el aspecto sociopolítico, el gesto de desprenderse de su anillo episcopal y de depositarlo en las manos de Ramón Power significó un paso importante en la cristalización de una Iglesia propia y puertorriqueña.

Para la década de 1960, la historia de la Iglesia católica en Puerto Rico dio un vuelco importante, pues creció el clero nativo y aparecieron los primeros obispos puertorriqueños. En 1964, se fundó la Diócesis de Caguas y un año más tarde nombraron obispo a Rafael Grovas Félix. De hecho, Grovas Félix fue muy culto, impulsó el desarrollo del clero nativo y tuvo un pensamiento independentista, sin embargo, nunca defendió públicamente dicha fórmula política.

No necesariamente se puede afirmar, pese a la existencia de los obispos puertorriqueños a partir de los `60, que se vivieron cambios profundos sobre temas sociales y políticos dentro de la jerarquía de la Iglesia, salvo algunas excepciones. Manifestó el líder independentista y expreso nacionalista Heriberto Marín Torres: “Es difícil olvidar el funeral (en 1965) de Don Pedro, cuando la Misa en la Catedral hubo que celebrarla desde la escalinata, porque las puertas permanecieron cerradas.  Los sacerdotes Antulio Parrilla y Margarito Santiago se encargaron de la misma, Monseñor Aponte no estuvo presente…”[2]

De forma que la verdadera revolución que se manifestó, en el seno de la jerarquía católica, fue protagonizada por el obispo puertorriqueño Antulio Parrilla Bonilla a partir de su nombramiento en 1965.  La visión social cristiana del obispo Antulio Parrilla corrió paralelo a las ideas propuestas en las encíclicas papales de Juan XXIII y se situó en las corrientes de la Teología de la Liberación que emergían en América Latina.  Defendió sin tapujos la independencia y el socialismo cristiano para Puerto Rico, se enfrentó a la Marina de Estados Unidos a través de la desobediencia civil en las playas de Culebra y de Vieques, justificó la lucha armada y mantuvo fielmente una postura anticolonial y antianexionista durante toda su vida.

Después de Parrilla, el discurso de afirmación nacional probablemente se apaciguó. Pero la muerte del guardia de seguridad David Sanes en Vieques, el 19 de abril de 1999, provocó un cambio drástico dentro de la jerarquía.  A raíz de los abusos perpetrados por la Marina en Vieques, este sector, específicamente la Diócesis de Caguas, practicó un discurso y praxis rebeldes a través del reconocimiento del uso de la desobediencia civil como método para luchar a favor la paz. Vale decir que el obispo Álvaro Corrada del Río figuró como protagonista del proceso. Este fue quien originó los talleres de preparación para las personas que iban a hacer desobediencia en dicha diócesis. Luego, el obispo Rubén Antonio González Medina continuó el trabajo con el establecimiento del Campamento de Oración frente a la cárcel federal.[3]

Empero, el grito de libertad más contundente en los últimos años se evidenció durante las homilías celebradas en torno al deceso del líder nacionalista Rafael Cancel Miranda.  En la misa celebrada en la Catedral de San Juan, el 6 de marzo de 2020, el arzobispo Roberto Octavio González Nieves fue enfático en su deseo de mostrar el carácter libertario del Jesús histórico y de Rafaelito: “Don Rafael fue un fiel creyente de Jesús que dijo: `Conoceréis la verdad y la verdad los hará libre` (Jn. 3,16).  Nuestro hermano, vivió acariciando siempre el sueño de la libertad”.[4]

El prelado católico de San Juan articuló un discurso en el que entremezcló lo religioso con la obra de Rafael Cancel Miranda.  En una expresión muy a tono con su creencia de que la Patria es un don indivisible del amor de Dios, el obispo dijo: “Para Don Rafael no podía haber fe sin Patria ni Patria sin fe.  Para él, amar era una expresión más de su gran amor a Dios y por eso soñaba una mejor patria porque el colonialismo nunca ha sido bueno; nunca lo fue bueno para el pueblo de Dios en Egipto como tampoco lo es para el pueblo de Dios que peregrina en tierras borincanas”.[5]

Roberto González justificó desde el Evangelio la trayectoria del patriota puertorriqueño.  Además, expresó, en clara referencia a la vida de Cancel Miranda, que su encierro físico no le aprisionó su espíritu, por el contrario, le hizo un hombre más combativo:

Cuando la verdad nos hace libres, no hay encierro en el mundo, ni confinamiento, ni cárcel, ni celdas que nos quite la sed de libertad.  Al contrario, nos hace ansiarla más, a seguir luchando por ella, incluso a dar la vida por ella; y hoy, don Rafael, con su muerte, goza de libertad de los hijos e hijas de Dios.  Él creía en la libertad, en la libertad total, en la libertad de la patria, libertad del colonialismo…[6]

Marzo 6 2020 Catedral Viejo San Juan Misa por el descanso de Rafael Cancel Miranda oficiada por Mon Señor Roberto Gonzalez

La nomenclatura que utiliza el mencionado Obispo representa signos de una teología que denuncia el colonialismo y el capitalismo desenfrenado y reclama la liberación ante “los valles oscuros”, “las oscuridades del sepulcro”, “las cadenas”, “las condenas” y “la opresión”. Rogó el obispo por lo siguiente: “Que tu fe y testimonio nos animen a procurar la verdadera paz para nuestra Patria por los caminos de la justicia y la paz en Cristo resucitado…” [7]

El llamado final de Roberto González es un intento por no dejarnos oprimir: “Demos gracias a Dios porque él nunca (en referencia a Cancel Miranda) fue `un mangó bajito`… nunca se dejó; sino que fue frondoso en su fe, grande en sus convicciones, enraizado en su patria y gigante en su amar”.[8]  ¡Más claro no canta un gallo!  La homilía del arzobispo Roberto Octavio González Nieves fue un signo de esperanza y una prueba fidedigna de que la Iglesia de Dios debe procurar atajar por todos los medios posibles el pecado del colonialismo.

Por su parte, el 8 de marzo de 2020, monseñor Álvaro Corrada del Río, en la Catedral de Mayagüez, también pronunció un mensaje alentador para la descolonización de la Patria.  Junto al obispo de Mayagüez, el féretro fue recibido por miembros del clero católico, entre ellos, el sacerdote eternamente patriota, Rafael “Felo” Torres Oliver.  En varias ocasiones, el obispo invitó a la feligresía a vociferar la emblemática consigna albizuista “La Patria es valor y sacrificio”.  Su homilía gozó de elementos promisorios e invitó al esfuerzo colectivo a favor de la lucha patriótica.  El obispo dijo que Puerto Rico “es la tierra prometida nuestra” …Y ha tomado y tomará cientos de años, pero ninguna de ustedes, ninguno de ustedes, renuncie a ese futuro”.[9]

No hay ambivalencias por parte del obispo jesuita, quien señaló que Rafaelito fue un hombre que “vivió lo que la Iglesia pide”: lealtad, veracidad y la vida de su pueblo.  Mediante un discurso pastoral profético, padre Álvaro Corrada planteó que la primera promesa del Señor fue la liberación. A través de su homilía, nos dice: “La primera promesa que Dios le hizo a la humanidad, al pueblo de Israel, fue la libertad de Egipto.  Y la cumplió. Y nosotros, mirando al futuro, no podemos ser menos que el pueblo de Israel esclavo en Egipto y decir: la libertad es nuestra… [10]

Monseñor Alvaro Corrada del Rio. Foto Alina Luciano

La segunda promesa, según el Obispo, se escuchó con Abraham y tiene que ver con la llamada tierra prometida.  Tanto Pedro Albizu Campos como Rafael Cancel Miranda crearon en palabras del papa Francisco “ecosistemas” y en palabras del obispo Corrada del Río “espacios sagrados”, en los que intentaron, a través de su presencia y por medio de sus acciones, forjar la tierra prometida.

Nos dice el obispo de Mayagüez que la tercera promesa fue el mesías. “Y lo cumplió Dios al pueblo de Israel mandándole a su propio hijo que entregó su vida por nosotros y nos bautizó con su sangre”.  De este modo, el líder católico deja entrever que Rafaelito es parte de esos mesías que ha producido nuestra Patria para llevarnos por el camino de la redención.  También reconoció que gracias a Rafaelito podemos mirar al pasado con orgullo, pero también debemos mirar al futuro con la esperanza necesaria para establecer su dignidad como pueblo y su espacio sagrado para mejorar las condiciones del País. “¡Que viva Cristo el Salvador! ¡Que viva Puerto Rico libre!”, así concluyó su homilía.

En efecto, ambas homilías son expresiones de una Iglesia viva e interesada en enfrentar los problemas que nos afectan como pueblo. Los obispos González Nieves y Corrada del Río se apuntaron una muy importante para la historia de la Iglesia en Puerto Rico, ya que fueron valientes, fieles a la doctrina social de la Iglesia y se hicieron ecos de las palabras del papa Francisco, quien ha dicho que hay pueblos “con culturas tan diversas que ni con cola se pueden pegar”, por lo que es pertinente y necesaria la emancipación. ¡Ojalá y así sea!

El autor es historiador y maestro de escuela secundaria en Villalba

 

 

[1]Fray Mario Rodríguez León, O.P., “Rasgos de espiritualidad del obispo Arizmendi” PReb(Puerto Rico en breve); disponible en https://www.preb.com/biog/arizmendi.htm.

[2]Palabras tomadas del Facebook de Heriberto Marín Torres, el martes 10 de marzo de 2020.

[3]Entrevista telefónica con Magali Millán, el martes 3 de marzo de 2020.

[4]Roberto Octavio González Nieves, OFM, arzobispo metropolitano de San Juan, “Homilía exequial Don Rafael Cancel Miranda, Catedral de San Juan, viernes 6 de marzo de 2020, p.  1.

[5]Ibíd., p.  2.

[6]Ibíd., p.  1.

[7]Ibíd., p.  3.

[8]Ibíd.

[9]Monseñor Álvaro Corrada del Río, “La Patria es…”, Homilía de la misa de despedida del 8 de marzo de 2020, transcripción de Claridad(que fue tomada de una grabación de la página mayagüezsabeamango)y publicada en una edición especial del 12 al 18 de marzo de 2020, p.8.

[10]Ibíd.

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