Osvaldo

 

Por Radamés Acosta Cepeda

 

En la foto: Osvaldo Romero, Carlitin Gómez y Ramades Acosta, por Rafi Robles

Te lo juro hermano, en eso siempre coincidimos, las semblanzas post mortem no son justas… nos gustan más las llenas de vida. Las largas pocos las leen. Esta tuya, la primera que escribo, pudiera ser una muy larga. Está sostenida por más de 35 años de vida y lucha política sindical junto a Osvaldo.

Éramos tres los fundadores básicos de los cimientos de lo que fue la Unión Nacional de Trabajadores, cuna del nuevo sindicalismo, entre tantas cosas. Arturo Grant, Osvaldo Romero Pizarro y este servidor, Radamés Acosta. Presidente, Secretario de Organización y Secretario General, respectivamente. Los tres compartimos militancia en la Secretaría de Asuntos Sindicales, a finales del Movimiento Pro Independencia y más tarde el Partido Socialista Puertorriqueño (PSP).

Sobre la Unión Nacional de Trabajadores tengo algunas cosas que decir pues están íntimamente vinculadas a nosotros, a Osvaldo, Arturo y a mí. Nunca entendimos cómo era y sigue siendo posible que cuando se diserta sobre la historia reciente del movimiento sindical, a la Unión Nacional de Trabajadores, no se le ha hecho justicia educativa por parte de la historia a pesar de los grandes cambios que provocó y en los que participamos, como la fundación del Movimiento Obrero Unido (MOU), los actos del Primero de Mayo, jornadas de huelgas, choques con la Guardia Nacional en dos ocasiones, los maleantes de la Security Associates, lucha contra la ley Taft Hartley, junto a un grupo de veteranos sindicalistas… ¿Raro, no ? Issues que ya resolverá el peso sagrado de la historia.

Con Osvaldo atravesamos el amargo proceso de ser la primera unión en ser ilegalizada en Puerto Rico por el Gobierno de Estados Unidos (EEUU), sus líderes presos unos y multados otros y además el ostracismo, la pérdida de la base sindical, el empleo. ¿A dónde ir? Vivíamos y trabajábamos bajo la constante vigilancia de la Unidad Laboral de la mal llamada Inteligencia de la Policía de Puerto Rico. De muchas formas tuvimos la oportunidad de vivir juntos, con muchos otros, la pasión mística con la que se desenvolvió todo durante un periodo en que se acumularon muchas victorias. Esto fue una bendición de solidaridad y vida.

Nos dispersamos brevemente y luego nos volvimos a juntar en el mismo empleo, él en California, yo por acá, siempre en la conversa.

Osvaldo llega ante Arturo y ante mí como una recomendación de Jenaro Rentas, Secretario de Organización del PSP. “Mira, ahí en el lower east side de Nueva York hay un compañero que quiere venir a integrarse al trabajo sindical”. En ese entonces estaba en la Seccional de NY del PSP por poco tiempo.

Se convirtió en nuestro Secretario de Organización y Portavoz del Movimiento Obrero Unido en el Sur ( Región de Ponce, Peñuelas, et-al) donde realizó un trabajo excelente, fino, digno de un buen organizador sindical con contenido político, de reestructuración del movimiento sindical, controlado en ese entonces por las uniones de EEUU, parte del aparato colonial, por el nacimiento de uniones independientes nacionales en la Corco, en la Union Carbide y de paso, le tocó a él ser parte de la huelga más larga en la historia de nuestro movimiento sindical, la huelga de la Ponce Cement. Trabajo de alto riesgo en ese entorno. Excelente representante del nuevo sindicalismo de esa época. Comprometido hasta el tuétano. Buen orador. Buen escritor.

Trabajo unitario mucho. Osvaldo se convirtió en el dirigente sindical más importante e influyente de su época en el Sur y lo teníamos en la Unión Nacional de Trabajadores, a mucha honra. Trabajo internacional en la Federación Sindical Mundial (FSM) y en las relaciones con la Central de Trabajadores de Cuba (CTC), aliada incondicional de nuestra Independencia. Trabajo de combatiente también en diversidad de planos. Buen compa, de carácter afable. En todos cumpliste, Valdo. La vida te dio esa gran oportunidad, tal vez porque dicen, que así es, la vida te la otorga para crecer.

Tuvimos versiones ideológicas distintas en la crisis final del PSP. Nos sentamos en sillas diferentes, pero nunca perdimos el sentido de lealtad y compañerismo forjado en ocasiones muy difíciles.

Amigo de mi familia, sobre todo de Carmencita, con quien tanto compartió en su lecho maltrecho. Yo pues, amigo de Yuyo y Yuya, su padre y madre, y de sus hijas.

Oye Valdo, ¿qué más te puedo decir? Gracias por todo, la viviste bien, te sostuviste, no claudicaste… ¿se puede más…? Puedo decir muchas, muchas cosas más. Todas buenas, será en otro tiempo. Necesitamos muchos más como tú. Tal vez alguien de buena fe infiera que todo esto que nos contamos era algo así como fácil, se me hace esta narrativa contigo todo bueno. No, no lo fue. Pero apostamos a lo mejor de todo siempre. No me lo guardo, te voy a extrañar, de seguro. Y siento que Arturo, Carmen, Carlitín, Elías, Papo Torres, puede ser larga la lista, también.

Con el cariño de siempre, Rada

 

Osvaldo Romero Pizarro

Por Manuel Perfecto Torres*

Tuve el honor de conocer al Hermano y Camarada Osvaldo Romero Pizarro a principios del 1970. En ese entonces él formaba parte de la dirección de la Unión Nacional de Trabajadores, además de ser miembro de la dirección del MPI-PSP, del cual yo también era parte.

Yo laboraba en la Unión Boilermakers, Distrito 3 Puerto Rico, como Secretario de Organización. Para ese entonces los que llegamos al sindicalismo llegamos por ideología, todos independentistas, defensores de la Revolución Cubana. El compromiso, o el romanticismo era total, la razón, la justicia y la igualdad eran nuestras aspiraciones.

Nuestros hijos crecieron en esa lucha. Son mujeres y hombres de bien. El tiempo pasa, como nosotros pasamos por el tiempo. Gracias querido amigo, sabemos que el Creador del Universo, ahora contigo anda y en esas andadas, espera que otros se unan en esas caminatas.

¡Viva Osvaldo Romero Pizarro, viva Puerto Rico libre y socialista!

 

*El autor fue Secretario de Organización y Presidente de la Unión General de Trabajadores

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