Para mayores de 60 años en tiempos de pandemia

Por Marcelo Barros/Especial para En Rojo

 Este jueves, 1 de octubre, la Organización de las Naciones Unidad celebra el Día internacional de las personas ancianas. El objetivo es ayudar a hombres y mujeres mayores a integrarse en la sociedad y asegurar que la sociedad pueda garantizar los derechos de quién ya tiene más de 60 años. En este año, eso tiene aún más actualidad cuando recordamos que, en esta pandemia del Covid 19, uno de los grupos más frágiles y en riesgo son exactamente las personas mayores.

En la sociedad actual, a pesar del envejecimiento de la población, el mundo parece organizado para la juventud. Si las personas mayores dejan de producir, pierden su importancia. Para cada ser humano, en cualquier cultura, el envejecimiento es siempre un proceso difícil y exigente. No es fácil mantener el espíritu alegre cuando se ve que el cuerpo se va deteriorando progresivamente. El envejecimiento es un proceso inexorable. Sin embargo, podemos tomar decisiones que nos permitan envejecer de una manera más humanizada.

Hasta ahora, nadie sabe exactamente la causa biológica del envejecimiento. Todos los organismos fueron pensados por la naturaleza para nacer, vivir, reproducirse y luego morir. Científicos han descubierto que, desde los 30 años, entramos en una etapa de vida para la cual la selección natural no nos ha preparado. Leonard Stayflick, profesor de la Universidad de California, dice: «La vejez es un producto de la civilización. Sólo existe en seres humanos, animales domésticos y en zoológicos y laboratorios.

Comúnmente relacionamos el envejecimiento con la edad. De hecho, hay una relación, pero no es directa y lineal. Hay personas de 90 que aparentan 70 y hay personas de 60 que aparentan 90. No se puede generalizar, pero las investigaciones demuestran que la longevidad humana es mayor en las comunidades donde no hay jubilación. Es más común encontrar personas de más de cien años en monasterios budistas, conventos cristianos, comunidades afrodescendientes e indígenas que en sociedades en las cuales los/las mayores son dejados/as en asilos o en depósitos humanos a la espera de la muerte. Por supuesto, el proceso de envejecimiento depende de la salud, el clima e incluso de la raza a la que pertenecemos. Del mismo modo, la espiritualidad como la energía del espíritu que actúa en la persona también puede ser un elemento fundamental de vitalidad.

Lo primero que proponen las tradiciones espirituales es mantener siempre en el corazón y en lo concreto de la vida cotidiana un proyecto de vida y la disposición de vivirlo, en la relación con el mundo y con la comunidad a la cual pertenecemos.

El autor es monje benedictino y ha escrito más de 40 libros.

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