Periodismo y literatura*

Especial para En Rojo

Nunca pensé ser periodista. Sin embargo, egresada de química y matemáticas de la UPRRP, logré entrar a la escuela graduada de Stony Brook gracias a mi primer libro:Periodismo y ficción en Crónica de una muerte anunciada Es un libro que analiza textos periodísticos de García Márquez, además de intentar establecer la relación entre periodismo y ficción en Crónica de una muerte anunciadaEl periodismo tiene elementos de la ficción y la ficción parece ser la verdad del periodismo. Fue también este primer libro el que me permitióhacer mi tesis doctoral en Stony Brook y publicar un texto sobre derecho y literatura (Lope de Vega: el arte nuevo de hacer “novellas”, Londres, 1994). Entréa un segundo doctorado en Literatura Comparada (Universidad de Columbia), para centrame en la relación entre derecho y literatura (Rewriting the Italian Novella in Counter-Reformation Spain yFicciones legales, Woodbridge, 2003). En la UPRRP edité con mis estudiantes graduados el libro Ensayos sobre ley, retórica y narración (Santiago, 2007).

Mi experiencia sobre el cáncer cerebral, la recuperación del español y el inglés a partir del francés, el italiano y el portugués, permitieron la publicación deCrónicas para matar el cáncer (La Secta de los Perros, San Juan, 2012).

El interés por la relación entre historia y literatura me lleva a publicarLa isla de Puerto Rico, se la lleva el holandés;Discurso de Don Francisco Dávila y Lugoal Rey Felipe IV (1630) (Instituto de Cultura Puertorriqueña, San Juan, 2016).Ahora están en prensa: (1) Cuerpo y cabeza enTeatro popularde Francisco de Lugo y Dávila(Sial/Prosa Barroca, Madrid); y (2) América: ¿No hay salida?(Isla Negra Editores, Puerto Rico y RepúblicaDominicana).

Periodismo/ Literatura une el periodismo con diferentes aspectos de la cultura: derecho, periodismo, feminismo, sexualidad, política, música, teatro y reseñas. Periodismo/Literaturaune ensayos de (1) En Rojo (Claridad), (2) 80grados, (3) Cruce:Crítica Socio-Cultural Contemporáneay(4) Diálogo digital.

Actualmente escribo periodismo muy pocas veces. Centro lo que me queda de vida en la escritura de un libro de Juan Pérez de Montalván:Sucesos y prodigios de amor.

Agradezco a mi estudiante graduada, Ivelisse Álvarez, por ayudarme a transformar mi periodismo en un libro.

CRÓNICAS DE UN CEREBRO ENFERMO

OBRAR BIEN CON PALABRAS E IMÁGENES

Especial para «En Rojo»

El domingo pasado Joel Osteen comenzó su sermón con el consabido chiste de apertura. Un amigo aseguraba que no había nada como el cáncer para mejorar la apariencia física, porque sólo a partir de su diagnóstico comenzaron todos los amigos a acercársele para comentarle con entusiasmo «Hombre, pero qué bien te ves». No pude contener la risa.

Un mensaje sobre la importancia de la fe en el desarrollo de una actitud positiva imprescindible para enfrentar dificultades había reactivado viejos archivos de imágenes en la pantalla de mi memoria. Recordé a mi hija Carla a la edad de once años, el 23 de diciembre de 2007, corriendo escaleras arriba para esconderse en su habitación cuando me vio llegar del hospital después de mi primera cirugía cerebral. Acababa de llegar con andador, con la cara totalmente hinchada, la quijada medio torcida y con media melena de cabello todavía enredada con aquella pega que me habían dejado las enfermeras al removerme la gasa de la cabeza antes de enviarme de vuelta a casa. La otra mitad del cráneo era un peladero con una cicatriz casi redonda, rodeada de grapas metálicas.

En la pantalla mental de Carla habrían resurgido imágenes de The Elephant Man, la Novia de Frankenstein y la Familia Munsters, —todas criaturas de horror, pero ningunas de ellas tan cercana como su propia madre. Ninguna le había producido el horror inmediato y real de perder a la madre que había conocido para siempre. Seguramente experimentó al mismo tiempo piedad y miedo, pero decidió sacudir al instante ese escenario trágico para mirar la experiencia desde otro ángulo.

Varias horas después, Carla bajó los escalones muy segura, como si no tuviera miedo, e invitó a casa a las vecinitas, Danny e Irene. Después que las tres se cansaron de mirarme por un rato, concluyeron con la mayor naturalidad que mi cabeza llena de grapas parecía body piercing, mi cicatriz un tatuaje, mi cabello empelotado un mohawky yo era definitivamente una versión punk, mucho más coolde la misma Carmen de siempre. El escenario de mi vida había sido transformado en cuestión de segundos, gracias al juego creativo de palabras e imágenes.

Abrir un sermón con un chiste enlaza con una larga tradición. San Agustín lo recomienda como una herramienta didáctica en «De la doctrina cristiana» y Erasmo se atreve incluso a criticar a la iglesia, proponer su reforma y vislumbrar una nueva espiritualidad mediante un elogio irónico de la locura. El chiste de Joel Osteen me hizo pensar sobre el poder de hacer bien a través del poder de las imágenes y las palabras. Carla, Danny e Irene habrían estado bromeando, pero sus risas me elevaron el ánimo hasta llegar a pensar que nada grave ni terrible estaba ocurriendo en ese instante. Sabía, sin embargo, que estas niñas habían hecho un acto heroico precisamente porque habían vencido su propio miedo. «Si esto le ha pasado a Carmen, le puede pasar a mi mamá, nos puede pasar a todas nosotras en cualquier momento». La manera en que estas niñas canalizaron sus propias catarsis, me abrió la posibilidad de enfrentar la tragedia mediante el poder creativo de las imágenes y las palabras.

En «Elogio de la locura», la oradora sostiene que le debemos a la locura el bien de la amistad, relación que sería del todo imposible sin Kolakia (adulación), uno de los miembros de su corte. Si bien adular es un vicio, nadie va a negar que, por el bienestar de un amigo, se evitaría a toda costa decirle a boca de jarro que se ve tan horrible que da miedo. Es probable que más bien se opte por halagar su especial belleza, misteriosa, única, muy pero que muy profunda. Y cuando alguno se mete en líos por hablar demás, seguro que sustituirá el «eso te pasa por chismoso e imprudente» por un «hay gente que no siempre aprecia tu abierta franqueza».

Es lo que llamo obrar bien con el poder creativo de las imágenes y las palabras. A la luz de «Elogio de la locura», la relectura de Carla, Irene y Danny de mi cara horripilante como una imagen super coolde una punkcon tatuaje, body piercingy mohawk, tengo que aceptar que incluso un vicio como la adulación puede transformarse en virtud si se emplea con el propósito de levantar el espíritu de un corazón roto. Por el bien del amigo, de un paciente de cáncer, de un extraño, o como simple herramienta didáctica en el salón de clases, hagamos un experimento.

Juguemos con las palabras e imágenes para transformar lo horrible y feo en algo precioso. En el proceso, quizás podamos encontrarnos a nosotros mismos venciendo nuestros miedos. ¡Lo que puede lograr, en un instante, un acto caritativo de locura!

13 de noviembre de 2011

* En Rojo publica estos textos a manera de anuncio. Se trata de un proyecto de libro que la incansable investigadora e historiadora de la literatura, Carmen Rabell, culmina. Recopila sus notas periodísticas en varios medios. En Rojo ha sido uno de esos espacios que se han visto honrados con su escritura. Desde aquí, desde siempre saludamos este libro que señala hacia un nuevo año 2021, creativo y fructífero.

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