Los sépalos agrestes de tus dedos,
los gajos de la naranja del tiempo y su impaciencia.
No sé cómo volver a recoger los rastros de nuestras noches,
los pesebres y las horas, los bombones de la risa,
la calamidad jugosa de la vida.
Voy por el ciberespacio de la cerveza y la estrella.
Un maridaje que me recuerda las costumbres de mis padres,
La belleza que tienen los roedores que te husmean.
El címbalo de la conciencia subterránea,
el vermífugo que alberga el tiempo.