Zaruk
Si la mar fuera de leche
Yo me haría pescador
Pescaría mis dolores
Con palabritas de amor
Copla sefardí
Hay una tierra sonora.
Soñada.
Por tiempos
el mar la devora.
La seca y la deshoja.
A los judíos se les ofreció
una tierra que uye leche y miel.
Zaruk ahora duerme
bajo un manto de agua de sal.
Si me llevo esta luz que ilumina las mezquitas,
si me llevo el aroma de los azahares
atados a los rizos,
¿podrá Zaruk un día
despertar de su sueño?
¿Salir de las entrañas de la sal?
Si me llevo conmigo todo lo visto y oído,
¿podrá algún día Zaruk
flotar abundante sobre un mar de leche?
Cuatro millones de pescadores
habitan Zaruk.
Y todos tienen hambre de peces que no duelan.
Los jardines, los versos
En un jardín de Córdoba
los poetas leen versos.
Los escucho ensartar las palabras.
Colgarlas en los huecos de un templo en ruinas.
Llegué por el olor a romero que destilan sus gargantas.
Llegué porque Cataluña arde
mientras un archipiélago olvidado
cuelga el hambre y la sed
de los árboles sin hojas.
Allí los poetas cuelgan también sus versos famélicos
que huelen a combustible.