I Reconozco no haber pensado en otra cosa que en metáforas para tu muerte. Mi espíritu ya estaba preparando la hoja |
cuando te acomodé la frisa por última vez. |
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II
Pienso en la materia
hacia dónde va la energía
del cuerpo
que se gasta
de la conciencia.
¿Acaso la silla en la que estoy sentada guardócopia de tus ideas?
Doy vueltas en ella como una niña
me miro en
las puertas de espejo.
En tu escritorio, el tintineo
de las lucecitas me avisa que
la muerte
juega al escondite con la vida.
Por más que llueva,
La señal nunca se pierde.
III En el disco duro están las huellas que ahora los vivos persiguen intentando alcanzar al hombre detrás de la máscara. |
Yo se los digo, Edipo no hubiese querido saber que era hijo. Hay verdades que son broches de oro. |
Ana Nadal Quirós es profesora de literatura en la UPR-Ponce. Acaba de publicar un libro de cuentos: Cucaracha americana.