Poesía: Margarita Pintado Burgos

Diamante molido

 

Bebí de tu fuente

y me llené de paisaje.

 

Dentro de mi pecho

una mancha absurda

frondosa como bosque

surge.

 

Mi desnudez

en la copa de los árboles

mi desnudez

frente a la idea de tu boca.

 

Atrás, todo desmerece.

Los colores se hastían

de tanta certeza,

se acuestan agotados

en la superficie

de una fina lluvia:

fiebre reposada, 

gélida ceniza…”

 

Pero en medio del poema

entra la tormenta

desde el teléfono anunciada.

 

Aquí, cada cosa tiembla.

 

Me llevo las manos a la boca

en un gesto inútil, mi hermana

traduce cada gota de lluvia

mientras le extrae el viento

a mis frases de congoja.

 

Con destreza de sobreviviente

cerramos los ojos para ver

las casitas sacudidas, sus techos

hipotéticos masacrados

por la lluvia y las estrellas.

 

A veces, dice mi hermana,

el cielo parece diamante molido.

A veces, dice el poema, la lluvia

huele a muerte. Y las estrellas

son un súbito recordatorio

del cielo, sábana mojada

que se preña

de luces y de muerte.

 

Detrás de su voz

que yo describiría

terracota— anotación

que hago ya muy fuera

del poema, ya inmersa

en la desidentificación

frontal del material

es decir, ya más cerca

del ARTE…

detrás de su voz

a esta incierta hora

en este nuevo día

de desastre renovado

de alegría suspendida

de llamadas incesantes

para saber quién vive

o quién muere

el parloteo de las niñas

el sonido de unos trastes

la canción sin letra de mi madre

el aullido de una gata en celo

me ubican suavemente

en un fondo irrevocable.

 

Eso que se narra sin narrarse

me estremece, concluye la poeta.

 

Mi hermana se despide.

 

El poema a medias

se asume como fondo.

Echados al olvido quedan

los versos que no fueron:

 

Bebí de tu fuente

y me llené de paisaje.

Te coso a este silencio nuevo

que he dibujado diseñado para ti. Sales ileso

de la tormenta de mis dedos

tan exacto a mí, tan prendido

a los esquemas de mi alma.

 

Animal emancipado

el bosque se parece a ti.”

Margarita Pintado Burgos(Bayamón, 1981) es poeta y profesora de lengua y literatura. Es autora de los poemarios Ficción de venado(La secta de los perros, 2012) y Una muchacha que se parece a mí (Instituto de Cultura Puertorriqueña, libro ganador del Premio de Poesía, 2016). Vive con su familia en San Diego, California.

 

El poema “Diamante molido” pertenece a la colección inédita, Sobreanimal de Margarita Pintado.

 

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