Por una Iglesia sinodal y desde la Amazonía

 

Por Marcelo Barros / Especial para En Rojo

Este domingo, 6 de octubre, en Roma, el Papa Francisco abre el Sínodo extraordinario de los obispos de todo el mundo católico. Esta sesión del Sínodo tiene como tema “Amazonía, el desafío de la ecología integral y la misión de las iglesias”.

Cristianos y no cristianos, personas que viven en la Amazonía, así como en toda América Latina, Caribe y en el mundo, pueden alegrarse por el hecho de que el papa Francisco tomó la Amazonia como tema de esa sesión extraordinaria del Sínodo de los Obispos. La Amazonía se hizo centro de atención, tema de estudio y de interés para comunidades y organizaciones de todo el mundo. En el Sínodo que comienza hoy en Roma, hay algunas cosas nuevas: pastores y fieles de toda la Iglesia Católica son convocados a un proceso profundo de escucha de las comunidades amazónicas en su diversidad. Es lo que el documento preparatorio al Sínodo llama “escuchar la voz de la Amazonía”. En la 2a parte del texto, la propuesta es escuchar el clamor de la tierra y de los pobres. Y la tercera parte propone una Iglesia profética (que, al escuchar, insertase en la realidad de la Amazonía).

En la Biblia, profeta es principalmente quién escucha y acoge la Palabra para entonces compartirla. Por eso, la perspectiva de ese Sínodo no es como convertir la Amazonía a la Iglesia y si como convertir la Iglesia a la Amazonía. Es urgente que las Iglesias cristianas hagan una decolonización de su misión, estilo de vida y organización interna de su estructura. 

Eso solo se puede hacer a través de una escucha atenta y amorosa de los pueblos amazónicos y una valoración nueva de sus culturas y tradiciones espirituales. En la Amazonía, el destino de la humanidad y de la vida está siendo decidido. Ecología integral significa ese cuidado con la Tierra, los pobres y la integridad de cada persona. El papa ha insistido que el mismo término Sínodo (caminar juntos) debe ser la forma permanente de ser Iglesia. Eso supone una Iglesia dispuesta a volver al Evangelio y que reconozca los ministerios de hombres y mujeres. Pero, la primera cosa es retomar el carácter de Iglesia de cada Iglesia local, en comunión con otras para formar la Iglesia universal. Esperamos que las Iglesias cristianas pasen de una concepción de Iglesia clerical para ser comunión de comunidades de fe y todas ministeriales, a servicio de la humanidad y del cuidado con la Tierra y la naturaleza. Vamos a sumergirnos juntos en la vida de los pueblos amazónicos y escuchar y dar la bienvenida a lo que el Espíritu nos dice y nos enseña a través de su sabiduría ancestral.

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