Puerto Rico no es “USA”: votemos NO a la estadidad

 

 

Un editorial publicado el pasado sábado, 18 de octubre en el diario Wall Street Journal- vocero principalísimo de los dueños del capital financiero de Estados Unidos- reafirma la oposición recalcitrante de la clase dominante de Estados Unidos a la estadidad para Puerto Rico, la cual ha sido tantas veces reiterada por los líderes principales del Partido Republicano y demás portavoces del movimiento conservador en dicho país.

Esta vez, sin embargo, el argumento que utilizan los editorialistas para justificar su oposición a la estadidad es diferente al que han expresado otros portavoces políticos y medios estadounidenses en el pasado. Ya no es que Puerto Rico es pobre, y que nuestra dependencia del gobierno federal será una carga demasiado pesada para los contribuyentes estadounidenses. Ni tampoco que la quiebra fiscal  y la pobreza nos impedirán cumplir con las obligaciones contributivas y de todo tipo con las que cumplen los demás estados.

El muro que ahora se levanta por el Wall Street Journal es la fuerte resistencia a la anexión que prevalece entre sectores significativos de la población de la Isla. Para ello, utilizan los resultados de las distintas consultas plebiscitarias que aquí se han celebrado. Según el diario:   “Los resultados de un referéndum celebrado en 2012 han sido disputados, y el referéndum subsiguiente del 2017 fue boicoteado por el sector anti estadista. Al admitir un territorio en un riesgoso acto de política partidista, un Estados Unidos polarizado estaría absorbiendo un estado con un movimiento secesionista”.

Por fin se reconoce lo que históricamente ha sido el verdadero freno a la estadidad: la nacionalidad puertorriqueña. Referéndum tras referéndum, nuestro pueblo ha reafirmado su voluntad mayoritariamente anti anexionista, aun cuando en las más recientes consultas de 2012 y 2017, y también en la que se avecina este próximo 3 de noviembre, el gobernante Partido Nuevo Progresista (PNP) haya querido tenderles una trampa a nuestro pueblo y al gobierno de Estados Unidos también. Por eso, es muy puntual y pertinente la distinción que hace el Wall Street Journal al oponerse a la estadidad para Puerto Rico. Acierta al decir que aquí hay un fuerte movimiento “secesionista”, y eso es, en sí mismo, el escollo mayor a cualquier intento de anexión.

Puerto Rico es una nación debidamente constituida, con perfiles propios definidos no solo por el lenguaje sino también por una cultura e idiosincrasia común, y por un indiscutido sentido de identidad. Puerto Rico ha sido históricamente una nación que se ha resistido a dejar de ser. Somos puertorriqueños, no estadounidenses, y eso parece tenerlo claro hasta algunos de los más fervorosos “estadistas”. Por eso, lo que el Wall Street Journal llama “secesionismo”, y nosotros llamamos independencia y soberanía, sigue siendo un valor significativo para una enorme porción del pueblo puertorriqueño.

El temor a la anexión de Puerto Rico que expresa este editorial del Wall Street Journal tiene sobre todo que ver con las profundas divisiones, políticas y de toda índole, que se manifiestan actualmente, y cada vez con más crudeza, entre los diversos sectores de la sociedad estadounidense.  Surge del miedo paralizante que siente la clase dominante estadounidense ante la posibilidad que una nueva administración de Joe Biden, con una Cámara y Senado de mayoría demócrata, empuje la ampliación de su delegación en el Congreso de Estados Unidos, mediante la admisión de Washington, DC y Puerto Rico como estados, según lo han expresado recientemente el líder senatorial demócrata, Charles “Chuck”  Schumer y el propio ex presidente Barack Obama. Esto tendría el efecto de alterar el balance político entre las altas esferas del poder en Washington, fomentando la inestabilidad que tanto asusta a las fuerzas del “status quo”.

En Puerto Rico, nuestras preocupaciones son otras. La pobreza, el desempleo, la pandemia, la ruina económica, la violencia, la corrupción, la pobre calidad de vida, la Junta de Control Fiscal y sus medidas de austeridad contra el pueblo, la injusticia de la Ley PROMESA y el oprobioso régimen colonial de Estados Unidos que nos asfixia desde hace 122 años.

Puerto Rico no es “USA”. Y la inmensa mayoría de nuestro pueblo hace esta distinción muy claramente. Por eso, al votar en las elecciones generales del próximo, 3 de noviembre, les convocamos a rechazar la infame trampa que nos hace el PNP y afirmar la identidad puertorriqueña, votando NO a la estadidad.

Artículo anterior“Cuentas pendientes” según Ana T. Toro
Artículo siguienteEDITORIAL  Un nuevo triunfo para  el pueblo boliviano