Puerto Rico, novela inconclusa: Mapa en blanco del viaje de un país

 

Por Reinaldo Pérez Ramírez/Especial para CLARIDAD

“La historiografía y el periodismo nos informan sobre lo que ocurrió. Sólo la novela puede contarnos lo que existe detrás de lo ocurrido, lo … oculto … lo … invisible, e incluso lo que no ocurrió, pero hubiera podido ocurrir. “

Viajes con mapa en blanco

Juan Gabriel Vázquez

La pregunta necesaria: ¿Qué ocurrió en nuestro País durante la segunda mitad de julio y la primera de agosto? ¿Qué subyace a lo largo de la calle estrecha pero densa de la resistencia? La contestación es obvia. En un sustrato aún invisible a nuestra acostumbrada mirada casual, desapegada, conviven múltiples niveles de sectores sociales, económicos y generacionales, sustentados en la zapata profunda de una juventud que se auto construye y va definiéndose paso a paso.

Las próximas preguntas: ¿Qué hacemos? ¿Qué pasará en el país? ¿Cómo podemos suprimir temporalmente nuestras miradas cansadas para apoyar la energía contenida de raudales de jóvenes, sin líderes con nombre –cual si fuera un pecado tenerlos– pero con interlocutores y portavoces, improbables los más?

Las contestaciones a estas interrogantes dejan ver el futuro de un país desdoblado, perplejas sus gentes en actitud de espera, pero afilando machetes. Por un lado, la incertidumbre nos arropa. Por otro lado, intuitivamente nos preparamos para algo inédito. La inmensidad de la tiranía impuesta; la deuda impagable e inconstitucional –auditoría incluida– ha sido reconocida por muchos sectores sociales, profesionales, académicos, estudiantiles y gremiales del país. La gente, el pueblo, todos sabemos de maneras diversas –algunas de ellas simplemente viscerales, que es injusta, usurera, impuesta por las mafias financistas del mundo vestidas con el ropaje jurídico de una legalidad autoproclamada.

Lamentablemente, existen otras certidumbres falaces. Algunos todólogos sicofantes matizan sus análisis radiales con lubricación mediática casi avalada por la Junta de Supervisión Fiscal. Mientras eso ocurre, la partidocracia –toda– deja de ver. No quiere mirar. Se comporta desconociendo la horizontalidad anónima de un pulso ciudadano que al final del día podría ser el único que tiene hoy el potencial de redimirnos.

La verdad es que un país “nuevo” se anuncia. Configurado por sus gentes jóvenes de al menos dos generaciones, ha descubierto que tiene un poder que no había asumido antes. Es el poder de la calle, de la gestión política puntual, en la que caben (cabemos) todos y todas, asumiendo un accionar eminentemente político, pero no partidista; multisectorial, multigeneracional, inédito y fresco, como una tormenta de otoño, sin colores que no fueren los del sol cuando se pone y los del arcoíris cuando el prisma de la naturaleza nos matiza a través de las gotas de lluvia una esperanza. Debemos apoyar, sin estridentes pontificaciones, los esfuerzos de lucha de nuestros hijos y nietos. Los que rehúsen reconocer que estamos en esa encrucijada, se quedarán a la orilla del camino mientras la historia les pasa por delante.

No matemos de antemano lo invisible que aún no ha ocurrido, pero que el día menos pensado, pudiera ocurrir.

Comentarios a: rei_perez_ramirez@yahoo.com

Es el poder de la calle, de la gestión política puntual, en la que caben (cabemos) todos y todas, asumiendo un accionar eminentemente político, pero no partidista; multisectorial, multigeneracional, inédito y fresco, como una tormenta de otoño, sin colores que no fueren los del sol cuando se pone y los del arcoíris cuando el prisma de la naturaleza nos matiza a través de las gotas de lluvia una esperanza.

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