¿Qué nos pasó? ¿Qué hacemos?

 

Por Rafael Acevedo / En Rojo

Teníamos nuestra trama, el argumento fijo y sus protagonistas: todos los políticos son corruptos. Lo sabíamos. Y nuestra relación con la realidad estaba impregnada con esa fantasía. Una “clase política” y unos nombres que nos permitían el goce de señalarlos, de denostarlos, de convertirlos en memes. Mientras tanto, esos protagonistas eran impunes gracias a nuestro entretenimiento con fantasmas. De lejos, como parte de nuestro divertimento, Anaudi, Perelló, Wanda, Rivera Schatz, los 40 ladrones de Pedro Roselló, Fortuño, Keleher, y esa lista con los nuevos que trajo el fugitivo Ricky. Algunos de ellos ocupando aún carteras del gobierno.

Pero, entonces, el chat. La evidencia real de que “todos-los-políticos-son-corruptos”. Conocimos como funcionan esos “fantasmas” de nuestro goce. Como “traman” ese argumento fijo de que roban. Como esa repetición les confería protección. Pero, entonces, cuando uno de esos personajes decide romper con la trama y confesar se destrozó el relato, se rompió la distancia que nos separaba, se acabó la fantasía que nos permitía pasar juicio desde la distancia.

Y salimos a la calle a reclamar, ahora sí, que se fueran al carajo los corruptos, ahora de carne y hueso: Ricky. Y Ricky estaba en Fortaleza y allá vamos. “Y llévate a la Junta”, como un rabo de esa fantasía, como aquel argumento fijo que rebasa la carne. Y se fue Ricky con el levantamiento que atravesó la fantasía. Y se incluyeron nuevos actores y eso fue ganancia.

Celebrando la salida de Ricky.Foto: Ernesto Robles

Queda entonces el rabo. Pierluisi, el enlace simbólico con la Junta. Y los medios, sobre todo el GFR, lavan la cara del usurpador de nuevos modales, sacan la discusión de la calle y la llevan a la legislatura y a los tribunales. Una retahíla de expertos, los de siempre y algunos más, todos expertos abogados casi exclusivamente varoncitos, aparece en TV explicándonos cómo por fin llegamos a la paz y la estabilidad. De la calle pasamos a la farándula legalista. El ejecutivo, el legislativo, el judicial. Ahí siempre ganan porque no estamos representados directamente. La Fortaleza , que la rama legislativa y la judicial (nombrada por esos mismos políticos) autorizan de manera displicente el juego de naipes en el poder. Mucho ruido y pocas nueces. Volver a la calle va a ser duro. Ya no es Premios Lo Nuestro.

Y en una vuelta de tuerca, Pierluisi queda fuera. Fuera porque esa otra fantasía discursiva, la Constitución, no le da espacio en la trama ideológica de la ley y el orden. Y ahí está Wanda, insertada perfectamente al “poder” gracias a ese cuento redactado en el 1952. Y volvimos a creer en una trama, un argumento fijo, en sus protagonistas. Es entretenido.

¿Cómo sacamos a Wanda? ¿Cómo hacemos que el actor de turno “se lleve a la Junta”? Estamos advertidos, hay que modificar nuestra relación con esa trama. Cuando los cuerpos estuvieron en la calle, rejuntos, se crearon otros modos de relacionarnos con la realidad y con las fantasías. Ahora eso lo sabemos. ¿Cómo retomamos esta fiesta y borramos este relato fantasmático de la “clase política corrupta” de una vez? ¿Cómo hacemos que el próximo protagonista “se lleve a la Junta”? No sé. ¿Será necesaria otra “confesión” de uno de los actores? ¿Será organizándonos de otro modo como ahora parece hacerse en las plazas? ¿Será allí dónde se van creando los nuevos modos de comunicarnos y hacer real lo real? Creo que por ahí va la cosa. Y por otros lados. Cada cual en lo que sabe y cree saber. Hasta que volvamos a estar rejuntos, cambiando los modos de hablar, bailar, protestar y resistir.

¿Cómo sacamos a Wanda? ¿Cómo hacemos que el actor de turno “se lleve a la Junta”? Estamos advertidos, hay que modificar nuestra relación con esa trama. Cuando los cuerpos estuvieron en la calle, rejuntos, se crearon otros modos de relacionarnos con la realidad y con las fantasías. Ahora eso lo sabemos. ¿Cómo retomamos esta fiesta y borramos este relato fantasmático de la “clase política corrupta” de una vez? ¿Cómo hacemos que el próximo protagonista “se lleve a la Junta”?

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