Rastreo de casos COVID-19: De la ineficiencia de Salud al avance en cinco municipios

 

Por Gabriela Ortiz Díaz/Especial para CLARIDAD

Aunque se podría considerar una buena noticia el que en estos momentos Puerto Rico tiene la capacidad para realizar mil pruebas moleculares diarias, a días de completarse dos meses del toque de queda, el Departamento de Salud no ha logrado implementar un sistema eficiente de rastreo de casos de personas que hayan arrojado positivo a COVID-19 tras la realización de la prueba molecular, que es la que confirma la presencia del virus en el organismo.

Hasta ahora, el Departamento de Salud ha manejado un plan de rastreo de casos basado mayormente en los resultados de las pruebas serológicas o rápidas, cuyo propósito es detectar los anticuerpos desarrollados en un organismo con este tipo de coronavirus, mas no para diagnosticar. De esta manera, promover a nivel nacional este tipo de rastreo resta al conteo de casos positivos en la isla.

La realidad es que esa manera de contabilizar casos positivos a COVID-19 se desprende de que, desde finales de marzo, el Gobierno masificó las compras de pruebas rápidas, en procesos irregulares que condujeron a la Comisión de Salud de la Cámara de Representantes a abrir una investigación. De hecho, el representante independentista, Denis Márquez Lebrón, presentó el pasado 10 de mayo su propio informe sobre este asunto en el que reveló, entre otras cosas, que “las acciones de los funcionarios fueron un claro esquema de corrupción pública fundado en el clientelismo político”.

No obstante, desde la semana pasada el municipio de Villalba, al que se han sumado otros cuatro: Guayanilla, Yauco, Orocovis y San Germán, instauró un sistema de rastreo con el que se ha podido identificar en ese municipio más del doble de contagios de COVID-19 del que  había informado el Departamento de Salud. También, el equipo de trabajo, liderado por la epidemióloga Fabiola Cruz, ha podido precisar cómo se originó la transmisión de cada contacto inicial.

La razón de este avance a nivel municipal es que se ha trabajado en equipo para identificar con la prueba molecular al contacto inicial, luego hacer un listado de los posibles contagios a raíz de ese caso inicial y darles seguimiento por 14 días hasta que se les realicen ambas pruebas nuevamente y se certifique que ya no son portadores del virus.

En un encuentro virtual destinado a periodistas, celebrado el pasado lunes 11, la epidemióloga que trabaja en el municipio de Orocovis, Eva Gordián Rivera, junto al Dr. Marcos López Casillas, gerente de Programación de Investigación del Puerto Rico Public Health Trust, y  la Dra. Mónica Feliú Mójer, directora de Comunicaciones de Ciencia Puerto Rico, discutió cómo funcionan las pruebas y el rastreo de contactos para COVID-19.

En ese foro, Gordián Rivera explicó que la identificación de casos con la prueba molecular es el inicio del rastreo de contactos, cuyo principal propósito es “contener y mitigar la propagación del virus, ya que se puede intervenir en cualquiera de las etapas de la cadena de propagación: caso inicial, primera línea de contagio o segunda línea de contagio”.

Durante esta pandemia, ha quedado demostrado que los sistemas más exitosos son los que juntan el uso de la tecnología para el rastreo con el trabajo de seguimiento que puedan hacer colectivos de profesionales.

Precisamente, la epidemióloga Gordián Rivera comentó que uno de los elementos esenciales para realizar un rastreo efectivo es la colaboración entre agencias públicas y privadas. Ese tipo de  trabajo mejora la comunicación interagencial, lo que facilita que los datos y estadísticas sean consistentes y redunda en uno de los beneficios que ha demostrado el Sistema de Rastreo Municipal de Contactos.

Importancia de las pruebas moleculares

Ante la necesidad de hacer pruebas moleculares para diagnosticar casos de COVID-19, CLARIDAD cuestionó durante la mesa redonda virtual si eran suficientes mil pruebas diarias y por qué no se están haciendo más.

El Dr. Marcos López Casillas contestó: “Es importante recordar que inicialmente teníamos la capacidad de hacer 50 pruebas diarias. Hay que pensar en estrategias para lograr hacer más por día porque vamos a estar viviendo con este virus hasta que se encuentre la vacuna, que se estima será dentro de un año”.

El doctor reiteró, no obstante, que durante cualquier proceso pandémico, tanto la prueba molecular como la rápida deben complementarse porque son importantes para la realización efectiva de un rastreo de contagio.

“Para volver a la ‘normalidad’ con sabiduría, debemos aumentar las pruebas moleculares para hacer proyecciones y generar conocimiento. El reabrir sin el conocimiento requerido puede ser una sentencia de muerte para alguno de nuestros hermanos puertorriqueños”, concluyó.

López Casillas explicó que ambas pruebas deben hacerse, por ejemplo, si un paciente se recuperó de COVID-19 y quiere donar plasma; además, si se quiere establecer un estudio de cohorte para ver la prevalencia del virus en alguno de los municipios. Sin embargo, considera que hay instancias en las que es imperativo realizar la prueba molecular:

  • si llega un paciente al hospital con síntomas,
  • si se desean capturar nuevos casos posibles en el aeropuerto,
  • si se quiere verificar quiénes de la población de confinados están infectados al día de hoy,
  • si alguna empresa o negocio va a reabrir y el dueño interesa verificar si alguno de los empleados está infectado,
  • si se pretende dar de alta a un paciente hospitalizado por COVID-19,
  • si un policía dio positivo a COVID-19 y se quiere conocer si algún otro policía del mismo cuartel se infectó,
  • si se desea activar las funciones de un comedor escolar,
  • si un determinado hospital quiere investigar si su personal de salud está infectado.

 

 

 

 

 

 

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