Recinto de Ciencias Médicas: Un nombramiento innecesario para otro “amigo del alma”

 

 Por Redacción de CLARIDAD

Tal parece que los miembros del “task force” médico asesor sobre COVID-19 que nombró la gobernadora Wanda Vázquez ya empiezan a pasarle la factura por sus “servicios” al pueblo de Puerto Rico. Así se perfila del caso del doctor Juan L. Salgado, ginecólogo-obstetra y miembro del “task force,” quien ha sido nombrado como Catedrático Auxiliar a tiempo parcial en el departamento de Obstetricia y Ginecología de la Escuela de Medicina  de la Universidad de Puerto Rico, donde funge como Rector su compañero del “task force”, el doctor Segundo Rodríguez.  Este nombramiento se hizo en violación del proceso establecido por el reglamento de la institución para los nombramientos docentes. El doctor Salgado era el único de los miembros del “task force” de la Gobernadora que no era parte de la facultad del RCM.

Salgado, quien fue compañero de escuela de la gobernadora Wanda Vázquez, estuvo vinculado a la fallida y cuestionada compra de pruebas de COVID-19, que provocó la sonada investigación legislativa a la cual el galeno tuvo que comparecer.

El nombramiento de Salgado fue promovido por el Rector de RCM, doctor Segundo Rodríguez y el Decano de Medicina, doctor Agustín Rodríguez González quienes lo impusieron ante la fuerte oposición interna del departamento de Obstetricia y Ginecología y demás departamentos de la Escuela de Medicina. Dos fueron las razones procesales principales para la contundente oposición al nombramiento: que el mismo no provino por iniciativa de Departamento de Obstetricia y Ginecología, lo cual es requisito para dar inicio a cualquier proceso de reclutamiento. El nombramiento tampoco satisface una necesidad académica y docente real, a juicio de los integrantes de dicho departamento. En fin, la llegada de Salgado como catedrático auxiliar no contó con el aval de sus pares ni pudo demostrarse que obedece a una necesidad identificada y apremiante por los servicios de un ginecólogo obstetra adicional en dicho departamento.

La fuerza principal que mueve la oposición a dicho nombramiento superfluo e innecesario es la gran limitación  de fondos bajo la cual opera desde hace años la Escuela de Medicina. Los distintos departamentos se han visto obligados a hacer ajustes, en muchos casos extremos, para poder balancear las necesidades de la facultad, estudiantes y empleados con los requerimientos de los programas académicos y los estándares de acreditación. Muchos de los catedráticos y catedráticas con nombramientos regulares han sufrido recortes de funciones y salarios para poder cumplir con los criterios programáticos sin que se sacrifique la calidad de la enseñanza ni las oportunidades para los estudiantes.

La limitación de fondos es una realidad que ha permeado todos los departamentos y dependencias del RCM desde hace tiempo. Solo se permite una excepción cuando las autoridades quieren beneficiar a algún “amigo del alma”. La auténtica facultad del departamento de Obstetricia y Ginecología hizo lo justo y le negó el visto bueno requerido al nombramiento de Salgado.  Al Decano de Medicina y al Rector del RCM solo les restó imponer su autoridad. Patética forma de ejercer el liderazgo en la principal institución educativa del país.

 

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