Recordando a nuestro compañero Elliott Castro: El cine y los deportes

Nos leíamos mutuamente aunque no necesariamente intercambiábamos opiniones sobre un comentario deportivo o fílmico. Por eso esta vez utilizo la mirada del compañero Elliott para reevaluar filmes de varios deportes a través de los años: béisbol, fútbol americano, baloncesto y pista y campo. Evito las comedias ya que la temática deportiva tiende a ser bastante superficial y dirigido a un público trumpiano. Sí termino con dos filmes que se clasifican como comedias pero son joyitas que sé que Elliott apreciaría.

Beisbol

Kevin Costner es un amante del béisbol y tiene a su haber tres hermosos filmes que honran al deporte. Bull Durham (Ron Shelton 1988) con Susan Sarandon como una groupie—que también es maestra de literatura durante el año escolar—adopta (lo hace su amante) a un pelotero durante la temporada de verano de las ligas menores. En esta ocasión creía que el lanzador novato (Tim Robbins quien se convertiría en su compañero en la vida real) era el elegido pero luego se da cuenta que es el veterano receptor (Kevin Costner) quien le roba el corazón. Field of Dreams (Phil Alden Robinson 1989) reanima el espíritu del deporte como un juego entre padres e hijos y nuevos y experimentados niños, jóvenes y adultos que aman el deporte no importa qué. En este caso el personaje de Costner oye voces que le piden que convierta sus campos de siembra de maíz en un parque de pelota. For Love of the Game (Sam Raimi 1999) nos adentramos en la vida muy cerrada de un exitoso lanzador cuya vida personal irrumpe en lo profesional.

La directora hollywoodense (de las pocas que le daban un presupuesto millonario en esa época) Penny Marshall pudo montar un exitoso filme de la historia de la primera liga de béisbol femenino, A League of Their Own (1992), gracias al apoyo que recibió de actores como Tom Hanks, Geena Davis y Madonna. Presenta la trayectoria de varias de las jugadoras—casi todas provenientes de los campos de “Middle America”—desde que las reclutan para un proyecto sin prestigio hasta que consiguen tener su propia liga.

El director independiente John Sayles en Eight Men Out (1988) dramatiza el escándalo del béisbol profesional cuando en 1919 ocho jugadores de los Medias Blancas de Chicago aceptaron dinero para perder la Serie Mundial. En el filme Field of Dreams, Shoeless Joe Jackson es un personaje del pasado que pide el parque de pelota para poder jugar nuevamente. Filmes más recientes que presentan historias tanto contemporáneas como del pasado son Moneyball (Bennett Miller 2011) con Brad Pitt, Trouble with the Curve (Robert Larenz 2012) con Clint Eastwood y 42 (Brian Helgeland 2013) una biografía parcial de Jackie Robinson con énfasis en cómo logró entrar a las ligas mayores en momentos de total separación racial entre jugadores.

Futbol Americano

Un filme que trata de la segregación y resentimiento de poblados pequeños del sur de los Estados Unidos de cualquier integración racial de jugadores ya sea de escuela superior o universidad es Remember the Titans (Boaz Yakin 2000) con Denzel Washington como entrenador negro que tiene que lidiar con las presiones de los familiares de los jugadores blancos. Friday Night Lights (Peter Berg 2004) protagonizado por Billy Bob Thornton, y luego la serie de TV del mismo nombre (2006-2011) fueron muy popular al localizar su historia en una pequeña comunidad de Texas cuyo único entretenimiento colectivo son los juegos de fútbol de la escuela superior todos los viernes.

Más recientemente tuvimos Draft Day (Ivan Reitman 2014) con Kevin Costner como el “general manager” a cargo del reclutamiento de nuevos jugadores con todos los juegos, engaños y fanfarroneo en que se ha convertido este día en los Estados Unidos y Concussion (Peter Landesman 2015), protagonizado por Will Smith como el neuropatólogo, Bennet Omalu, quien documenta científicamente el daño cerebral que reciben los jugadores de fútbol desde las ligas de niños hasta los equipos profesionales.

Baloncesto

Aunque no menciono en esta columna especial ningún documental de deportes—de los que hay cientos—sí comienzo esta sección con uno de los mejores documentales sobre baloncesto (de acuerdo al Festival de Sundance y críticos de cine como Roger Ebert), Hoop Dreams (Steve James 1994), por ser un estudio sociológico y psicológico de dos jóvenes negros de las áreas pobres de la ciudad de Chicago que son reclutados por la prestigiosa escuela superior St. Joseph (donde Isiah Thomas estudió) para ser parte de su equipo de baloncesto. William Gates y Arthur Agee son muy talentosos pero tienen que ajustarse a la disciplina del deporte y del currículo académico de la escuela. También tienen que lidiar a diario con sus problemas familiares como falta de dinero para cubrir los gastos que las becas no incluyen, viajar un largo trecho para asistir a clases y prácticas, vecindarios violentos, crítica constante de vecinos, amigos y otros familiares, comportamientos aprendidos, estudios elementales flojos, entre otros. El director y su equipo filmó 250 horas con estos jóvenes por casi cinco años para producir este documental de tres horas.

Entre los filmes más recordados de baloncesto están: Hoosiers (David Anspaugh 1986) con Gene Hackman sobre un equipo de escuela superior en Indiana; Blue Chips (William Friedkin 1994) con Nick Nolte como dirigente de un equipo universitario que tiene que inventar maneras de reclutar a buenos jugadores sin supuestamente pagarles en regalías (práctica muy común pero ilegal en el NCAA); He Got Game (Spike Lee 1998) con Denzel Washington como el padre de un buen jugador al que las universidades quieren reclutar como sea; Glory Road (James Gartner 2006) de la verdadera historia de cómo el dirigente Don Haskins llevó al campeonato de la NCAA en 1966 a Texas Western, el primer equipo con alineación inicial de jugadores negros.

Pista y Campo

(Elliott fue el mejor comentarista tanto de los juegos de la LAI como de las transmisiones de los Juegos Centroamericanos y del Caribe).

Chariots of Fire (Hugh Hudson 1981) es el filme clásico sobre velocistas que en este caso narra la historia de dos jóvenes, uno judío y privilegiado (Harold Abrahams) y el otro escocés y de tradición ministerial (Eric Liddell) durante la entreguerra (1919-1939). En 1982 ganó cuatro Oscares por película, guión, música y vestuario. Race (Stephen Hopkins 2016) también se remonta a esta misma época pero en este caso con el afroamericano Jesse Owens quien participó y ganó medallas de oro en las Olimpiadas de 1936 en Berlín. Una realidad más cercana y común es McFarland, USA (Niki Caro 2015) con Kevin Costner como un dirigente de fútbol talentoso pero con poca paciencia para lidiar con los que manejan el dinero y el poder y por eso se marcha y el único empleo que consigue es en un apartado poblado de California donde la gran mayoría de la población es mexicana o centroamericana. Aquí, casi por accidente, armará un equipo de corredores de campo traviesa.

Dos joyas

Cool Runnings (Jon Turteltaub 1993), basado en un suceso real de las Olimpiadas de Invierno de Calgary de 1988 comienza en jamaica donde Derice es un disciplinado velocista que espera cualificar para representar a su país en las Olimpiadas. Por un accidente no cualifica pero en vez de frustrarse decide escoger otro deporte y cualificar. El problema es que escoge un deporte invernal—bobsled/trineo—del que nada sabe. Aún así reclutará a tres amigos y buscará a un dirigente retirado en su isla para que los lleve a Canadá.

Bend It Like Bekham

(Gurinder Chadha 2002) tiene como protagonista a Jess, hija de una familia india Sij residente en Londres, que sólo piensa en jugar soccer, algo que su familia desaprueba totalmente. Jess es reclutada a escondidas de sus padres para un equipo local y hace amistad con Jules (la siempre fascinante Keira Knightley) y Joe (Jonathan Rhys Meyers), el joven entrenador que no quiere perder a tan buena jugadora por razones familiares. Habrá muchos malentendidos, tanto serios como muy graciosos, pero siempre un respeto a la cultura e historia de todos.

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