Repetición de María Collazo

Conozco el trabajo de María Collazo desde el siglo pasado. En aquella última década del siglo XX pude estar cerca de la producción de El derrumbe y Silencio, la tierra va a dar a luz un árbol en el ámbito universitario. Luego, con Aló, ¿quién llama? se repitió una experimentación con el cuerpo que siempr tuvo a la poesía como una columna vertebral.

Cuando conocí a Collazo ella regresaba de un periplo por Francia que le permitió, además, asistir a Pontedera, Italia, y participar de la penúltima fase de los talleres de Jerzy Grotowski. Eran los años de “el teatro como vehículo” en el “Centro per la Sperimentazione e la Ricerca Teatrale”, de Roberto Bacci y Carla Pollastreti. Ese espacio se convirtió en su lugar de trabajo. Thomas Richards se encargaba de dirigir las sesiones. Grotowski observaba. Era su manera de ir pasando el batón. Allí también estaba Mario Biagini que desarrolla representaciones y acciones relacionadas con canciones antiguas. La directora puertorriqueña entonces toma de esa experiencia y la reformula. Por eso la música es también muy importante. Por eso el bolero parece ser una constante sonora en sus piezas.

El más reciente trabajo de Collazo, profesora de la facultad de Estudios Generales de la UPR en Río Piedras, se titula Repetición. Se trata de una pieza realizada con un grupo de estudiantes del curso “Laboratorio Grotowski” del Programa de Estudios Interdisciplinarios (PREI). Siete estudiantes del Departamento de Drama para continuaron trabajando y explorando sobre una selección teórico-práctica, “El proceso creativo del actor y la experimentación grotowskiana”, durante dos semestres.

Collazo nos dice: “Repetición es una pieza de teatro experimental que explora reconstruir y sugerir en múltiples sentidos la repetición. Si buscamos un epígrafe para hacer una estrategia de interpretación sería una frase del filósofo danés Soren Kierkegaard: “el amor-repetición es el más dichoso”. Subraya, hermosamente, que: “Lo peculiar del amor-repetición es la deliciosa seguridad del instante”. Es el sentido profundo del concepto repetición lo que le propongo representar a los participantes, en una especie de Teatro-Reflejo. Pero esa repetición no es lo mismo que la reiteración, o sea, lo que se repite independientemente de la voluntad humana: el paso del día a la noche, las estaciones del año, el brillo de la luz durante las tardes soleadas. Lo que se propone es esa repetición que habita imágenes de la memoria y las sensaciones para la reflexión como propuesta escénica. Reconstruir y sugerir en múltiples sentidos la repetición”.

Es interesante esa afirmación de Collazo, y su adherencia a la filosofía de Kierkegaard porque, de cierto modo, es perfecta para la experimentación con el cuerpo. Cuando Grotowski se refiere a un “teatro pobre” pretende centrar el énfasis en el trabajo del actor, sin el marco de la escenografía o el maquillaje, con mínimo uso de la luz, simplificando el vestuario. Dice el filósofo, lo repetido es “lo re-asumido, re-tomado, reduplicado o bien reflexionado interiormente– es una realidad tan vieja como nueva; algo que ya existía, pero empieza a ser de nuevo por la recreación del espíritu libre” (La répétition, OC, V, III 212). Pues ese espíritu libre podría conseguirse cuando al actor no se le instruye mediante técnicas preestablecidas sino que, por el contrario, se pretende eliminar las resistencias que el propio organismo del actor produce ante el conjunto de estas técnicas . Ahí la repetición permite escapar del determinismo.

Repetición se dividió en cuatro partes: I. Impulsos; II. Incomunicación; III. Lenguaje y IV. Territorios. En las primeras dos partes el trabajo con el cuerpo fue extenuante. Una pieza de 23 minutos de movimiento constante. Luego, otros largos minutos de movimientos repetitivos de piernas. El trasfondo sonoro es Noir Désir, una banda francesa post punk y Armand Amar, un conocido compositor de música cinematográfica y percusionista.

El trabajo fluye a una constante de la obra de Collazo, el bolero y la salsa: Tommy Olivencia, Héctor Lavoe, Vicentico Valdés. El otro soporte sonoro: Noir Désir y Armand Amar. Del punk rock francés a la música cinematográfica.

La poesía se incluyó en un texto de Urayoán Noel que el trabajo de la profesora junto a sus estudiantes convirtió en diálogos y escenas que sobrepasaron la función del texto. Fragmentos de Altazor, de Vicente Huidobro recuperaron el movimiento de “Silencio, la tierra va a dar a luz un arbol”. También incluye poemas de Aurea María Sotomayor y Rafael Acevedo.

En escena, mostrando fortaleza y talento: Deddie Almodóvar, Viviana Calderón, Génesis Castro, Thais González, Steven Rivera, Estefanía Soto, y Luis Torres. Sin uda fueron llevados por el curso y la experiencia teatral, a lugares que no habían imaginado en el teatro.

Esperamos que ese “laboratorio Grotowski” continue existiendo como alternativa para los estudiantes. Tenemos la esperanza de que el Anfiteatro Julia de Burgos permanezca como un espacio para el trabajo y la experimentación teatrales. Habrá que luchar para que la universidad siga siendo el lugar en el que el trabajo creativo sea prioritario. Nuestras felicitaciones, nuestras felicitaciones, repetidas, a María Collazo y a sus estudiantes.

*Repetición se llevó a escena el pasado 19 de junio en dos funciones.

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