Rescate de terrenos

 

Por 14 años Playas pal pueblo protege una playa contra la expansión del cemento privado y extranjero en nuestras costas. Al cierre de esta edición la policía estaba en maniobras que con su torpeza habitual amenazan ese frágil ecosistema que la voluntad y el heroísmo ha ido reconstruyendo en Isla Verde. Como nuestra historia es una de lucha constante por proteger nuestra nación de agresiones de toda calaña, y la memoria colectiva hay que educarla constantemente, compartimos esta semana esta nota tomada del libro «Quique Ayoroa Santaliz: patriota, Quijote y amigo» por José Enrique Laboy, (ps. 269-71):

A fines de la de década de los [19]’60, el mundo vivía en plena Guaerra Fría y en Latinoamérica todavía sonaban los cánticos de la Revolución Cubana en búsqueda de la victoria. Como era de esperarse, ello produjo un nuevo discurso discurso y praxis independentistas en Puerto Rico. A partir de ese período se observó una renovación en los métodos de lucha de los independentistas. Por consiguiente, uno de los resultados de ese ambiente fue la intensificación de la persecución de los grupos de izquierda en Puerto Rico.

De modo que la Guerra Fría generó un nuevo clima político, que empeoró la situación de los sectores que desafiaban el orden social, económico y político en Puerto Rico. El abogado Ayoroa Santaliz comenzó a trabajar en medio de ese contexto de persecución política. Tan temprano como el 1967, Quique estuvo al frente de un caso que presentaron pescadores del área sur. En un reportaje de prensa, se destacaba la problemática de veintitrés pescadores de Salinas, quienes pedían que se les indemnizara por las nasas que destruían a diario las maniobras militares de la Marina de Guerra [de EEUUAA].

En 1969, Ayoroa Santaliz y Pedro Malavet defendieron en la corte un caso contra el líder del Movimiento Pro Independencia de Ponce, el licenciado Carlos Jesús Pérez. A este se le había acusado de hurtar tres documentos de denuncia de la residencia del juez Carlos Bonaparte, pero la defensa pudo demostrar que no había intención ilegal de parte del acusado.

Entre finales de los [19]’60 y principios de los ’70, Ayoroa defendió casos importantes relacionados con la fijación de pasquines por jóvenes independentistas y casos que tenían que ver con los llamados rescates de terrenos, tan comunes para los ’70. Como activista y abogado, Quique participó en el rescate del barrio Seboruco de Peñuelas. En 1972, algunos jóvenes de dicho barrio decidieron construir un parque de béisbol y una cancha de baloncesto en unos terrenos baldíos, lo que provocó el arresto de todos.

Quique pasó día y noche con los activisitas rescatadores de terreno. […]

A través de esos rescates de terreno que cobraron auge durante este período, Quique vivió de cerca la precariedad en la que vivían muchas familias en varios pueblos sureños de Puerto Rico. Por esa razón, dedicó parte de su juventud como abogado a defender estos casos. Observemos lo que plantea Quique sobre ello: «Representé a miles… de personas acusadas del delito de invasión de tierra, que nosotros llamamos rescates, bajo la teoría legal cristiana de que la tierra pertenece por igual a todos, por lo que nadie tiene derecho a acapararla.»

Sumado a eso, Quique Ayoroa se vio sumamente involucrado en casos que tuvieron que con el Servicio Militar Obligatorio en la Isla, cuando ya figuraba como un líder de renombre en el área sur…

[Eso será tema de otras notas].

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