Residentes de Las Gladiolas siguen la lucha para recuperar su vivienda

Los residentes de viviendas públicas en todo el país deben estar atentos a lo que les ha sucedido a los antiguos residentes del complejo Las Gladiolas en Hato Rey. El compromiso de que regresarían a su comunidad, una vez implosionados los edificios y construído un nuevo complejo residencial se ha desvanecido en un nuevo modelo de vivienda de alianza público privada.

“Las conferencias de prensa que hacemos, aparte de denunciar lo que está viviendo mi comunidad, es crear un alerta entre los vecinos de vivienda pública de que hoy lo estoy pasando yo, mañana Puerta de Tierra. Esto es lo que avalan los administradores de turno”, alertó Mirta Colón Pellecier, presidenta de la Asociación de Residentes Gladiolas Renace. La lucha de los residentes del citado complejo de vivienda pública, ubicado en el mismo centro de la zona bancaria, comenzó en el 2006 ante el anuncio de su desalojo y demolición para dar paso a un nuevo complejo. Tras la resistencia, batallas legales y la presión e intimidación por parte de la administración del Departamento de Vivienda contra los residentes que se resistían a dejar sus hogares, el complejo fue implosionado el 25 de julio de 2011.

“A nosotros nadie nos dijo que eso iba a ser un proyecto de créditos contributivos. Tenemos un documento que dice que siempre y cuando cumpliéramos con los requisitos de vivienda pública podíamos solicitar”, denunció la líder comunitaria. Por el contrario, recién se enteraron de que este es el primer proyecto de vivienda que contempla cuatro programas para que las personas tengan acceso a ellos: créditos contributivos, Plan 8, mercado privado de alquiler y Vivienda Pública. Colón Pellecier agregó que el proyecto que se construye en Puerta de Tierra y el que se proyecta para el antiguo residencial Gautier Benítez en Caguas estarán bajo el mismo modelo.

En contraste con el complejo original que tenía 678 apartamentos, el nuevo Las Gladiolas tiene tan solo 140 viviendas. Colón Pellecier dijo que el compromiso de regreso fue con 100 familias y ahora resulta que de estas solo entrarán 28 luego de pasar el cedazo de los requisitos, aun cuando los espacios para vivienda pública se supone que son 56. Este nuevo modelo de vivienda tiene 28 unidades bajo el Programa de Sección 8, 27 bajo el Low Income Housing Credits (LIHTC) y 29 espacios para el mercado privado de alquiler.

Colón Pelleceir denunció la contradicción de que una persona que exceda los $13,020 anuales —una persona que solo gana $7.25 la hora— no podrá vivir ahí y tampoco cualifica para vivienda pública: “Tenemos que seguirnos preguntando dónde van a ir a vivir los pobres de este país. Ese es el modelo”.

En cuanto al proceso de solicitud, denunció que se busca que los antiguos residentes de Las Gladiolas que han continuado con el proceso se cansen y desistan de su derecho a regresar a su comunidad. Según manifestó, desde octubre del 2018, sin ningún aviso, se suspendieron unas reuniones pautadas entre la Administración de Vivienda Pública y el desarrollador y administrador del complejo, la firma McCormack Baron Salazar. Además, el desarrollador cambió las oficinas de Miramar al complejo sin avisarles.

Colón Pellecier narró que ante rumores de que ya había gente viviendo en Las Gladiolas, que no eran antiguos residentes, decidieron visitar el complejo y confirmaron que era cierto. A los antiguos residentes se les está exigiendo que cada cuatro meses presenten los documentos que certifican su elegibilidad, entre los cuales se incluyen una carta de Asume, Certificado de buena conducta, carta de desempleo, carta del CRIM, carta del PAN, copia del Seguro Social, carta del banco, y en algunos casos hasta un afidávit sobre su situación civil.

Reveló que en reunión con la administradora del proyecto, Lilliam Pujols, tan recientemente como el jueves 10 de enero, le cuestionó por qué estaban solicitando los documentos cada cuatro meses si no se está ocupando el proyecto. La respuesta fue que lo que ocurre es que el proyecto está atrasado, por lo que los están pidiendo desde antes porque no sabe la fecha en que les van a entregar el proyecto. Ante el hecho de que ya hay personas viviendo en el nuevo complejo que no son antiguos residentes, Colón Pellecier reaccionó: “¿Cómo esa gente se enteró de que había que solicitar primero que los antiguos residentes?” Ahora resulta que los residentes de Las Gladiolas han sido negligentes y que, excepto tres familias, las demás no respondieron, según la excusa de la administradora.

La líder comunitaria reiteró su llamado a los residentes de vivienda pública a estar atentos ante este nuevo modelo de vivienda de alianza público privada. “Conocemos el tipo de desarrollo que se está llevando a cabo en el complejo, el cual desde el inicio no concordamos con él y presentamos las razones por las cuales estábamos en desacuerdo y cuáles eran nuestras reservas. El tiempo nos ha dado la razón, nunca estuvimos alejados de lo que hoy es una realidad. Creemos en la integración voluntaria, como también creemos en el respeto a la dignidad del ser humano. Es fundamental reconocer que gracias a la organización comunitaria, durante años tenebrosos y atropellados no desfallecimos en la búsqueda de la luz al final del túnel. Si la comunidad no se hubiese empoderado no estaríamos viendo hoy este complejo de vivienda. Precisamente, ese arduo trabajo es el que protege nuestro derecho a regresar; por esto nos vemos en la obligación de usar la frase ‘Prohibido Olvidar’. Utilizamos esta frase porque está prohibido olvidar la lucha de la comunidad”.

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