Se fue otro ocho de marzo bajo el imperio

Por Liliana García Arroyo

Especial para CLARIDAD

Fuiste la Consuelo de Juan y el consuelo 

de los luchadores patrióticos en momentos difíciles,

Pero no el consuelo tradicional que se traduce en resignación 

sino aquel que profundiza la conciencia, aumenta la comprensión 

y fortalece el espíritu para luchar aún más contra la adversidad”.

Filiberto Ojeda Ríos

“Consuelo”

En Rojo, CLARIDAD, 21 al 27 de julio de 1989.

Se fue marzo y con él se fue otro ocho de marzo con Puerto Rico bajo la  bota imperial. 

Han pasado ciento nueve años desde que mujeres socialistas como Clara Zetkin impulsaran el ocho de marzo como día internacional de la mujer en una conferencia socialista en Copenhagen, Dinamarca. La fecha seleccionada honra a las trabajadoras textiles en la Ciudad de Nueva York quienes perecieron en un fuego el 8 de marzo del 1908 del cual no pudieron escapar debido a que sus patronos las habían encerrado para evitar que salieran en horas laborables. Aquí no hemos muerto de esa forma pero el poder que los patronos van ejerciendo sobre la clase trabajadora podría en un futuro no lejano llegar a extremos parecidos. Para ver si se trata de una aprehensión sin fundamento es útil enfocar algunos hechos que alrededor de estos asuntos se han evidenciado en Estados Unidos, el cual nos provee el juego de espejos.

Uno de los acontecimientos más emblemáticos del imperio es precisamente el debate del caso Yovino vs Rizo que se encuentra ante el Noveno Circuito del sistema de cortes de Estados Unidos. Este caso parece no haberse discutido en Puerto Rico sin embargo debido a nuestra situación colonial tanto su desarrollo como su resolución final van a tener un eco contundente sobre nuestra clase trabajadora muy en particular sobre la mujer trabajadora. Aileen Rizo es una consultora de matemáticas para la oficina de educación en el condado de Fresno en California. Poco después de comenzar en ese trabajo se enteró que un colega recién llegado para un trabajo similar obtuvo una clasificación en la escala de empleo de nueve mientras que a Rizo solamente le habían adjudicado uno en esa escala hasta diez. Rizo tenia antigüedad sobre dicho colega. Sus patronos indicaron que el historial de sueldos era lo que se tomaba en cuenta.  Rizo interpuso una demanda bajo la ley de igual paga  (Equal Pay Act). La corte de apelaciones inicialmente le falló en contra pero luego bajo una reconsideración del panel completo la decisión le fue favorable por un voto.   Desafortunadamente el juez Reinhart, quien fue uno de los votos positivos,  falleció antes de la reunión final del panel. Los patronos apelaron a la Corte Suprema tanto la interpretación de la ley de igual paga como el voto de Reinhart. El Supremo dio la razón a los patronos en la alegación de dicho voto. El proceso ahora comienza de nuevo en el Noveno Circuito una vez se tenga el panel completo con un nuevo juez. Si Trump logra maniobrar para nombrar un juez neoliberal y con ideas machistas, la situación puede tornarse muy difícil. Mientras tanto Rizzo continúa en desventaja abismal ante su colega masculino. El historial discriminatorio de esta práctica de asignar sueldos por historial de salarios se ensaña  en contra de la mujer por la historia de disparidad de paga por razón de sexo pero no hay duda que si se aplicara a trabajadores del mismo sexo seguiría siendo siendo aberrante. 

Los derechos de la clase trabajadora no es el único ámbito de lucha en que se han manifestado las mujeres en Estados Unidos con el fin de lograr una mejor sociedad o más bien la humanización urgente que necesita esa nación como sociedad. Una de estas manifestaciones trata de la lucha política enfrentando las garras con que ha logrado penetrar el capital sionista en la política de Estados Unidos ya no solamente externa sino doméstica. Los que han seguido el  revuelo que causaron las manifestaciones de una de las dos  primeras representantes musulmanas  llegadas al Congreso,  la joven Ilhan Omar, confrontado al “lobby” judío en Estados Unidos, quizás no saben que hubo un antecedente en el pasado cercano. Se trata de la reconocida activista afroamericana e ícono de las décadas del 1960 y 1970, Angela Davis, quien iba  a recibir un premio en enero de manos del Birmingham Civil Rights Institute por su trayectoria en defensa de los derechos humanos. El instituto le retiró el premio ante presiones de  sionistas y de miembros del Birmingham Holocaust Education Center los cuales enviaron una carta tildando a Davis de antisemita por su apoyo a Palestina y a la campaña de  boicot del comercio con Israel. Sin embargo, algunas semanas después el instituto le restituyó el premio. Y es esa restitución lo que debe llamarnos la atención.

La empleada del instituto, Andrea Taylor, le confesó a la periodista Amy Goodman que no todos los miembros de la junta conocían de la decisión de revocar el premio. Más significativo aún, fue a través de las redes sociales que  comenzaron las críticas a la concesión del premio a Davis. Luego del instituto revocar el premio y saberse la noticia, los reclamos para que se restaurara fueron tan numerosos que el instituto reinstituyó el premio. Davis, sin embargo, aún no ha decidido si lo va a aceptar. La presión de los grupos sionistas palideció ante el reclamo popular. Los grupos con poder han dado un  uso a las redes que las han  convertido en un espejo distorsionante en donde la percepción de masividad se construye en pocas horas. Davis no tan sólo puso en pausa su decisión con respecto al premio sino que puso nuevamente en claro la diferencia entre los términos sionista y judío y también aclaró el término antisemita. Sionistas son los que abogan por el Gran Sion, es decir, grandes extensiones del Medio Oriente, el cual creen debe pertenecer a los judíos y por tanto se debe arrebatar a sus dueños a la fuerza. Es un objetivo político y racista ya que es un aparteid  y no todos los judíos lo apoyan. Todo capital que de una u otra forma va dirigido a ese proyecto para fines nuestros es capital sionista. Lo que Davis parecía decir lo interpretamos como un  “Basta ya” de ese chantaje de que aquella persona que no  apoye el genocidio de Israel sobre Palestina se le tilde de antisemita. El término semita fue utilizado por primera vez hacia finales del siglo XVIII, para referirse a pueblos citados en la Biblia, descendientes de Sem, hijo primogénito de Noé. El término semita, desde entonces, hace referencia a los pueblos de lengua semítica. Las poblaciones actuales que tienen lenguas semíticas son los árabes y los judíos. Así que es un disparate hablar de antisemitismo cuando ambos grupos están incluidos. A los que la gente con conciencia se opone es al Gran Sion y esto no debiera necesitar explicación. 

La lucha por una política migratoria responsable y humanitaria en Estados Unidos también dio en marzo un salto cualitativo tras la sentencia de un juez federal en Nueva York  a la activista estadounidense nacida en el Congo, Therese Patricia Okoumou.  Esta  acaba de ser sentenciada a una pena de cinco años de sentencia suspendida por haber entrado a propiedad del gobierno de Estados Unidos para hacer sentir sus reclamos de que no se separen las familias migrantes mientras esperan la disposición de sus casos.  En un periodo de menos de un año hizo desobediencia civil dos veces en la Torre Eiffel en Paris, en la Estatua de la Libertad de Nueva York y en el edificio de oficinas administrativas de la organización Southwest Key, en Austin, Texas, dedicada a  centros de detención de niños migrantes  sin sus padres.  Este último acto le valió arresto domiciliario desde febrero hasta el 19 de marzo cuando recibió su sentencia. El espejo se empaña en este caso y no permite que nos miremos dado el “privilegio” que representa a los puertorriqueños el viaje sin restricciones formales a los Estados Unidos. Sin embargo un paño rapidito puede aclarar la imagen. Los cerca de ocho billones para levantar el muro de la infamia en la frontera de Mexico que Trump ha exigido salen precisamente del mismo presupuesto para emergencias que se sustraen de partidas que bien podría allegarse a los fondos para la recuperación del desastre que fue para nosotros el huracán María y a lugares en Estados Unidos que han sufrido calamidades de fenómenos. 

Al inicio mencionamos a Clara Zetkin quien provee un espejo que no se empaña a pesar del tiempo. Se educó para ser maestra y provino de un hogar con un padre que fue maestro escolar. La tradición de lucha de los maestros y maestras en nuestro país la ha tomado el magisterio sin distingo de edad pero ha recaído en estos momentos el peso de esa lucha en una joven maestra de educación especial, precisamente educadora de ese sector de la niñez más apabullado por la normativa neoliberal. La joven maestra Elimar Chardón Sierra envió mensajes de frustración e indignación a la desconocida hasta hace poco para nosotros, Jueza Swain, quien facultada por el ordenamiento colonial que nos impone Estados Unidos hace decisiones sobre las vidas de todos nosotros y nosotras y ejecuta el plan maquiavélico neoliberal que sus jefes del norte le inculcaron.  Esto se evidencia en su decisión completamente prejuiciada a favor de los bonistas de COFINA y en contra del pueblo. Esta acción de protesta le valió a Elimar varios días de detención en la  cárcel de Estados Unidos ubicada en Guaynabo. Junto a Nina Droz, hoy encarcelada, Elimar ha tomado sobre sus hombros la tarea generacional de enfrentar las causas fundamentales que  amenazan a su pueblo y su propio futuro. Ellas a su vez junto a Ana Belén Montes, encarcelada ya por dieciocho años, conforman un trio de mujeres puertorriqueñas valientes, de generaciones sucesivas, encarnando luchas que sin hacer mucho esfuerzo se logra discernir el punto de confluencia en las causas de cada una: la rapiña del imperio de Estados Unidos. 

«Cada generación dentro de una relativa opacidad tiene que descubrir su misión, cumplirla o traicionarla.» Esta cita emblemática de Franz Fanon obliga a ver otra vertiente. Para cada generación debe existir un consuelo por aquella misión que se dejó inconclusa o que sencillamente nunca se abordó.  Ese consuelo debe ir investido de fortaleza con el objetivo de continuar la lucha o para comenzarla, que es precisamente el consuelo que emanó de Consuelo Lee para todos los luchadores y que la cita de epígrafe destaca en la despedida póstuma que escribe Filiberto Ojeda a Consuelo Lee, quien acababa de fallecer. Lo que para mi generación, mayor en edad a  la de Nina y Elimar, encierra ese objetivo, es precisamente lo que a continuación le expresa Filiberto Ojeda a Consuelo Lee aludiendo también al compañero de vida de Consuelo Lee también fallecido, Juan Antonio Corretjer: “Mi abrazo último; fuerte, firme, abrazo Machetero, abrazo de puertorriqueños libres, como libre será la patria, nuestra patria, la tuya, la de él.”

La autora es sicóloga. Comentarios a: unasolalira2@gmail.com

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