¿Se hará realidad el desalojo del ICP?

Por Giancarlo Vázquez López

gvazquez@claridadpuertorico.com

Cuando una estructura se declara patrimonial la responsabilidad de velar por su integridad está en el Instituto de Cultura Puertorriqueña (ICP). Sin embargo, los servicios que presta esta dependencia de gobierno se han visto afectados por la pérdida de fondos y la reducción en la plantilla de trabajadores luego de la Ley 7 de 2009.

En entrevista con CLARIDAD, Jorge Irizarry, exdirector ejecutivo del ICP durante la administración de Alejandro García Padilla, se manifestó sobre la situación en que se encuentra la institución y el futuro de su actual sede, el Asilo de Beneficencia.

“Yo pienso que hay dos o tres situaciones diferentes: una es el desalojo del ICP; otra es el uso de las estructuras patrimoniales del gobierno; y tercero, yo no entiendo por qué la conclusión de que sin el ICP se acaba la cultura. No me hace sentido porque la cultura la están produciendo miles y miles de puertorriqueñas y puertorriqueños en los pueblos y todo el país”.

“En el ICP tenemos servidores públicos que están para servirle a esa gente, para promover su trabajo y eso lo pueden hacer desde el Viejo San Juan, Santurce, Caguas, desde cualquier sitio donde estén”.

Irizarry mencionó que los rumores de hoteles en propiedades del ICP son viejísimos; que se dijo sobre la Galería Nacional y Casa Blanca, pero nunca llegó a recibir información oficial al respecto. “Lo que te estoy diciendo es que yo no tenía porque darle más credibilidad a lo de Galería Nacional que al Instituto”.

En 2016, Luis Rivera Cubano, entonces director de la Administración de Terrenos, le mencionó a Irizarry sobre la posibilidad de mudar al ICP del Asilo de Beneficencia. Como director ejecutivo del ICP, Irizarry le pasó la información a sus empleados.

“Para mí, eso no era confidencial. Yo se lo dije a los empleados en una reunión de la unión donde estaba su líder. Algunos de ellos ya lo habían escuchado de los empleados del otro edificio al que nos iban a llevar, porque también se iban a mudar para otro sitio para darnos ese edificio a nosotros. Con tanta gente que sabía de eso, a mi me sorprendió cuando yo escuché que esto era un secreto”.

Irizarry recalcó que Rivera Cubano siempre fue claro en que la mudanza era una posibilidad y que todavía no era seguro. Por otra parte, señaló que debido a la pérdida de fondos en ese momento, el ICP tenía presupuesto “casi estrictamente para la plantilla y las obligaciones legales con la legislatura”. En esa conversación inicial, Irizarry recuerda haberle dicho a Rivera Cubano que el ICP no tenía el dinero para hacer la mudanza.

“Él me dijo ellos nos ayudarían con eso. Fue una preocupación que se atendió inmediatamente. Cuando yo se lo dije a los empleados pregunté en esa reunión cómo se sentían ellos con la noticia de que posiblemente nos mudaríamos. La presidenta de la local me dijo en ese momento que estaban contentos porque había demasiado hongo, humedad, gente con asma, alergias y otras cosas, y que a lo mejor se iban cuando nos mudáramos. Esas fueron las palabras de la representante de la unión. En cambio, los administradores, que es la otra parte, estaban satisfechos con la mudanza”.

En aquel entonces se había considerado “el edificio gemelo del Departamento de Estado” para mudar el ICP. Empleados del ICP, junto con Irizarry fueron a ver dicho edificio con 2 preocupaciones en mente: que no tuviera hongos ni filtraciones y que cupieran en él. “Luego de eso no se volvió a tocar el tema”, alegó Irizarry.

“De hecho, en noviembre alguien me preguntó que iba a pasar con la mudanza pues también estaba la preocupación de tener que mudarse en Navidades, por los días libres y vacaciones. Pero nunca se mencionó de nuevo. Recuerdo haber preguntado una vez, como al mes de que me lo dijeron, precisamente porque había que empacar y un montón de cosas que se podían afectar, y lo que me contestaron fue que ‘no porque estamos todavía en conversaciones con el gobierno federal’. Yo no pregunté más y asumí que las conversaciones habían terminado ahí”.

Sobre el desalojo, Irizarry mencionó que el ICP no tiene mucho que decidir porque el edificio no le pertenece. En todo caso, si la corporación arrendataria fuera a intervenir en la infraestructura tendría que consultarle a los arquitectos del ICP, por ser el edificio patrimonio histórico y cultural.

Así está incorporado en el proceso de permisos. Toda construcción que se haga en el casco de San Juan es zona patrimonial “por lo tanto tan pronto se hace la solicitud o notificación de intención en OGP, se nos avisa a nosotros y, si mal no recuerdo, también tiene que avisarle a la Oficina de Patrimonio de San Juan”, detalló. “Por lo menos estaba incorporado así hasta que yo salí del ICP. Han pasado 3 años y no sé si han cambiado las leyes”.

“No está prohibida ninguna construcción en ningún edificio patrimonial. La gran mayoría de los edificios patrimoniales en Puerto Rico no son del gobierno, sino que están en manos privadas. Pero una vez una estructura se declara patrimonial, la responsabilidad de velar por la integridad de esa estructura colonial está en el ICP. Cualquier plan de trabajo que haya tiene que ser endosado por el ICP”.

Dio como ejemplo que cuando muchas de las casas en el Viejo San Juan, todas propiedades privadas, quieren hacer algo, van primero al ICP a preguntar si se puede y cómo quieren hacerlo. “Es un servicio que se le da a todo el mundo, tanto a las empresas privadas como a los dueños individuales con el fin de que se preserve ese servicio y la estructura patrimonial”.

“No quisiera que pareciera que estoy evaluando el contrato porque no lo he visto. Ni que pensaran que estoy pasando juicio sobre la medida. Pienso que la decisión no fue de nosotros porque el edificio no le pertenece al ICP. Como director de agencia, mi casero me dijo que tenía que mudarme. Mis preocupación era que fuera a un edificio mejor, que cupiéramos, que no fuera un edificio enfermo ni destruido. Las preocupaciones mías eran las preocupaciones de los trabajadores y trabajadoras del ICP, y el dinero para la mudanza. Una vez esas preocupaciones se atendieran, yo no tenía ningún problema con la mudanza. No había nada que yo pudiera hacer”, aclaró Irizarry cuya renuncia fue efectiva el 15 de diciembre de 2016, poco antes de que se firmara el contrato.

“Respecto al uso, como pasado director, tengo que reconocer que en todo el mundo hay estructuras de hoteles y restaurantes y boutiques en edificios patrimoniales. Eso no es contrario a la línea patrimonial en el mundo. Ahora, como ciudadano, me preocupa que se le de a intereses privados para lucro”.

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