Se juntan las feministas

El sábado 3 de junio fue un día importante para el feminismo en Puerto Rico. Organizaciones y mujeres en su carácter individual respondimos a la convocatoria de la Colectiva Feminista en Construcción (CFC), el Movimiento Amplio de Mujeres de Puerto Rico (MAMPR) la Coordinadora Paz para la Mujer (CPM) y el Grupo de Trabajo de Género. Ausuba nos entusiasmó con su bomba feminista y de gran conciencia política para iniciar los trabajos. Hubo mucha diversidad en términos de edad, aunque no tanto en términos de procedencia geográfica. Sin embargo, la “Corilla del Oeste” tuvo una destacada presencia e hicieron importantes aportaciones. Mujeres que estuvieron en la diáspora y que han regresado a la Patria a luchar por ésta, sus hijas e hijos; valientes jóvenes que se han hecho cargo de sus madres enfermas y sobreviven diariamente la pobreza, pero asistieron para hacer sus aportaciones y sugerir que se consideremos opciones para situaciones como las que viven, nos conmovieron con sus testimonios.

Los temas de la salud, violencia de género, la educación, la participación laboral, las intersecciones de género, raza, clase, diversidad funcional, los derechos y necesidades de la población LGBTTQI, particularmente de la transgénero, fueron temas de entusiasta discusión. Todas las exposiciones y presentación de propuestas tenían tangencia con la grave situación económica que sobrevive Puerto Rico y las devastadoras medidas que nos está atragantando la Junta de Control Fiscal y el partido gobernante para pagarles a los bonistas, aunque se lleven al Pueblo por delante. El tema de cómo nos afectamos las mujeres en esta coyuntura fue el eje central de la Asamblea. Mientras participaba de los trabajos fue imposible no retrotraerme a principios de los ochenta, cuando otro junte de mujeres convocó las Conferencias de la Mujer Trabajadora, asambleas en las cuales hubo amplias discusiones sobre las manifestaciones del discrimen que enfrentábamos y si existían las condiciones para crear una entidad feminista que de forma organizada nos permitiera combatirlos. Como resultado de esas conferencias nació la Organización Puertorriqueña de la Mujer Trabajadora (OPMT), así como Encuentro de Mujeres y Feministas en Marcha. En un momento histórico diferente, cuando el estado colonial de Puerto Rico ha quedado totalmente al desnudo y las mujeres somos uno de los sectores más afectados por la ley “PROMESA”, la Asamblea Feminista ofreció un espacio, no para la creación de una organización, sino para el análisis y las propuestas de acción, para que se coordinen trabajos y estrategias de resistencia desde una perspectiva de género.

Luego de los informes presentados, de interesantes preguntas y comentarios, cerca de 52 recomendaciones fueron formuladas. Algunas requieren de investigación, de la aprobación de políticas públicas y legislación, de creación de comités, mesas y grupos de trabajo y coordinación entre éstos, de educación y divulgación, de cabildeo, negociaciones y acciones concretas. Me parecieron contundentes declaraciones adoptadas por las participantes, como: continuar la lucha por la inclusión de la perspectiva de género en la educación*la exigencia de la descolonización e independencia en la agenda feminista como el escenario para mejorar nuestras condiciones de vida *apoyar el boicot al plebiscito por tratarse de una farsa* desarrollar estrategias de sororidad para integrar las luchas entre organizaciones* lograr la aprobación de legislación que establezca el requisito de no tener historial de violencia de género para ocupar un puesto electivo, en obvia referencia al caso del municipio de Guaynabo y otros alcaldes* manifestarnos en contra de la criminalización de la protesta* rechazo a los semilleros transgénicos en Puerto Rico*exigir la auditoría integral de la deuda y apoyar la comisión ciudadana que tiene como mandato hacerla con perspectiva de género y que se procesen los culpables si hubo acciones ilegales. La CFC, MAMPR, CPM y OPMT hicieron sugerencias específicas que recibieron el endoso. Todas fueron acogidas por la Asamblea.

La resistencia a las medidas de austeridad que están violentando los derechos del Pueblo, particularmente de las mujeres, fueron el marco de las acciones recomendadas y aprobadas. En el caso de la OPMT y de las coaliciones del MAMP y de CPM a las que pertenecemos, tendremos que decidir en qué priorizaremos, de acuerdo a nuestros recursos y agendas organizativas. Al golpe de panderos cerró la Asamblea Feminista, en esta ocasión con las niñas y niños que fueron atendidos por compañeros y compañeras solidarias que les dieron atención mientras el evento se llevaba a cabo.

Una vez más ha quedado demostrado que el activismo de las mujeres es esencial para enfrentar las manifestaciones de poder que precarizan a los pueblos, que intentan despojarnos de derechos inalienables que nos corresponden como la libertad de expresión, de contar con servicios esenciales como la salud y la educación que ofrece la universidad del estado; que podamos disfrutar de una vida digna y que la equidad y la justicia sean los criterios que prevalezcan en nuestra sociedad. En esta larga y angustiosa jornada que ha causado “PROMESA” y quienes la implantan, las mujeres han dicho presente desde el primer día y continuaremos haciéndolo pues no se atisba mejoría en el horizonte. Tal vez no estemos de acuerdo con todas las estrategias que se propusieron en la Asamblea, pero lo importante es trabajar en alianza y solidaridad en todo aquello en que sí coincidimos. El amor patrio, la resistencia, la lucha, el respeto y aprecio de la diversidad, la esperanza de que podamos construir un mejor Puerto Rico, serán los factores que determinen la unidad.

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