Secuestros

El martes 9 de mayo algunas personas pendientes de la lucha estudiantil nos enteramos de lo que parecía ser otro secuestro. La compañera de un joven riopedrense denunció que hombres sin identificar se llevaron a su compañero de la casa donde viven en un carro también sin identificar. El hecho de que el alegado evento sucede en la ciudad universitaria inmediatamente levantó sospechas. Todavía está fresca la memoria de los jóvenes Adriana Quiles y Josué Román, arrestados cerca del Capitolio mientras acudían a una protesta ciudadana que exige se audite la deuda de 70,000 millones y se adjudique responsabilidad e identifiquen posible conducta criminal o fraudulenta en las transacciones. Surgen dos preocupaciones de inmediato. Una de ellas de que a pesar de que había una alerta general que se compartió ampliamente por las redes sociales, ningún medio corporativo o masificado se mostró interesado en compartir o identificar la misma. En momentos en que se recrudece la represión contra el movimiento estudiantil y movimientos de izquierda en Puerto Rico,uno tiene que preguntarse cuál va a ser el rol de estos medios masificados en la cobertura de posibles abusos de poder, ilegalidades y agresiones del estado a quienes protestamos y le hacemos frente a las políticas neoliberales que se nos imponen. Toda ciudadana que conozca o recuerde el historial de persecución e ilegalidad contra movimientos estudiantiles y movimientos de izquierda en Puerto Rico tiene que recordar que mucho de lo que aconteció, sucedió enmarcado en un silencio cómplice de los medios de información de entonces. El carpeteo y persecución del pasado no hubiera sido exitoso con una prensa vigilante y leal a los claros principios periodísticos del momento.

La segunda preocupación es, ¿cuán normalizada y/o generalizada pudiera estar esta práctica en Puerto Rico. Muchas veces no enteramos de violaciones crasas a la ley cuando nos toca a personas con acceso a abogados(as), y con educación y consciencia de los derechos ciudadanos. Sin embargo, cuando profundizamos e investigamos, las mismas prácticas ya están generalizadas y normalizadas en comunidades de escasos recursos económicos. Es tiempo de que comencemos a conectar esas intersecciones en la implementación de prácticas cuestionables contra diversas comunidades. ¿Hay grupos de policías sin identificar que de repente y sin documentación pueden interceptar seres humanos montarles en carros sin identificar y llevárselos.

Si es así, esto tiene que denunciarse de la manera más fuerte posible y repudiarse vigorosamente por toda la sociedad civil y sus organizaciones. En un país donde crece la inconformidad, indignación, el hambre y el desamparo junto con el colapso de legitimidad de los poderes ejecutivos, legislativos y judiciales, esta práctica es peligrosa. Al momento podemos estar agradecidos de que el joven que se alegó había sido removido por personas sin identificar apareció (confirmando que estaban en manos de la policía.) ¿Qué vamos a hacer cuando dejen de aparecer?

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