Sí a la Independencia

 

Por Denis Márquez/Especial para CLARIDAD

Se aprobó, recientemente, en la Cámara de Representantes –con mi voto en contra- el Proyecto del Senado 1467 para viabilizar un plebiscito “estadidad sí o no” el mismo día de las elecciones. El mismo fue previamente aprobado en el Senado y, a todas luces, será firmado por la Gobernadora y convertido próximamente en ley. Durante el debate establecí las razones por las cuales me opuse al proyecto, pero también especifiqué la posición del Partido Independentista Puertorriqueño sobre la participación en el plebiscito y sobre la realización de una campaña a favor del No.

 

Voté en contra del proyecto porque, como independentista, resulta inconcebible votar a favor de un proyecto que se concibe como una apología al anexionismo, a la estadidad, a la ciudadanía americana. El proyecto, en su origen, establecía unas definiciones que iban enmarcadas en aquellas que en el 2017 establecerían la ruta de enfrentamiento de quienes estaban a favor de la anexión versus aquellos en los que creemos en la independencia o aquellos modelos de libre asociación reconocidos a nivel internacional, que fueron eliminadas. De igual forma, el método del plebiscito estadidad sí o no tampoco es un mecanismo que proponemos. 

El Partido Independentista Puertorriqueño ha propuesto la celebración de una Asamblea de Estatus que garantice la búsqueda de un consenso procesal para enfrentar al gobierno de los Estados Unidos con las definiciones reales de estadidad; del proceso de transición al derecho inalienable a la independencia y; que fuerce a los sectores inmovilistas en Puerto Rico a definirse bajo una alternativa genuinamente descolonizadora.  Durante este mismo cuatrienio, lo presentamos legislativamente en dos ocasiones bajo lo que denominamos como la Asamblea para un Nuevo Puerto Rico (ANPUR) durante los eventos del verano del 2019. junto a otro proyecto para la transformación constitucional en Puerto Rico, basada en la soberanía de este país.

El proyecto del plebiscito, aunque si bien es cierto que establece que no van a esperar por ninguna aprobación del Departamento de Justicia tal y como lo señalaron en el 2017, lo tomamos con pinzas porque ya sabemos que en ese entonces «se rajaron» en Fortaleza y en la Legislatura cuando permitieron la imposición federal de la alternativa colonial del Estado Libre Asociado.  Desde el PIP lo advertimos y les dijimos en aquel entonces que no podían rajarse y que el gobierno de los Estados Unidos haría lo posible, como en efecto ocurrió, por incluir a la colonia. Y es que mientras no los enfrentemos y retemos con realidades van a promover el inmovilismo que es lo más fácil y cómodo para ellos. Aceptaron, en ese momento histórico, ese mandato del gobierno de Estados Unidos, se allanaron una vez más y le cogieron miedo al proceso.  Por eso, durante el debate reciente para este plebiscito mi emplazamiento fue para que no se vuelvan a rajar, para que no se sometan al mandato del Departamento de Justicia.

Ahora bien, una cosa es votarle en contra al proyecto y otra cosa es el curso de acción que tomará el Partido Independentista Puertorriqueño una vez convertida en ley la consulta plebiscitaria. 

Desde la fundación del PIP en el 1946 hemos estado en las calles señalando, protestando, reclamando de manera constante. Hemos estado en las urnas desde el 1948 enarbolando el ideal de la independencia sin tapujos ni ambages; sin dejarnos amilanar por la represión y la persecución o la utilización de mecanismos para el control y robo de elecciones; y a pesar del modelo colonial que perpetúa la dependencia económica, emocional y social. Hemos rechazado la participación en procesos engañosos y que en nada adelantaban el proceso de descolonización de Puerto Rico.  Ahora, como lo adelantó en el Senado el compañero Juan Dalmau Ramírez, nos subiremos al cuadrilátero a defender el «No».

El Partido Independentista Puertorriqueño va a las calles y a las urnas a defender el «No». Vamos a votar en contra de la Estadidad, en contra del anexionismo, en contra de un proceso que lo que quiere es destruir la existencia de nuestro país. Ese «No» servirá también para decirle No a la Junta de Control Fiscal y a la Ley Promesa. Por eso, desde el proceso político y en la calle, llevaremos ese mensaje y, de camino a las urnas, estaremos también reafirmando que somos un país diferente, que somos un país caribeño, que somos un país latinoamericano. Votando por el «No» le diremos a los Estados Unidos que nuestros hijos quieren otros modelos de vida y que nuestros hijos y nietos no son ni serán carne de cañón del ejército de los Estados Unidos. 

Con el «No», plantearemos la previsión del maestro Don Pedro Albizu Campos: o yanquis o puertorriqueños.  Y nosotros, a través de una campaña en la calle de manera constante, estaremos exhortando al país a que se una a la defensa de la Patria para que el mensaje que el país le manifieste al gobierno de los Estados Unidos sea que no hay forma de asimilarnos, que no hay forma de anexarnos. Porque en la medida que exista un pueblo combativo, un pueblo en la calle, un pueblo en las urnas que reclame su esencia y su nacionalidad, no habrá jamás forma alguna de absorbernos.

Nuestro «No» representa, además, la reafirmación de la independencia y el urgente reclamo de transformar este país, de construir una patria nueva, de desarrollar la economía, de acabar con la desigualdad social. 

Ese día, en el que votaremos «No», servirá también para invitar a votar por el Partido Independentista Puertorriqueño. Es decir, un no a la colonia, no a la anexión, sí a la puertorriqueñidad, sí a la Nación, sí a la nacionalidad y sí a la independencia.  Porque ese es el futuro de este país para que haya un nuevo amanecer con verdadera justicia social, libertad, progreso y soberanía.

(Fragmento de turno sobre el Proyecto del Plebiscito Estadidad Sí o No)

 

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